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Opinión - Cada día un Vietnam. Por Esther Palomera

La industria láctea aprovecha el fin de las cuotas para “presionar” a los ganaderos

Desde este miércoles, las alrededor de 10.000 explotaciones ganaderas que hay en Galicia podrán producir leche sin ningún tope. Se acaba el sistema de cuotas que desde hace casi 25 años rige el mercado gallego, que ahora tan solo se regulará por la ley de la oferta y de la demanda. Una “liberalización total” de la que advierten también las organizaciones agrarias, que insisten en advertir de las dudas y de la “incertidumbre e inquietud” a las que se enfrentan los ganaderos, conscientes de que la oportunidad que se les abre no supondrá nada si su poder de negociación, como parece, sigue tan endeble como hasta ahora.

Y los sindicatos ya alertan de que el inminente final del sistema de cuotas está siendo aprovechado por las industrias para “aumentar la presión y obligar a las explotaciones a firmar contratos a precios de miseria”. Tanto que se está pagando por litro entre los 26 y los 28 céntimos, según denuncian el Sindicato Labrador Gallego (SLG) o Uniones Agrarias (UUAA), que dicen tener “constancia” de las “amenazas” de industrias con no recogerles la leche a las explotaciones si no firman contratos en las condiciones que les imponen antes del 1 de abril.

“Están extendiendo una campaña del miedo”, asegura Roberto García, secretario general de UUAA. Las empresas se amparan en una “lectura retorcida” de la nueva norma que regula el Paquete Lácteo. Muchos contratos de compraventa de leche finalizan este 31 de marzo y, ya que el decreto lácteo establece la obligatoriedad de la firma de contratos, la industria aprovecha para intentar anular la negociación e imponer la firma en sus términos “y bajo unas condiciones totalmente abusivas”. Son los contratos obligatorios que impuso el Ministerio, pero sin mecanismos que garanticen precios que cubran los costes de producción ni regulen la fijación unilateral de condiciones.

Este mismo miércoles, productores lecheros se han manifestado ante el Parlamento Europeo con sus tractores por el fin de las cuotas lácteas y la ausencia de una regulación que garantice precios justos y evite la especulación. Las perspectivas para Galicia no son buenas. Expertos calculan un incremento medio de la producción de un 5% –y hasta de un 10% en el norte de Europa– y un desajuste entre oferta y demanda que podría suponer más caídas en el precio, algo que sería más perjudicial para un país como el gallego, donde los ganaderos cobran menos que em cualquier outro punto del Estado y también menos que la media europea.

“Estamos a verlas venir”, denuncia el SLG, que advierte de que con la legislación vigente, la eliminación de las cuotas sin activar ningún mecanismo de control de la producción y de los mercados supone “la privatización de la política lechera y darle a la industria casi derecho de pernada”. “La Administración últimamente parece que trabaja más para proteger los intereses y la posición de dominio de la industria que para defender a las productoras y productores, el futuro de la mayoría de las zonas rurales o el interés general”, critica. “Hay que tomar medidas porque no puede hacer cada uno lo que le dé la gana”, insiste Fruga.

La Unión Lechera Gallega (Ulega) se une también a las críticas de los sindicatos por las dificultades que para los ganaderos supone comenzar la campaña láctea ya este miércoles, “en las condiciones de inseguridad administrativa en la que se encuentran los productores”. Sin la reclamada reforma por parte del Gobierno central de la reforma del Paquete Lácteo, “no queda margen de maniobra para una negociación con garantías con las industrias”. Y por eso, junto a UUAA, reclama “un mes de moratoria para evitar los abusos de las industrias”.

El SLG le exige al Ministerio de Agricultura que, ante las “amenazas” y la “presión” de las industrias, impida que se deje de recoger la leche a ninguna granja y que no se impongan precios por debajo de costes. Además, pide que se aumenten las inspecciones de oficio para evitar abusos de la industria y de la distribución, así como que la leche “siga siendo producida por miles de familias labradoras y siga siendo un alimento bueno para nuestra salud, nutritivo y sin los peligros de ser producido industrialmente”.

Lo que tratan de evitar los ganaderos es que sea la industria quien decida cómo y cuándo produce, a qué precio y en qué lugares. La liberalización total del mercado provoca estos lógicos temores, más aun habida cuenta el comportamiento de las empresas. El camino que se lleva es el de un sector con cada vez menos explotaciones, de mayor tamaño y más industriales, con escaso empleo y com producción intensiva, además de con la utilización masiva de antibióticos y agrotóxicos, como alertan los sindicatos.

Un panorama de temor ante el cual los sindicatos denuncian la “pasividad” de la Xunta de Galicia y de la Consellería de Medio Rural, con quien pedirán una reunión urgente para acabar de una vez con los abusos de la industria y de la distribución. Después de décadas del sistema de cuotas, Galicia cuenta ahora con unas 120.000 granjas menos que cuando comenzaron a aplicarse. Los precios siguen siendo bajos, la incertidumbre mayor que nunca y la presión de la industria, más asfixiante.

Evolución del precio de la leche en origen

Tractorada en la Eurocámara

En la primera jornada sin cuotas el BNG ha participado en la tractorada organizada por los pequeños productores lácteos europeos ante la Eurocámara para denunciar la “falta de mecanismos que garanticen un precio justo para los ganaderos y ganaderas”, una vez que se liberaliza el sector con la desaparición del sistema de cuotas lácteas. El BNG aclara que “viene reclamando un fondo de compensación para las explotaciones ganaderas que invirtieron en la compra de una cuota que ahora queda sin ningún valor”.

La propia Comisión Europea reconoce en respuesta a una pregunta del Bloque que “los precios de la leche en Galicia están tradicionalmente entres los más bajos de España”, una situación que la formación nacionalista atribuye, entre otros factores, a la falta de un sector industrial transformador de base cooperativista “como tienen otros territorios con mejores precios para sus productores y productoras”.

En este sentido, la formación nacionalista reclama, a través de iniciativas en el Parlamento Europeo, que tanto la Comisión Europea –como ejecutivo de la UE– cuanto el Gobierno español pongan en marcha “mecanismos que impidan la sobreproducción” y protejan al sector de los “abusos de la industria y de las cadenas de distribución que derriban los precios bajo la amenaza de no recoger la leche”, según denuncia la portavoz nacionalista en Bruselas, Ana Miranda.

La también secretaria de Política Internacional del Bloque advierte asimismo de la “inseguridad” que vive el sector, “comprobada” a lo largo de sus numerosas visitas a explotaciones ganaderas por todo el país, y reclama una estrategia específica para Galicia “como nación lechera”.