Tormenta política en el inicio del ciclo electoral. La Mesa del Parlamento de Galicia, órgano rector de la Cámara en el que se sientan PP y PSdeG, y la Junta de Portavoces abordaron este martes el inicio del nuevo período de sesiones. Para comenzar, la presidenta de la Cámara, Pilar Rojo, informó de que la Mesa ya le había dado el visto bueno al nuevo reparto de los cupos de iniciativas en los plenos para cada fuerza política con el objetivo oficial de encajar al Grupo Mixto, engrosado el pasado noviembre con Consuelo Martínez que, como antes Carmen Iglesias, había abandonado AGE. El resultado es un recorte a la capacidad de intervención de Alternativa Galega de Esquerda y del BNG, que conjuntamente acusan a los mayoritarios de intentar “amordazarlos” y ya dicen valorar el emprendimiento de “acciones legales” ante el Tribunal Constitucional.
El resultado del nuevo reparto es que tanto AGE como el Bloque perderán la posibilidad de formular dos proposiciones no de ley por período de sesiones -cuatro al año-, una interpelación al Gobierno y su consiguiente moción y una pregunta a los conselleiros. Además, el efecto públicamente más llamativo de la medida es que, por primera vez desde que el legislativo gallego dejó de tener solo tres formaciones en sus bancadas, a cada uno de estos grupos se le impedirá formularle una pregunta al presidente de la Xunta en cada período de sesiones, dos al año. Todas estas iniciativas pasarán al Mixto, que a través de Martínez acogió de buen grado la ampliación, pero rechazó que se realice en detrimento de AGE y BNG por ser “injusto”.
La imposibilidad de participar en todas las sesiones de control al presidente es, precisamente, lo que los grupos perjudicados creen que va contra la normativa parlamentaria vigente. Lo afirman apelando a una resolución de la Mesa del Parlamento datada en agosto de 2005 que tenía como intención responder a la “voluntad” del entonces presidente de la Xunta, Emilio Pérez Touriño, de responder en cada pleno a “una pregunta oral formulada por cada uno de los portavoces de los grupos parlamentarios”. En virtud de aquella resolución, que nunca fue modificada o derogada, “el número de preguntas dirigidas al presidente” en cada pleno “será de una por grupo parlamentario”. “Si los portavoces presentaran varias, el número máximo será de tres preguntas por grupo y, de ellas, el presidente (...) elegirá una para darle respuesta”, especificaba aquel acuerdo.
Reacciones de los grupos
La coincidencia en el tiempo de esta nueva regulación con el pacto entre populares y socialistas en el Estado para reformar la legislación antiterrorista les sirvió a AGE y BNG para observar, en palabras de Yolanda Díaz, un ejercicio de “bipartidismo rampante” que para el portavoz del Bloque, Francisco Jorquera, viene a suponer una “escenificación del futuro pacto PP-PSOE”. “El BNG tiene los mismos diputados y diputadas que al inicio de la legislatura”, por lo que “nuestro peso proporcional no ha variado”. “Que haya un grupo más no tiene por qué suponer la alteración del número de iniciativas” del Bloque ni “de los compañeros de AGE” con la justificación de que “los plenos serían demasiado largos”. El BNG, dice, “no tiene ningún problema en prolongarlos”, incluso si hace falta, “tres días y de manera semanal”.
También el portavoz de AGE, Xosé Manuel Beiras, observa “sintonía” entre PP y PSdeG en lo que, irónicamente, se pregunta si es la “primera de esas medidas de impulso democrático frijoliano”. “Ha habido dos problemas dentro del grupo de AGE, intentamos gestionarlos como se pudo y se castiga a quien padece el problema”, dice, en un contexto en el que considera aún más “inaceptable” que “por un problema surgido en AGE tenga que pagar daños colaterales el BNG, que no tuvo arte ni parte” en él. “Yo dije taxativamente que tuvieran el coraje de cargarle los costes exclusivamente a AGE”, pero se negaron, censura, en un contexto en el que Díaz “supone”, en clave de ironía, que PP y PSOE “se darán amor” en las sesiones de control en vez de “someter a control al presidente de la Xunta”.
Por el lado socialista su portavoz, José Luis Méndez Romeu, niega que la aceptación del nuevo reparto suponga “ningún tipo de acuerdo con el PP para reducir el número de iniciativas” de AGE y BNG. A su juicio, las críticas contra el PSdeG se deben al “comienzo del período preelectoral de una de las formas más tristes, como son las peleas entre la oposición”. Hablar de un pacto del bipartidismo es para Romeu una “falta de respeto a la verdad”, toda vez que el origen del acontecido es una “crisis interna y la escisión de un grupo parlamentario”.
Desde el PP su viceportavoz, Marta Rodríguez, cree que la propuesta es “necesaria y razonable” y ve “ridículas” las protestas porque, por ejemplo, el Bloque “con siete diputados, tiene derecho a presentar casi las mismas iniciativas que el PP”. Además, afirma, “hay un acuerdo de la Mesa” que “dice que no habría más de tres preguntas por pleno” al presidente, afirmación que no se corresponde con el texto aprobado en 2005.