Rodrigo Fresco, de 43 años, fue la primera persona en alertar a las autoridades del vertido de pellets. Fue el pasado 13 de diciembre, cuando un cliente de su bar, el Pequeno -ubicado en Corrubedo, en el concello coruñés de Ribeira- le dijo que había visto “algo blanco” en la playa. Rodrigo se acercó allí y al comprobar la magnitud del vertido, que amenazaba con ser arrastrado por las olas, se puso manos a la obra. En dos días recogió casi 60 sacos, prácticamente 1.500 kilogramos de bolas de plástico. Estas son las imágenes que él y su pareja tomaron de aquel primer momento.
Rodrigo siguió las indicaciones de su cliente y fue a ver qué había en la playa de Balieiro. No tuvo que buscar mucho: lo encontró en las rocas, cerca del faro.
Rodrigo siguió las indicaciones de su cliente y fue a ver qué había en la playa de Balieiro. No tuvo que buscar mucho: lo encontró en las rocas, cerca del faro.
Al llegar, descubrió de qué se trataba: un vertido de pellets en la playa. Era el primero en ver algo que, en los siguientes días, se haría habitual en los arenales gallegos.
Al llegar, descubrió de qué se trataba: un vertido de pellets en la playa. Era el primero en ver algo que, en los siguientes días, se haría habitual en los arenales gallegos.
Los pellets habían llegado en decenas de sacos que habían encallado en las rocas.
Los pellets habían llegado en decenas de sacos que habían encallado en las rocas.
Varios se habían roto y habían derramado su contenido. Rodrigo habla de que algunos desprendían un olor intenso.
Varios se habían roto y habían derramado su contenido. Rodrigo habla de que algunos desprendían un olor intenso.
Rodrigo señala que los pellets que se mezclaban con el agua generaban "un resto blanquecino".
Rodrigo señala que los pellets que se mezclaban con el agua generaban "un resto blanquecino".
Poco a poco, comenzó a recoger los sacos. Uno a uno, se los fue llevando de la playa.
Poco a poco, comenzó a recoger los sacos. Uno a uno, se los fue llevando de la playa.
En el saco se podía leer el nombre del fabricante, la empresa polaca Bedeko, y también de algunos de sus componentes, como el estabilizador ultravioleta UV 9000.
En el saco se podía leer el nombre del fabricante, la empresa polaca Bedeko, y también de algunos de sus componentes, como el estabilizador ultravioleta UV 9000.
En la arena, los pellets se acumulaban siguiendo la línea de la marea. Cada vez que sube o baja, los arrastra de nuevo.
En la arena, los pellets se acumulaban siguiendo la línea de la marea. Cada vez que sube o baja, los arrastra de nuevo.
Las pequeñas bolas plásticas se extendían por las rocas, a merced de las olas que baten con fuerza en la costa.
Las pequeñas bolas plásticas se extendían por las rocas, a merced de las olas que baten con fuerza en la costa.
Las bolas se colaban por todas partes. La preocupación de Rodrigo era recoger el mayor número de sacos antes de que volviese a subir la marea.
Las bolas se colaban por todas partes. La preocupación de Rodrigo era recoger el mayor número de sacos antes de que volviese a subir la marea.
Fueron horas y horas de trabajo. A Rodrigo se le hizo de noche en la playa.
Fueron horas y horas de trabajo. A Rodrigo se le hizo de noche en la playa.
El primer día de trabajo no fue suficiente, y eso que la arena dejaba buena muestra del esfuerzo de Rodrigo.
El primer día de trabajo no fue suficiente, y eso que la arena dejaba buena muestra del esfuerzo de Rodrigo.
En dos días, Rodrigo se llevó del arenal 58 sacos, 40 la primera jornada. Cada uno pesa 25 kilos, así que el total ronda la tonelada y media de pellets
En dos días, Rodrigo se llevó del arenal 58 sacos, 40 la primera jornada. Cada uno pesa 25 kilos, así que el total ronda la tonelada y media de pellets
La Xunta ha hecho balance este lunes de la campaña de limpieza. Desde que comenzaron el operativo, entre todos los participantes han recogido 92 sacos de pellets, lo que da una idea del trabajo titánico realizado en solitario por Rodrigo.
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