Néstor Rego: “Confío en que haya investidura, no sería bueno para la ciudadanía una repetición electoral”
Néstor Rego cree que el escaño que el Bloque Nacionalista tiene en el Congreso vale su peso en oro. Los equilibrios de la ajustada aritmética parlamentaria le llevan a pensar que su apoyo al próximo Gobierno será decisivo “muchas veces”. Eso, si hay investidura. Rego la desea pero advierte de que su partido está preparado para cualquier escenario.
Bregado en la política municipal en el Ayuntamiento de Santiago durante años, Rego es secretario xeral de la Unión do Povo Galego (UPG), partido embrión del BNG y estructura en torno a la cual orbita la mayor cuota de poder interno de la formación frentista.
¿El BNG votará a favor de la investidura de Pedro Sánchez?
El BNG va a negociar con su voto.
¿Está en marcha esa negociación?
Sí. Ya ha habido contactos discretos porque estábamos aún en el periodo de la investidura de Feijóo. En todo caso el BNG ya dejó claro desde el inicio que no íbamos a darle un cheque en blanco a nadie. Nuestro voto será a cambio de que haya compromisos claros con Galicia y más autogobierno.
¿Con qué expectativas aborda ese diálogo con el PSOE?
Esperamos que nuestro voto pueda ser a favor porque eso será bueno no para el BNG sino para Galicia.
¿Con quién se están sentando a negociar y cuándo tendrán la próxima reunión?
Los cuadros negociadores definitivos no están definidos aún pero la primera reunión informal fue con el secretario de Estado para la relación con las Cortes, Rafael Simancas. Él fue uno de los negociadores del acuerdo anterior.
Aquella vez ustedes votaron a favor de Sánchez. ¿Cómo calificaría su experiencia en ese intercambio de compromisos?
El PSOE cumplió parcialmente. El Gobierno del PSOE y Podemos solo cumplió una parte de aquel acuerdo. En ese sentido la experiencia no es enteramente satisfactoria. Entre la parte que se cumplió está el descuento de la AP9, la reparación de la Ría de O Burgo o actuaciones en infraestructuras como la modernización de la línea entre Ourense e Lugo... Pero también hubo elementos que quedaron sobre la mesa y que hace que tengamos una prevención razonable sobre los compromisos del PSOE con Galicia. Queremos medidas muy bien definidas y con calendarios precisos.
Sabemos que el mejor mecanismo de verificación es que el voto del BNG pueda ser decisivo en muchos momentos. Los números están tan ajustados que con independencia de que la investidura salga adelante, nuestro voto va a ser decisivo muchas veces.
¿Cuál ve como el escenario más probable: investidura o repetición electoral?
Yo confío en que haya investidura. Creo que no sería bueno para la ciudadanía que hubiese una repetición electoral. Sería positivo que con el impulso de las fuerzas soberanistas de las naciones hubiese una mayor democratización del estado español. Y que hubiese más políticas sociales en cosas que aún quedaron a medias en la pasada legislatura.
En todo caso, si hay que ir a elecciones el BNG lo afrontará con el mejor de los ánimos y la perspectiva de reforzar la representación nacionalista.
Usted que le conoce, ¿cómo ve a Alberto Núñez Feijóo en este momento?
No era ningún secreto que Feijóo fue la investidura con un objetivo interno: parapetarse y fortalecerse dentro de su partido frente a las personas que le pueden mover la silla. Eso hizo que en sus intervenciones quedase al descubierto un talante realmente agresivo y casi macarra, especialmente en la respuesta a las fuerzas soberanistas y concretamente al BNG. Yo creo que eso denota que le preocupa la posición del BNG de cara a las próximas elecciones gallegas y a la posibilidad de que haya un cambio de gobierno y el PP pierda la mayoría. Creo que eso es lo que dejó entrever en el debate.
¿Qué futuro político le augura?
Es difícil de predecir. Ya se están viendo movimientos que van en la dirección de cuestionarle el liderazgo. No sé si consiguió momentáneamente afianzarse pero me da la sensación de que no lo suficiente para que pueda aguantar mucho tiempo ahí. Es curioso que hoy mismo (en referencia al lunes) alguna de las cabeceras más emblemáticas de la derecha más ultra madrileña coloca en la portada a quien todo el mundo identifica como la principal adversaria de Feijóo. No sé si eso es un mensaje o un aviso a navegantes pero me da la impresión de que van a intentar moverle la silla sin tardar demasiado tiempo.
¿El BNG está a favor de la amnistía?
Nosotros estamos a favor de aumentar el grado de democratización de la vida política. Y que los conflictos políticos se puedan resolver por la vía política y nunca por la judicial. Estamos convencidos de que los procesos en el caso del independentismo catalán nunca debieron producirse. Y estamos convencidos de que el ejercicio de un derecho democrático como el derecho a decidir y el derecho al voto nunca debió ser penalizado. Nos parece bien que se avance en esa dirección, pero con un carácter general no solo en lo que tiene que ver con el caso de Catalunya. Creemos que hay muchos déficits democráticos en el estado español, algunos de ellos plasmados en normas que deberían ser derogadas o modificadas con urgencia.
¿Cómo cuáles?
Estoy pensando en la Ley de Seguridad Ciudadana que el PSOE y Podemos se comprometieron a derogar y hoy continúa vigente. Otro ejemplo es la modificación del Código Penal para suprimir el delito de sedición se incluyó otro delito, el de desórdenes públicos agravados, que puede ser aplicado con carácter general contra cualquier protesta política o social.
No sé si es impresión mía y está evitando la palabra así que insisto: ¿el BNG está a favor de la amnistía?
Si decimos que estamos a favor de que los conflictos políticos se diriman en el ámbito político, lógicamente estamos a favor de que lo que ha pasado se rectifique y se haga por la vía de una amnistía. Pero eso no puede convertirse en una medida puntual sobre Catalunya y a nuestro juicio debe ir en el ámbito de un proceso de democratización más amplio que afecta a todo el mundo. Con carácter general nuestra posición está clara, pero tendremos que leer qué es lo que se propone. Aquí hay fuerzas que están pontificando sobre la amnistía y su encaje constitucional antes de que exista ninguna propuesta. Es un poco absurdo.
¿Cuál es su opinión sobre la reclamación de un referéndum?
Me da la impresión de que eso se ha formulado de tal manera que lo que se está pidiendo es que se den pasos hacia la democratización. La posición del BNG sobre el derecho de autodeterminación es clara. Nosotros estamos a favor de un derecho democrático esencial reconocido en la carta fundacional de Naciones Unidas, de la que España forma parte. Reconocida en el pacto internacional de derechos sociales y políticos que firmó el estado español.
¿Cuándo cree que serán las próximas elecciones gallegas?
Decidirá Feijóo. Lo digo con claridad: no será Rueda quien decida.
¿Cree que la convocatoria electoral en Galicia se va a supeditar a los intereses del Partido Popular a nivel estatal y de los intereses de Alberto Núñez Feijóo?
Estoy convencido. El otro día en su respuesta a mi intervención durante el debate fue Feijóo quien dijo que podía haber un adelanto electoral en Galicia. Y lo hizo a pesar de las reiteradas declaraciones de Rueda en sentido contrario. Tengo bastante claro que quien va a decidir es Feijóo. El BNG está preparado. Si se adelantan, estupendo. Y si no, también.
Da la impresión de que no ve a Alfonso Rueda consolidado como presidente...
Sinceramente no. Es un presidente sustituto que no demostró capacidad de liderar políticas propias con independencia de lo que diga el PP de Madrid. Lo que hizo fue mantener y ahondar en las políticas regresivas que ya sostenía el PP con Feijóo al frente de la Xunta. No hay gran novedad, Feijóo también era sumiso a Madrid.
¿Cree que el PP gallego puede acabar pagando en las urnas su posición en contra del uso del gallego en el Congreso?
Hay algo que le recordé a Feijóo en la tribuna del Congreso. Y es que muchísimos votantes del Partido Popular, me atrevería a decir que la mayoría, son gallegohablantes. Oponerse a que la lengua de sus propios votantes y de su país gane un nuevo espacio de uso debería ser penalizado en las urnas.
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