Las únicas líneas rojas que percibe A Mesa pola Normalización Lingüística en el debate social sobre la situación de la gallego son aquellas “que impiden desarrollarse en la lengua propia de Galicia al excluirlo de la enseñanza, de la Administración, de la Justicia, de los juguetes, en los servicios de salud, en el audiovisual”. Así lo señaló este lunes Marcos Maceira, presidente de la entidad, una de las mayores en defensa del idioma propio de Galicia, tras reunirse con el conselleiro de Cultura, Xuventude e Lingua, José López Campos. El encuentro, al que también asistió el secretario general de Política Lingüística Valentín García y otros miembros de la dirección de A Mesa, ocurre después de que la asociación protestase públicamente por la falta de respuesta de la consellería a sus reiteradas peticiones de cita.
“La situación es de emergencia lingüística extrema”, adujo Maceira al término de la reunión, idea en la que ha incidido en los últimos años, “pero también es reversible con el compromiso de la sociedad y de los poderes públicos a favor del idioma”. A Mesa entiende que es precisamente la presión social la que ha hecho rectificar al Partido Popular y al Gobierno gallego, embarcados desde hace unos meses en la búsqueda de un “Pacto pola Lingua”. La iniciativa surge 15 años después de que el PP, entonces liderado por Feijóo y con Rueda como número 2, rompiese unilateralmente los consensos parlamentarios sobre la materia. El primer gabinete de Feijóo legisló para reducir la presencia del gallego en la enseñanza por primera vez desde la caída de la dictadura y, por el camino, se descolgó del Plan Xeral de Normalización Lingüística acordado por populares, Partido Socialista y BNG durante la última legislatura de Fraga Iribarne.
El conselleiro de Cultura e Lingua quiere ahora “renovar” el citado plan. Hace unas semanas anunció que los cambios se estructurarían por áreas y este lunes aprovechó el encuentro con A Mesa para adelantar que, dentro de dos días, nombrará coordinadores de esas áreas de trabajo. “Se trata de un paso importante de cara a avanzar en un nuevo escenario para nuestro idioma”. Marcos Maceira aseguró, por su parte, que la organización que preside contribuirá “en todo cuanto fuese necesario para reactivar los acuerdos y hacer efectivos los objetivos y medidas del Plan Xeral” pero, advierte, no legitimará “ningún proceso que no tenga como objetivo revertir la emergencia lingüística”.