Amigos e sodomitas (Amigos y sodomitas) es el estudio escrito por Carlos Callón y editado por Sotelo Blanco en el que el también presidente de A Mesa pola Normalización Lingüística expone su investigación sobre los orígenes del matrimonio entre personas homosexuales y en torno a la normalidad con la que, durante siglos, fueron concebidas las relaciones entre personas del mismo sexo. Después de que el Tribunal Constitucional le diese su visto bueno aa estas uniones y tras las declaraciones en las que el ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, insistía en no considerar válidos estos matrimonios, Callón decidió enviarle su obra como regalo.
“La ignorancia se cura leyendo y, con la lectura, también se pueden desterrar muchos perjuicios”, dice Callón para explicar la idea del envío a Fernández Díaz. “Los miedos que podemos escuchar hoy desde voces como la ministro del Interior” sobre la homosexualidad “se remontan en realidad a una intolerancia que nace en los últimos siglos de la Edad Media”, señala el autor de la obra, que ya ha recibido los premios Vicente Risco de Ciencias Sociales y Fervenzas Literarias de ensayo. Por esto, dice, es “muy necesario que la gente como el ministro Jorge Fernández sean capaces de superar ese odio irracional contra lo diferente y que se enteren de que, por ejemplo, el mensaje de Jesucristo contenido en los Evangelios no tiene nada que ver con la homosexualidad, por lo que no vale fundamentar la homofobia en eso.
Dada la condición de católico -y miembro del Opus Dei- del ministro, Callón subraya que “el pecado de sodomía no figura entre los diez mandamientos, no existía en los mil primeros años de historia del cristianismo y no aparece ni una sola vez en las prédicas de su mesías”. En el propio libro “se explica, a través de documentación medieval”, en su mayoría gallega, cómo la Iglesia le dio tanta importancia a esta cuestión, “hasta el punto de que actualmente no sale a la calle contra la pobreza o la exclusión, de las que sí habló mucho Jesucristo, y sí se manifiesta muchas veces, de forma incluso histriónica, contra la posibilidad de que tenga de nuevo pleno reconocimiento jurídico la unión entre dos mujeres o entre dos hombres”.
“El problema -concluye- es que la homofobia adultera la historia deliberadamente”, ya que, por ejemplo, se suele obviar hechos como el recogido en Amigos e sodomitas, donde aparece documentado “el matrimonio homosexual más antiguo de la Península Ibérica”, entre Pedro Díaz y Muño Vandilaz el 16 de abril de 1601. “Que sea el más antiguo del que se conserva documento no quiere decir que fuera el más antiguo que existe”, detalla, ya que también existen inscripciones funerarias en la Antigüedad romana “que ya señalan los nombres de dos varones y su relación como cónyuges”.