Los efectos de la escasez de pediatras “estallan” en el rural gallego
El déficit de pediatras se consolida como un grave problema (otro más) de la sanidad en Galicia. En los últimos meses, la ausencia de especialistas ha provocado protestas en diferentes localidades y en barrios de varias ciudades. Lejos de arreglarse, las quejas por la deficiente atención se expanden, también con relatos como el de aquella familia de la Costa da Morte que recorrió 140 kilómetros en la búsqueda de una correcta asistencia pediátrica en Navidad. En los últimos días, las denuncias se han concentrado en el norte del país: ayuntamientos y ciudadanía de las comarcas de Ferrolterra, Ortegal y A Mariña se movilizan ante una situación que califican de “penosa” y “triste”. Falta de médicos, largos desplazamientos, demoras en las citas... Y una respuesta común y sin resultado inmediato por parte del Servizo Galego de Saúde (Sergas): no hay profesionales para contratar y las plazas se cubrirán cuándo aparezcan. Y así siguen.
“Lo que no ha habido es previsión por parte de la Xunta ni condiciones laborales decentes para que los médicos no se vayan fuera. Es un problema de lejos que estalla ahora en muchos sitios porque afecta a toda Galicia”, explica Víctor Vila, portavoz de la Plataforma en Defensa da Sanidade Publica da Mariña, impulsora de mociones reclamando mejoras en la atención pediátrica aprobadas en los últimos días en los plenos de los ayuntamientos de O Valadouro, Barreiros o Ribadeo y que serán debatidas en otros de la zona.
Los problemas en pediatría son constantes. La mitad de las plazas de toda A Mariña están cubiertas por médicos de familia habilitados, no especialistas. En Galicia, un 60% de los ayuntamientos carecen de pediatra y 78 de ellos perdieron el único que tenían desde 2004.
La plantilla es escasa y, ante una baja, vacaciones o una marcha definitiva, las familias se quedan desamparadas. Pasa ahora con la pediatra que comparten Mondoñedo, Barreiros y Lourenzá. Da asistencia a más de 700 niños pero una ausencia prolongada los ha dejado sin doctora. La plaza no se cubre y se sustituye, como se puede, por horas y sólo algunos días, tal y como reconoce el Sergas. Hay “retrasos en las vacunas, en la atención y en los tratamientos”, denuncia el alcalde barreirego, Alfonso Fuente Parga, que causó baja en el PP en 2015. Muchos pequeños son llevados a médicos de cabecera, que autorizan las vacunas, que son puestas por ATS.
A sólo unos pocos kilómetros, la situación no es mejor. Dos pediatras atienden a unos 2.000 niños de Viveiro, O Vicedo y Ourol. Desde hace ya años, las movilizaciones vecinales reclamando más personal y medios son constantes. Cuando uno de los dos profesionales está de baja, “el otro asume un cupo elevadísimo, alarga las jornadas hasta las 4 o 5 de la tarde y con consultas rápidas para tirar como puede hacia delante”, destaca Víctor Vila. No hay sustitutos.
“No dan hecho y están saturados, incluso yendo por urgencias tuvimos problemas para que nos atendiesen... Vecinos y alcaldes hicieron fuerza para pedir sustitutos cuando hubiese bajas, pero los problemas siguen”, explica una madre de O Vicedo. Recoger testimonios sobre las deficiencias en la atención pediátrica es fácil. Las quejas son comunes, repetitivas y constantes.
También algo más al oeste. Moeche, Cerdido y San Sadurniño han fijado para este jueves y a la misma hora (20) su respectivo pleno extraordinario en el que demandarán a la Xunta el “inmediato restablecimiento” del servicio de pediatría que se prestaba en estos tres ayuntamientos y en el de As Somozas. Padres y madres llevan días movilizados ante la “precaria” situación de la pediatría en la zona.
La atención sanitaria infantil se prestaba con una pediatra con base en San Sadurniño que se desplazaba en itinerancia durante parte de su jornada a Cerdido, Moeche y As Somozas. La especialista se ha ido tras aprobar unas oposiciones --algo sabido hace tiempo-- y el servicio es atendido ahora por un médico puericultor tres días a la semana y por médicos de familia otros dos. En todos los casos, las familias tienen que desplazarse a San Sadurniño, a 15-20 minutos y entre 16 y 20 kilómetros de distancia para cualquiera de las combinaciones.
Son más de 320 niños los afectados. A pesar de la problemática que supone, la Xunta no es capaz de poner fecha para la solución y reconoce que las deficiencias son aminoradas gracias a “otros profesionales que se presentan voluntarios para prolongar sus horarios”.
Lo ha reconocido así Ángel Facio, responsable de la Gerencia Integrada de Ferrol, durante la reunión que mantuvo este martes con los alcaldes de Moeche, Cerdido y San Sadurniño. “No hay profesionales de pediatría para contratar; en cuanto haya uno disponible, será contratado”, destacó tras aclarar que la plaza no está en tela de juicio.
Con todo, no hay fecha para recuperarla y los alcaldes apelan a la presión. “Estamos como entramos, sin novedad y sin garantía alguna de que se solucione el problema de manera inmediata”, explica Beatriz Bascoy, regidora de Moeche, muy crítica con que la junta haya tardado once días en celebrarse desde que se solicitó y que el gerente del Sergas se haya reunido antes con el alcalde de As Somozas “y alcaldables” del PP. Además, insiste en la “falta de previsión” que ahora “pagan” los habitantes de estos tres municipios. “La cosa, por desgracia, va para rato”, advierte su homólogo en Cerdido, Benigno Galego. Todos asumen que, por lo menos en febrero, los obstáculos para las familias seguirán.
Sin pediatra y obligados a desplazarse media hora en coche
También en el Ortegal. Allí, Cariño, Mañón y Ortigueira comparten una doctora (no es pediatra) que presta atención sanitaria a unos 800 pequeños. Los lunes, martes, miércoles y viernes atiende de 9 a 12 en la capital comarcal y de 12 a 14 horas en Cariño. Los viernes le toca toda la mañana en O Barqueiro. “Si no está por baja o por días libres, no tenemos médica”, explica una madre del municipio cariñés.
En ese caso, la opción que les dan es acudir al centro de salud de Cedeira. A media hora en coche del centro de Cariño y a 40 minutos de O Barqueiro y Ortigueira. “La otra opción es ir directamente por Urgencias a Ferrol”. A una hora de camino si hay suerte con el tráfico.
El problema, que parecía solucionado tras una baja laboral de la doctora asignada en la zona, ha vuelto. Ya no hay cita para la atención pediátrica de un niño de Cariño hasta la semana que viene. Si tiene que ir al médico, deberá ir a Cedeira. En este caso, como en todos los anteriores, se añade un problema más: la imposibilidad de los profesionales de hacer un seguimiento continuo y constante del paciente.
“Llevamos con estos problemas mucho tiempo. Nos conformamos con lo poco que nos dan, con una miseria, y quien lo paga son los niños. Si no nos unimos y reclamamos, así nos irá”, insiste una madre harta de una situación que se repite cada poco.
Al tiempo, en el pleno del Parlamento gallego, Núñez Feijóo era inquirido sobre las continuas problemáticas del sistema sanitario. “La sanidad gallega nunca estuvo mejor. Está infinitamente mejor valorada que la oposición; es mejorable, pero buena. La oposición es mala”, resumió el presidente de la Xunta entre los aplausos de sus compañeros de partido.
En los escritos que el Sergas envía a las familias del área de Ferrolterra que presentan reclamaciones por las deficiencias de la atención pediátrica, como uno al que ha tenido acceso este diario, la dirección del área sanitaria reconoce los problemas y pide “un margen de confianza” para buscar “soluciones”.