El mayor sindicato de Galicia alega contra la “dudosa legalidad” de los consumos de agua que la Xunta quiere conceder a Altri

Luís Pardo

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La Confederacion Intersindical Galega (CIG), el sindicato con mayor representatividad en Galicia, se ha sumado a las numerosas entidades y colectivos que han presentado alegaciones contra el Proyecto Gama, la macrocelulosa que la empresa portuguesa Altri, a través de la sociedad Greenfiber, quiere instalar en la localidad lucense de Palas de Rei. La central incide en la “dudosa legalidad” de la captación de agua del río Ulla prevista durante 75 años: 46 millones de litros al día, “superior” al de toda la provincia de Lugo. De ellos, 30 millones volverán al cauce “tratados” y a una temperatura de 27 grados.

La afectación al río y a su desembocadura, la ría de Arousa -donde se concentra el 44% de las mariscadoras de Galicia, el 40% de sus embarcaciones y casi el 70% e las bateas de mejillón- ocupa la mayor parte de las 17 páginas del documento. Denuncian que, en un escenario de cambio climático, Greenfiber cuenta en todo momento con la “capacidad máxima” del embalse de Portodemouros, algo que no ha conseguido “nunca”. No sólo eso, sino que “a finales de verano tiene problemas de sequía, se suele prohibir el baño y hay recortes de agua de manera ocasional”.

Considera que están “en riesgo de agravarse” las consecuencias ambientales y la“desertización social” que llevan décadas soportando las comarcas afectadas, “cada día máis negativas por la sobreexplotación del Ulla”. La alegación repasa también el impacto que tendría sobre el empleo, el patrimonio -con la instalación de una chimenea de 75 metros de altura a poco más de un kilómetro de la principal ruta xacobea, el Camino Francés a Santiago- o la biodiversidad.

Tras enumerar hasta trece normativas estatales y europeas que, a su entender, incumple el proyecto, el sindicato concluye: “esta fábrica es una macrocelulosa no sostenible ambientalmente por su elevado consumo de agua en un escenario de cambio climático, por la contaminación producida en el río y en la atmósfera”.

Tampoco la considera económicamente sostenible porque “va a afectar directamente al sector productivo del mar de Arousa y al sector agroganadero y turístico de la Ulloa”. Así, afirma que pese a la promesa de 500 puestos de trabajo directos y casi 2.000 indirectos, la celulosa “destruye empleo”.

Por último, consideran que “destruye la estructura social” de la Ulloa como de las poblaciones circundantes a la ría de Arousa, donde el PIB que depende del sector del mar “tiene un carácter estructural que estimula a los otros sectores de la economía de la costa y asienta población”, tal y como afirma el Análisis del sector de la pesca realizado en 2023 por el Instituto Galego de Estatística.