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El área del hospital de Verín nunca ha alcanzado ni un tercio de los partos que ahora esgrime la Xunta para cerrar su paritorio

El cierre de un paritorio ha movilizado a la ciudadanía de toda una comarca

Miguel Pardo

Las protestas siguen en Verín, donde ciudadanía y personal del hospital comarcal continúan con el cierre indefinido desde que el Sergas clausuró de golpe la atención a los partos y el servicio de urgencias pediátricas. Vecinos y profesionales se unen en una movilización constante contra el cierre del paritorio, del que la Xunta dice prescindir para garantizar la “seguridad y calidad asistencial” ante la supuesta “falta de pericia” de los profesionales de ginecología, obstetricia y pediatría derivada de la baja natalidad y del menor número de nacimientos en el área de influencia.

El Sergas asegura que habrá unos 60 partos al finalizar este año, pero personal del hospital aclara que el número sería mucho más alto –hasta un centenar– de haberse atendido todos los nacimientos previstos y no derivarse a Ourense casos que no tendrían por qué ser atendidos fuera. La Consellería de Sanidade alude, continuamente, al “consenso” de profesionales y sociedades científicas, que recomendarían “no dotar de maternidad” a aquellos hospitales que no lleguen a 600 partos anuales, una cifra que no alcanza ningún centro comarcal en Galicia y que el área de influencia del hospital de Verín no ha alcanzado nunca en la historia del centro. Ni tan siquiera ha alcanzado un tercio de esa cifra desde que en 1994 fuesen inauguradas las instalaciones, tal y como reflejan los datos de nacimientos del Instituto Galego de Estatística (IGE).

El Gobierno gallego basa su argumentación en una guía elaborada por varios expertos –algunos de ellos de asociaciones que rechazan la decisión del Sergas– para el Ministerio de Sanidad en 2009. Es el informe Maternidad Hospitalaria. Estándares y Recomendaciones, del que el propio Ministerio advierte que “no tiene un carácter normativo para la autorización de apertura y/o el funcionamiento de este tipo de unidades”. “Es una guía más de las muchas que existen, desde las de la OMS hasta las del Sergas”, explican profesionales del centro de Verín.

Sea como fuere, en esta guía se establece que “parece prudente no dotar de Maternidad Hospitalaria a aquellos hospitales que no tengan una área poblacional de referencia (o cuyo estudio de mercado no la prevé) que genere una demanda superior a los 600 partos al año”, pero añade una excepción a esta recomendación: “Que razones de tiempos de desplazamiento o accesibilidad así lo aconsejen”.

Tal y como advierte Javier Castrillo, jefe de Obstetricia y Ginecología del Hospital Comarcal de Verín, o profesionales del servicio de matronas, la guía se refiere únicamente “a la posible apertura de un centro hospitalario”, pero no a la permanencia o no de los ya existentes. Además, hace referencia explícita a “tiempos de desplazamiento o accesibilidad” que aconsejen incluso abrir instalaciones que permitan una atención al parto más cercana.

Ahora, cualquier mujer del área de influencia del hospital de Verín y de la comarca de Monterrei se verá obligada a viajar sobre una hora o más en coche hasta el Hospital de Ourense.

Con todo, e incluso tomando como recomendación lo que es una propuesta sobre “organización y gestión”, no hay hospital comarcal alguno que alcance esos 600 partos anuales de los que habla la guía. Ni tan siquiera el de O Salnés, en Vilagarcía, donde nacieron menos de 600 pequeños en 2018. O Barco superó por poco los 100, el de Cee los 200, mientras que en Burela y Monforte se pasó de 300. En Verín rondaron los 90, una cifra que los profesionales del centro aseguran que se mantendría en 2019 de no haberse multiplicado las derivaciones con la llegada de pediatras de guardia desde Ourense.

El área de influencia del hospital incluye los ayuntamientos de Castrelo do Val, Cualedro, A Gudiña, Laza, A Mezquita, Monterrei, Oímbra, Riós, Verín, Vilardevós y Vilariño de Conso. El descenso en la natalidad es constante en las últimas décadas. Ningún municipio, como se puede observar en los datos estadísticos, resiste ante la despoblación y el bajo número de nacimientos, problema que la ciudadanía movilizada advierte de que irá la peor de seguir recortándose en servicios esenciales como la atención a los partos en una zona de unos 30.000 habitantes.

Desde que se inauguró el hospital comarcal, en 1994, nunca se han alcanzado ni siquiera los 200 partos anuales en su área de influencia, en ninguno de los años. Toda vez que no todos los partos fueron atendidos en Verín, las cifras de nacimientos en ese centro todavía son menores. Lo que de entonces era normal y no impidió que se alabase el servicio o se invirtiese en él, ahora semeja ser un obstáculo insalvable.

Pero la Xunta no da marcha atrás y la ciudadanía sigue movilizándose. Trabajadores del hospital, acompañados por vecinos de la comarca, realizaron el pasado miércoles un funeral simbólico en memoria de los servicios cerrados últimamente. Durante el responso se hizo referencia al cierre del servicio del paritorio, las urgencias pediátricas, dermatología, medicina interna, cuidados paliativos y, próximamente, la cocina. Algunas mujeres portaron esquelas y hubo incluso un ataúd y varios centros y lápidas con el mensaje, además de un hombre disfrazado de cura que alertó de la “muerte en materia sanitaria” a la que se enfrenta el rural ourensano.

El jueves fue el turno de los más pequeños de la comarca, que junto a sus familias reivindicaron atención pediátrica y a los partos e igualdad de oportunidades con los niños de otras zonas de Galicia. Para este sábado, el luto volverá a ser protagonista. Se prevén mil personas en otro funeral simbólico que alertará del desmantelamiento del rural a través del final de servicios básicos como los que acaba de suprimir la Xunta.

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