Guía para seguir las elecciones en Galicia: horarios, pactos y un voto exterior que podría ser clave
Galicia encara este domingo las elecciones más inciertas en los últimos 15 años. Los sondeos apuntan a que la mayoría absoluta del PP está en el aire y abren la posibilidad de que Ana Pontón consiga sumar suficientes apoyos para gobernar junto al PSdeG. Ante un escenario ajustado, van a ser claves los datos de participación, el voto de los gallegos en el exterior y si algún partido que está fuera del Parlamento de Galicia —como Democracia Ourensana— logra representación.
¿Cuáles son las horas clave de la jornada?
Los colegios electorales abren a las 9.00. Habrá dos avances de participación que servirán como primer termómetro de la jornada: a las 12.00 y a las 17.00. Los colegios cerrarán a las 20.00 y a esa misma hora conoceremos la encuesta de la CRTVG, la corporación de medios públicos gallegos. La empresa encargada es GAD3, dirigida por Narciso Michavila. No serán sondeos a pie de urna, sino encuestas telefónicas continuas durante la campaña. A partir de las 20.00 empezará el recuento y se publicarán los primeros datos.
¿Las pasadas generales pueden ser un indicio de lo que ocurrirá?
En Galicia históricamente se vota diferente en las elecciones generales y las autonómicas. El PP ha encadenado mayorías absolutas en las últimas cuatro convocatorias autonómicas —desde 2009, cuando no se revalidó el bipartito PSdeG-BNG—, pero eso no se ha reflejado en las generales. Por ejemplo, en las tres últimas convocatorias a nivel estatal (las dos de 2019 y la de 2023) la izquierda ha sumado más votos que PP y Vox. El pasado 23 de julio, la diferencia fue de casi 27.000 votos.
Además, el dato que se repite en Galicia es el de una mayor abstención en las autonómicas que en las generales. En la jornada electoral habrá que estar muy pendientes de la diferencia de participación que se dé en el voto urbano y el rural. Cuanta más gente vaya a votar, habrá más probabilidades de vuelco electoral para la izquierda.
El voto rural vs el voto urbano
Los datos muestran que el voto urbano se escora más hacia la izquierda. Desde 2016, en todos los comicios tanto autonómicos como generales, las candidaturas de izquierdas han superado el 50% en las poblaciones de más de 60.000 habitantes. En cambio, en los municipios de menos de 10.000 habitantes, los apoyos a las derechas han rondado o superado el 50%.
El sistema electoral gallego provoca que Lugo y Ourense tengan más peso porque concede a cada provincia un mínimo de 10 diputados con independencia del número de habitantes —el objetivo es garantizar el peso político de las dos provincias menos pobladas— y, además, fija un umbral mínimo del 5% de votos que excluye a formaciones pequeñas.
¿Qué podría ocurrir con el voto exterior y cuándo lo sabremos?
Si el resultado de las elecciones es tan ajustado como prevén algunas de las encuestas, el voto exterior podría ser clave. Estas van a ser las primeras elecciones autonómicas en las que se ha suprimido el voto rogado y volverá a ser suficiente con estar inscrito en el CERA. Eso supone que casi medio millón de personas que viven en el extranjero están llamadas a las urnas, una cifra nunca vista en unas autonómicas. Suman más votantes que las provincias de Lugo o Ourense.
Si la noche electoral está reñida, es posible que haya que esperar una semana y media más para saber si está garantizada la continuidad de Alfonso Rueda o si habrá un cambio de gobierno. Las papeletas de los gallegos en el exterior se empezarán a contar el lunes 26 de febrero y el proceso podría alargarse, como tarde, hasta el 29 de febrero.
De los 476.514 electores en el extranjero, apenas 140.000 nacieron en Galicia. Argentina es el país extranjero con más inscritos en el CERA con casi 166.300, un tercio del total, mientras otro tercio está repartido por el resto de América Latina.
¿Qué partidos podrían verse fuera por la barrera de entrada?
Hay cuatro partidos que están actualmente fuera del Parlamento de Galicia que podrían cambiar el escenario, pero la mayoría lo tiene muy complicado: Democracia Ourensana, Sumar, Vox y Podemos. Como punto de partida, estas formaciones se van a encontrar con una barrera de entrada: el sistema electoral gallego establece que se necesita alcanzar el 5% de los votos de la circunscripción para obtener representación en el Parlamento de Galicia. En las generales el nivel es del 3%.
El último CIS de la campaña dejó todo en el aire. Otorgó entre 0 y 2 diputados a Sumar, y entre 0 y 1 a Democracia Ourensana —que en las pasadas elecciones municipales logró más de 19.000 votos— y la misma horquilla de 0 y 1 para Vox. La de Sondaxe, de La Voz de Galicia, el lunes pasado pronosticaba uno para Sumar y que el resto no obtendría representación. Podemos se quedaría fuera, según todas las encuestas.
Si ningún partido tiene la mayoría, ¿qué pactos podría haber?
El BNG y el PSdeG se han esforzado en escenificar durante la campaña su apuesta por un pacto que destrone a Alfonso Rueda. Durante el debate en TVE, Ana Pontón afirmó que si la ciudadanía quiere una coalición se sentirá “encantada”: “Estaré orgullosa de ser la presidenta de un gobierno que represente la pluralidad”. En una entrevista en elDiario.es, el candidato socialista, Xosé Ramón Gómez Besteiro, insistía en que “si los ciudadanos decretan cambio, habrá cambio”.
En el caso de la derecha, la llave podría ser Jácome si Democracia Ourensana consigue un escaño y el PP pierde la mayoría absoluta o el bloque de izquierda no logra sumar los 38 diputados. La última encuesta del CIS le otorgó hasta un diputado. Menos probable es que el resultado dependa de Vox, al que la mayoría de los sondeos sitúan fuera.
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