El fiscal delegado de Medio Ambiente, Álvaro García Ortiz, acumula años de investigaciones sobre incendios, incluso ya sobre la gran ola de 2006. Recomienda calma, prudencia y dejar trabajar a los investigadores antes de lanzar conclusiones más basadas en teorías que en datos, indicios o pruebas. Recuerda que, hasta ahora, nunca se ha demostrado la existencia de tramas incendiarias en los montes gallegos y advierte de un problema “complejo” con “muchos factores y variables”. Desde la Fiscalía coordinará las pesquisas que se deriven de las investigaciones en marcha y asegura que se pondrán todos los esfuerzos en arrojar luz sobre un fenómeno que, no obstante, nunca tendrá una conclusión común para todos los casos.
Otra grave ola de incendios, otro caos... ¿Es inevitable sufrir esto en Galicia?
Inevitable no hay nada. Se repite, eso sí, y llevamos con este problema muchos años, mucho tiempo... Pero es un problema de tantos factores y tantas variables que es muy difícil de parar, de atajar y de solucionar.
Tras una ola así se suele centrar el discurso en los incendiarios, el “terrorismo forestal” y supuestas tramas, ¿es tan fácil?
No, no es tan fácil. Los problemas complejos tienen respuestas complejas y soluciones nada fáciles. Siempre se manejan muchas hipótesis, pero no es tiempo de especular, es tiempo de trabajar y de ponernos a analizar el fenómeno y a ver lo que ha pasado. Comprobar si se repiten las pautas y patrones de otros años, en los que descartamos la existencia de una trama, o si estamos ante un fenómeno nuevo. No obstante, por el momento no tenemos indicios de que haya novedad alguna. Que no los tengamos no quiere decir que no los vayamos a tener o que no podamos tenerlos, pero en todos estos años atrás no encontramos esa famosa trama.
En las diferentes investigaciones sobre incendios de los últimos años siempre se ha hablado de causas variadas...
La cuestión de los incendios siempre es parecida.Hablamos de un fenómeno global y a la vista está que hay muchos incendios a la vez en muchos sitios, pero en realidad es que la causa de los incendios tiene un punto muy local. Pola causa, motivación u origen que sea, hay que ir a cada uno de los sitios. Es muy difícil hacer una extrapolación global de los incendios y decir que esto ocurre por esta razón y ya está. No, para nada. Hay que ir a cada sitio y caso, investigarlo y ver qué problemática hay, no solo para que se incendiara una zona, sino para que se propagara, expandiera y multiplicara en su afectación.
Parece difícil pensar que una supuesta trama actúe en Galicia, norte de Portugal y parte de Asturias y que en otros sitios no haya tramas ni pirómanos.
Claro, por eso mismo es importante destacar que los factores y las variables son muchos, van desde la apropiación humana, hasta la relación que tenemos con el territorio, cómo está configuradas Galicia, Asturias o el norte de Portugal, los usos de las tierras, la cultura, la utilización del fuego como herramienta e instrumento, las motivaciones que llevan a la gente a utilizar fuego.... Hay que analizar cada una de estas variables y estudiarlas en el contexto en el que se producen.
¿Qué le recomendaría a las administraciones o a la clase política en estos momentos?
Ahora mismo, nada. Que esperemos al resultado de las investigaciones y que hablemos sobre certezas y sobre lo que seamos capaces de probar, pero yo no soy quien para recomendarle nada a una administración. Dejemos que los investigadores trabajen y a partir de los que ellos nos digan e indiquen ya plantearemos hipótesis o propuestas.
Se habla de varios focos intencionados, pero también de que muchos incendios han podido saltar y expandirse por las condiciones meteorológicas de esos días...
Las circunstancias del sábado y del domingo fueron excepcionales: la cola de un huracán, un largo período de sequía... Eso es muy difícil de controlar. Todo puede ocurrir en esas circuntancias y no olvidemos que hay incendios en el sitio más rico del mundo, que es California, y nadie es capaz de controlarlos. Los incendios son un fenómeno con el que el hombre todavía no ha dado con la clave para finalizar con ellos en extinción y muchas veces tampoco en prevención. Los comportamientos de incendios mediterráneos, semejantes a los que ocurrieron aquí, con vientos que inflaman y queman y que se expanden fácilmente a raudales de hectáreas dan cuenta de lo serio que es esto a lo que nos enfrentamos.
En las críticas a la política forestal se insiste en la necesidad de prevención, de “apagar el fuego en invierno”. ¿Falta incidir en eso?
Ayuda, claro. Todo ayuda a apagar y cualquier trabajo que se haga en invierno es positivo para el verano, pero tampoco es tan sencillo. También influye cómo nos instalamos en el territorio, cómo lo cuidamos, si le damos un uso idóneo y útil... Lo que quiero decir es que no hay una varita mágica y que no solo con unas determinadas medidas de prevención habremos arreglado el problema. Además, ahora sufrimos el fenómeno del cambio climático, con períodos de sequía muy amplios y mayor riesgo de incendios, algo que llevan tiempo advirtiendo expertos y medioambientalistas.