Los partidos de la oposición han mostrado su rechazo a la creación de la primera universidad privada gallega, impulsada por Abanca, a la que la Xunta ha dado luz verde. El pasado 18 de marzo, el Gobierno gallego completó el último trámite dentro de sus competencias para poner en marcha este proyecto y remitió al Parlamento el anteproyecto de ley de reconocimiento de la Universidad Intercontinental de la Empresa. Lo hizo en contra de las recomendaciones del Consello Económico e Social, uno de los principales órganos consultivos de Galicia, que manifestó no poder “valorar positivamente” la iniciativa. Ahora, BNG y PSdeG han pedido devolver el proyecto de ley, para lo que han presentado sendas enmiendas a la totalidad.
Ambas formaciones consideran que no es necesaria la creación de la nueva universidad porque las titulaciones que ofrecerá ya existen en las universidades públicas gallegas y porque consideran que el proyecto tiene carencias en investigación. El proyecto, que la entidad financiera heredera de las cajas gallegas promueve a través de su fundación, afronta dificultades para cumplir los planes anunciados por el Gobierno central para limitar el negocio de las universidades privadas.
El BNG dice en su enmienda que esta nueva institución de educación superior es “innecesaria” porque el sistema público ya cubre “las necesidades de titulación que hay en el país”. El proyecto, critica, duplica titulaciones ya implantadas y “olvida por completo la investigación”. Un centro privado hará que las condiciones económicas de los alumnos sean “por primera vez” en Galicia un factor determinante para acceder a los estudios, añade.
Por su lado, el PSdeG ha coincidido en destacar que los estudios propuestos ya se ofrecen en el sistema público, en algunos casos “en varios campus”. También apunta a carencias en la parte de la investigación porque no se contemplan los ingresos previstos para su fomento. Los socialistas afean también “la absoluta falta de trasparencia” en la tramitación de la ley y recuerdan que las tres universidades gallegas se han mostrado en contra.