Santiago Abascal no estará en ninguno de los dos debates electorales que se celebrarán este lunes y martes. El tiempo dirá si su ausencia perjudicará o beneficiará a VOX, que esta tarde en Galicia ha seguido estirando el argumento de la victimización al verse fuera de ellos. “Cuando ven que no pueden retorcer nuestro mensaje porque vamos a estar cara a cara en un debate, lo que hacen es llamar al separatismo para que les haga el trabajo sucio y nos expulse de un debate en el que teníamos todo el derecho a estar”. Así terminó Abascal su mitin, recordando el recurso presentado por Puigdemont contra el debate a 5 organizado inicialmente por Atresmedia.
El acto de VOX llenó con creces el Palexco de A Coruña, con capacidad para 1.500 personas, completamente entregadas al líder de la formación, jaleado como “presidente” entre gritos de “Viva España” y “Viva la Guardia Civil”.
Abascal cargó contra los debates, los medios de comunicación y las empresas demoscópicas: “Ya veréis los de las encuestas, cuántos van a tener que cerrar la persiana el día 29”. Y volvió a presentar a VOX como un partido al margen del sistema: “Nosotros no somos como los demás partidos políticos, que son un fin en si mismo”. Quiso adueñarse, además, del “sentido común”, con el que VOX “ha conectado”. “Defendemos las cosas normales, a la gente que tiene familia”, resumió.
Por lo demás, repitió los argumentos ideológicos que han venido marcando su campaña desde hace semanas: la crítica al independentismo (“España no se vota ni se negocia, España se defiende hasta las últimas consecuencias”), a la inmigración (“con tantos de nuestros jóvenes que tienen que buscar trabajo fuera, ¿cómo podemos decir que aquí cabe todo el mundo?”) y una “rebaja fiscal histórica”. “Queremos los impuestos justos para pagar los servicios públicos, no para sostener 17 parlamentos regionales.”
La bajada de impuestos fue la consigna más aplaudida por los asistentes al acto, junto con las menciones a Cataluña y la promesa de la aplicación de la cadena perpetua. “Los violadores entran por una puerta y salen por la otra. Esa es la política de los progres. Nosotros somos los que defendemos a las mujeres”, afirmó Abascal, que tuvo más palabras para el feminismo y para la izquierda: “Se les ha caído la lucha de clases, y ya todos los obreros de Europa votan a la derecha. Por eso se inventan el feminismo radical, el animalismo y el ecologismo exacerbado”.
Hubo críticas para el PSOE (“no pierdo de vista al verdadero enemigo: Pedro Sánchez y los socialistas”) y para la “veleta naranja”, en referencia a Ciudadanos, pero más incluso para la “derechita cobarde”, como una y otra vez se refirió al PP. Y, sobre todo, para el presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, con el que buscó la confrontación personal.
Abascal inició el acto, de hecho, recordando algunas de las declaraciones recientes del líder del PP gallego como “Vox no tiene cabida en Galicia” o aquellas en las que criticó a Abascal por no haber programado ningún mitin en las cuatro provincias gallegas. “Vengo a Galicia sin pedir perdón ni permiso”, dijo Abascal, que recordó que su madre había nacido en A Coruña y que acabó llamando a Feijóo “cacique, soberbio y mentiroso”
En principio no iba a visitar Galicia en un principio y sólo su ausencia en los debates ha acabado incluyendo la comunidad en el calendario de la formación. “Sabemos que después del evento de hoy saltan todas las alarmas en la Xunta”, afirmó Abascal, que acusó a Núñez Feijóo de seguir las mismas políticas que practica la izquierda en materia fiscal, de género o en relación a la lengua.
Eso sí, el líder de VOX aseguró que “nosotros no tenemos animadversión contra el gallego, que es la lengua de los afectos”, pero se mostró más crítico con su uso en los colegios, en la administración, en las señales de tráfico o “en la cuenta de twitter de la Xunta”. Para terminar, prometió que garantizaría “que todos los padres gallegos pueden elegir la lengua en la que se educan sus hijos”, un derecho que en la actualidad se cumple completamente en el caso del castellano y de forma más discutible en el caso del gallego, sobre todo en las zonas urbanas.
“La derechita cobarde y la naranja veleta han demostrado que no sirven como oposición”, concluyó Abascal, que también tuvo palabras para la concentración de protesta que se había convocado a las puertas del Palacio de Congresos: “Los de ahí fuera gritan 'no pasarán'. Pues claro que pasamos, y pasaremos siempre”, dijo.