Diputada de Podemos en el Congreso y una de las fundadoras del partido, su enfrentamiento con la dirección estatal no es ningúns ecreto. Anunció su intención de presentarse a las primarias para liderar el partido en Galicia y las de Pablo Iglesias fueron de las primeras críticas que le llegaron. También desde Galicia le recordaron que lleva veinte años viviendo en Madrid e incluso señalaron su candidatura como intento de enfrentarse a los actuales dirigentes, defensores de la candidatura de su rival, Antón Gómez-Reino. A pesar de todo, Carolina Bescansa evita polémicas y cree que abrir ese debate interno hoy por hoy “no le hace ningún favor al cambio político” en Galicia. [Entrevista realizada originalmente en gallego]
¿Cómo lleva la campaña?
Siento mucha ilusión, no sólo en el equipo, sino también en la calle, en la gente que me para. Hay mucha gente que ve en nosotros la posibilidad de aumentar las posibilidades de abrir la etapa post-Feijóo en Galicia y eso es una buena noticia para el país. Me alegra porque yo tuve muchas dudas antes de dar este paso pero, finalmente, veo que hay muchos y muchas que piensan que yo puedo ayudar a cambiar la situación política, social y económica de Galicia y yo voy a hacer todo lo que esté en mi mano para que así sea.
Pablo Iglesias, Gómez-Reino y otros miembros de Podemos han criticado su candidatura, incluso aludiendo a su residencia en Madrid...
Centrar el debate que debe girar en la situación política de Galicia en temas de tipo personal es una falta de respeto a los inscritos e inscritas. Podemos y las fuerzas del cambio atravesamos un momento crucial para abrir esa puerta a la tranformación del modelo productivo gallego, a la transición energética, a cambios en el mercado de trabajo en Galicia... Lo otro puede ser un debate muy importante en términos orgánicos o personales, pero abrirlo hoy por hoy no le hace ningún favor al cambio político.
Usted vive en Madrid y es diputada en el Congreso, el otro candidato a liderar Podemos Galicia es también diputado. ¿Va a seguir en su escaño si gana las primarias?
Por el momento, pienso que el espacio institucional donde podemos actuar es el Congreso de los Diputados porque es donde tenemos responsabilidad. Cuando llegue el momento de ocupar otros espacios, se abrirá como siempre un proceso de primarias en la organización y la gente decidirá lo que tenemos que hacer. Con todo, creo que somos más útiles ocupando la secretaría general de Podemos Galicia y un espacio de responsabilidad institucional que no ocupando ninguno. Los intereses de Galicia tienen muchos espacios diferentes donde se dirimen y donde hay que defenderlos.
¿El acuerdo presupuestario firmado por Podemos con el PSOE puede impulsar el partido tras meses sin tanto protagonismo?
Este acuerdo tiene que beneficiar a la gente. La gente nos puso en las instituciones para hacer cosas que fueran buenas para ellos. Hemos conseguido un acuerdo para que implica la subida del SMI a 900 euros, así que si finalmente es validado por la mayoría del Congreso será positivo para la ciudadanía. Si incrementamos el importe de las pensiones y llevamos a las instituciones las demandas de los pensionistas en las calles, también será un logro para la gente... Podemos es una herramienta de la gente y para la gente tenemos que ser útiles.
La marca Marea parece asentada en Galicia, incluso con Podemos integrada en ella. ¿Va a haber problemas con la marca en los diferentes procesos electorales?
Cualquier discusión que ponga en el centro del debate los temas de las marcas y no ponga el modelo productivo, la transición energética o el modelo de trabajo en Galicia es una discusión errada. Tenemos que hacer de estas primarias un gran proceso de debate sobre el camino que tiene que recorrer Podemos Galicia y hacer en este debate las propuestas y las ideas que vayan a centrar ese futuro para el país. Los tiempos de este proceso no dan para un debate de esa altura, pero tenemos el compromiso de hacer una gran conferencia política, si salimos vencedores, en diciembre o enero para abrir la formación a la sociedad civil, abrirla a las universidades, a los centros de investigación, a los sindicatos, a las empresas, a los pensionistas y hacer una ruta de salida que ayude a fijar el camino en los ayuntamientos y también un camino programático hacia las elecciones autonómicas y generales.
Usted sabe que el tema de la marca causa polémica en diferentes localidades para las próximas elecciones municipales...
Soy consciente de que construir las alianzas de las fuerzas del cambio no va a ser tarea fácil, pero también de que hay mucha gente que forma parte de las fuerzas reaccionarias que están siempre dispuestas a poner todos los obstáculos y tratar de construir un relato de confrontación, división, enfrentamiento... Es responsabilidad de todas y todos saber que eso es así y que el centro del debate tiene que estar en las propuestas pero no en las marcas ni en ninguna discusión sobre nosotros mismos, que es precisamente donde esas fuerzas reaccionarias nos quieren ver.
¿Aspirará a ser presidenta de la Xunta si acaba liderando Podemos Galicia?
Aún queda mucho para ese posible escenario. Ahora tenemos que ganar la organización para Galicia, ganar un futuro para el país... Pasito a pasito.
Galicia lidera muchas movilizaciones a nivel estatal, los llamados gobiernos del cambio tienen alcaldías en importantes ciudades... Pero Feijóo repite una mayoría absoluta tras otra. ¿Cómo se explica?
No es un fenómeno exclusivo de Galicia. Los procesos de cambio político pueden tener fases de muy intensa movilización que no desembocan en una transformación electoral. En el caso del 15-M, en 2011, acabó en el Estado con la mayor victoria electoral del PP. Por todo esto es tan importante que nosotros, en Podemos Galicia, seamos capaces de transformar este poso de movilización social que hay en Galicia --pensionistas, sanidad, cerco, justicia...--toda esa energía, esa fuerza de cambio, en cambio político.
Su lista para las primarias es claramente femenina y feminista.
El punto de inflexión con la movilización de este año el 8-M es un punto de no retorno. Hay una transformación lenta pero irreversible en términos de identificación con la causa feminista en la sociedad. Hace pocos años, el término feminista era rechazado pero hoy todo el mundo entiende que una mirada feminista sitúa la empatía en el centro de la política. La mirada de las mujeres y de las madres en particular tiene unas formas más poderosas, de sororidad... Ojalá fuésemos capaces de llevar ese apoyo y comprensión entre nosotros, la complicidad que sentimos las madres por ejemplo, al campo de la política.
En En Marea confluyen formaciones y actores nacionalistas, independentistas, soberanistas... ¿Qué aporta Carolina Bescansa en este debate territorial?
Nuestra posición, la de nuestra candidatura, es la de subrayar aquello que nos une. Nosotros compartimos con nuestros aliados una necesidad clara de transformar el modelo productivo gallego, la idea de que la corrupción, el caciquismo y el clientelismo son la otra cara de la moneda de la falta de desarrollo económico, estamos juntos contra la privatización de la sanidad y contra los recortes, también en abordar la despoblación, por la producción de valor añadido a nuestro sector primario... Es sobre esto sobre lo que tenemos que trabajar y sobre lo que se ha trabajado. Tenemos que trabajar más intensamente y poner el foco, en el centro del debate, el cambio de modelo productivo gallego. Si no lo abordamos, no será posible cambiar el modelo de trabajo en Galicia o revertir la precariedad.
Lo que parece claro es que cualquier alternativa a Feijóo en Galicia tiene que ser mixta y con varios partidos. ¿Cree que se está asentando esa cooperación entre la oposición en temas fundamentales?
Todos los actores del cambio somos conscientes de que el cambio económico y social en Galicia precisa de un acuerdo entre todas y todos nosotros. Ese acuerdo tiene que ser virtuoso, basado en el respeto mutuo, en el reconocimiento de lo que tenemos en común y en el respeto a las diferencias. Esa es la forma en la que pienso que tenemos que hacer política y es mucho más fácil de conseguir con una mirada feminista, la que sitúa la empatía en el centro de la política.