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Muere el arpista Emilio Cao, pionero del folk gallego contemporáneo

El músico gallego Emilio Cao en la iglesia de Santa María de Ourense

Daniel Salgado

Santiago de Compostela —
26 de mayo de 2025 12:29 h

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Santa Baia do Araño es una parroquia del norte del Concello de Rianxo, en la ría de Arousa. Por la zona pasaba sus vacaciones, todavía un niño, Emilio Cao, que luego se convertiría en figura decisiva de la música gallega de raíz. El dato no es menor: su disco más celebrado, publicado en 1977, se tituló precisamente Fonte do Araño y revolucionó la escena. Cao murió este domingo en el hospital de Santiago de Compostela, la ciudad en donde había nacido hace 72 años.

El sonido de Fonte do Araño era como un ovni en la Galicia de la restauración democrática. Inspirado en los experimentos del bretón Alan Stivell, que escribió un texto para la cubierta y con el que mantendría una larga amistad, su instrumento protagonista era el arpa celta. Con él construiría una no muy extensa pero sí influyente obra, con hitos hoy quizás un poco olvidados como Lenda da pedra do destiño (1979), No manto da auga (1981) o Amiga Alba e Delgada (1986). En esta última grabación participó el mítico guitarrista inglés John Renbourn -miembro de Pentangle- e hicieron coros Siniestro Total.

La banda punk viguesa homenajeado al arpista unos años antes en Yo quiero ser Emilio Cao, una versión del David Watts The Kinks pasada por el acelerador de The Jam: “Yo quiero ser Emilio Cao, / tocar el arpa en el Caurel / y ser tan guapo como él / y tocar con Alan Stivell”. El propio Julián Hernández recordaba en una entrevista en Muzikalia el impacto de Fonte de Araño en los 70: “A partir de aquí, la música tradicional gallega dejó de parecernos un tostón para bailes regionales que triunfaban en los Festivales de España de la ídem de Franco […] Nos aprendimos las canciones de Fonte do Araño de arriba abajo”.

Aquel trabajo, reeditado en 2017 cuando ya era pieza de coleccionista para los investigadores del folk progresivo europeo, no solo actualizaba la tradición musical gallega, también le añadía nuevos ingredientes eléctricos. Xoán Piñón era el responsable de la guitarra. Viejos amigos, habían coincidido en los primeros pasos de otro grupo de estatus legendario, N.H.U., cuyo elepé homónimo bebía en King Crimson o Frank Zappa. Ese rastro está, de alguna manera, en Fonte do Araño, una pieza sin la que tampoco se entendería el boom del folk gallego de los 90 y nombres como Luar na Lubre, Carlos Núñez o Berrogüetto. Su portada, geométrica y de colores planos, diseñada por Xosé Díaz, es no menos emblemática.

Cao también había formado parte de Brétema y acompañado al bajo a Benedicto, aguerrido cantautor comunista, fundador de Voces Ceibes y uno de los introductores de José Afonso en los ambientes contestatarios y antifranquistas del Estado a finales de los 60 y comienzos de los 70. Además de su carrera discográfica, compuso música para obras de teatro de Roberto Vidal Bolaño o Suso de Toro y colaboró en discos del vasco Ruper Ordorika -Ni Ez Naiz Noruegako Errege (1983)- o de Fausto -O despertar dos alquimistas (1985)-, uno de los más creativos exponentes de la muy creativa canção de intervenção portuguesa.

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