SOS Sanidade Pública presenta este miércoles en los juzgados de Santiago una denuncia contra el Servizo Galego de Saúde (Sergas) por la mala calidad de las agujas usadas para las inyecciones de insulina en pacientes con diabetes. En los últimos meses, la plataforma ha recogido las quejas de más de un centenar de pacientes en el área sanitaria de Santiago y de la propia Asociación Compostelana de Diabéticos. Esta asociación alertó de que las nuevas agujas proporcionadas por los centros de la Consellería de Sanidade presentaban numerosas deficiencias, provocando dolor en el momento de usarlas, hematomas y llegando incluso a romperse. En la denuncia, SOS Sanidade Pública incorpora varios de estos casos documentados, con el ejemplo de una radiografía practicada a una usuaria en la que se observan los restos de cinco agujas alojadas en su abdomen.
Hace tres años, el Sergas adjudicó el contrato de suministro de agujas a una nueva empresa que le ofrecía un precio menor, con el consecuente ahorro económico. Sin embargo, parece que la calidad ofrecida no está a la altura de los anteriores instrumentos. Xosé María Dios Diz, portavoz de SOS Sanidade Pública en Compostela, demanda que el Sergas recupere al menos el contrato anterior para garantizar la calidad en los suministros y el bienestar del pacientes.
“El ahorro que la Consellería consiguió fue nimio”, destaca. “Estas agujas se rompen, le provocan mucho dolor a algunas personas y tenemos que tener en cuenta que hay pacientes, sobre todo niños y niñas, que deben pincharse tres o cuatro veces al día”, explica. “Además” -añade- “hay otro problema, pues las agujas no ajustan bien, no cierran correctamente, impidiendo administrar la cantidad exacta de insulina y provocando riesgo de hiperglucemia e hipoglucemia”.
En los últimos meses SOS Sanidade Pública ya ha alertado de esta situación a la Consellería y a la Gerencia de Atención Primaria de Compostela, sin obtener una solución. También presentó una reclamación ante la Valedora do Pobo, que se la trasladó al Gobierno gallego, y que descartó finalmente la petición. La Xunta argumentó que el contrato de estas ayudas había sido adjudicado por una comisión y mediante un procedimiento ajustado a la ley. “Los políticos no piensan en los usuarios, seguramente piensan en las leyes y en las normas, pero no están mirando por las consecuencias de estas decisiones”, critica Xosé María Dios, que recuerda que en Galicia hay 300.000 personas diagnosticadas de diabetes, aunque hay aún “muchas más no diagnosticadas”, añadiendo que “cada vez hay más niños y niñas” con esta enfermedad.
No es la primera vez ni el de Galicia es el único caso en el que los pacientes de diabetes alertan de la mala calidad del material suministrado por el sistema público de salud. En Asturias, el Gobierno autonómico accedió a retirar las agujas “low cost” ante las denuncias de los colectivos de enfermos. Y en Andalucía, las críticas contra la Junta por buscar únicamente el ahorro económico se han repetido en los últimos meses. Hace dos años en Galicia, el PSdeG-PSOE llevó al Parlamento la denuncia de la carencia de agujas de pediatría, adaptadas especialmente para que los niños y niñas puedan pincharse y administrarse la insulina de forma menos dolorosa.