José Manuel Miñones, un alcalde discreto y leal a Sánchez para Sanidad con la Xunta en el horizonte

Poca gente fuera de Galicia conoce a José Manuel Miñones. Pedro Sánchez es uno de ellos. El nuevo ministro de Sanidad nació en Santiago de Compostela en 1972. Fue alcalde de Ames, una pequeña localidad del cinturón de la capital gallega, en donde Sánchez encontró un apoyo incondicional cuando inició un recorrido por España a bordo de su Peugeot para intentar recuperar el poder orgánico del PSOE. Ahora, Miñones se sentará a la mesa del Consejo de Ministros para el tramo final de la legislatura. La decisión de auparle al cargo tiene también una clave importante en Galicia en donde el PSOE busca un líder para intentar el asalto a la Xunta de Galicia en las elecciones que se celebrarán en poco más de un año. 

Licenciado en Farmacia por la Universidad de Santiago y aplicado alumno del colegio La Salle de la misma ciudad, José Manuel Miñones lleva varios años con una frenética agenda de actos desde su cargo en la Delegación del Gobierno en Galicia. Cuando la Xunta de Feijóo y, después, la de Alfonso Rueda tienen como línea política única criticar a diario lo que hace el ejecutivo de Sánchez, el Delegado del Gobierno se convierte en lo más parecido a un líder de la oposición. Miñones ha ejercido ese papel con discreción pero sin descanso y con una agenda diaria de actos que, en no pocas ocasiones, doblaba la del propio presidente de la Xunta. 

El salto de la alcaldía de Ames a la Delegación del Gobierno fue el primero de los grandes pasos para un político a quien nadie esperaba como posible candidato a la Xunta hace tan sólo dos años. Ahora, para ese cartel hay varias fotos posibles y la de Miñones es una de ellas.

A pocos minutos de conocerse su nombramiento, en las tertulias de radio se escuchaban cosas como las siguiente: “De Miñones no tengo referencias, lo admito”, aseguraba una comentarista de la Cadena Ser. Y es que el perfil de este socialista de 50 años siempre ha transcurrido por el territorio de la discreción y la defensa acérrima de cualquiera de las banderas que decida ondear Pedro Sánchez.