La portada de mañana
Acceder
Mazón calca la estrategia del PP en otras catástrofes y sigue sin explicar su comida
La riada se llevó 137.000 vehículos en horas y comprar uno es casi imposible
Regreso a las raíces: Trump, gobierno de “delincuentes”. Por Rosa María Artal

La participación en Galicia incluyendo el voto emigrante se queda en el 56,5%

Alrededor de 1.520.000 gallegos acudieron a votar en estas elecciones del 18 de febrero al Parlamento de Galicia. Incluyendo el número provisional de papeletas emitidas por los censados en el extranjero (unos 29.300 del censo CERA), el porcentaje de participación en estas elecciones gallegas de 2024 se queda en el 56,5%. La cifra, superior a la registrada en las últimas tres victorias electorales del PP en 2012, 2016 y 2020, termina por debajo de los comicios que propiciaron cambios de gobierno en la Xunta en 2005 y 2009.

En 2005, las primeras elecciones autonómicas tras el desastre del Prestige, la participación subió hasta el 64,2% y se saldó con una victoria de la izquierda por más de 100.000 votos. En esa legislatura, el PSdeG-PSOE gobernó en coalición con el BNG tras 15 años ininterrumpidos de presidencia del popular Manuel Fraga. En los siguiente comicios de 2009, la participación volvió a estar en el 64%. Aunque izquierda y derecha empataron en número de votos, Núñez Feijóo se alzó con la presidencia gracias a la prima del sistema electoral.

El dato oficial de participación publicado ayer por la Xunta de Galicia (67,3%) solo incluye las papeletas contabilizadas ayer en los colegios electorales. Es decir, no incluye los votos depositados por los residentes en el extranjero (censo CERA), que habitualmente registran participaciones mucho más bajas.

¿Ha influido la participación de la victoria de los conservadores en Galicia? Fijándonos en el número de votos a izquierda y derecha en las elecciones autonómicas y generales celebradas en Galicia en los últimos 20 años, vemos que la derecha no siempre gana, al contrario de lo que podría pensarse. Y que, además, las victorias (o elecciones competidas) de la izquierda en esta comunidad suelen ir ligadas a una alta participación.

Ocurrió así en las generales de 2004, cuando votó el 71% del censo electoral y el conjunto de la izquierda superó al bloque de la derecha; también en las autonómicas de 2005 (64,2% de participación) y en las generales de 2008 (70,5%). En este último caso, la izquierda ganó a la derecha por más de 167.000 votos, un récord en esta comunidad. Para recopilar estos datos, contamos como izquierda a la suma de PSOE, BNG, Sumar, IU, Podemos, Más País, En Marea y AGE; y en la derecha incluimos los apoyos a PP, Cs, Vox, DO y UPyD, dependiendo de las convocatorias, en las que no todas estas formaciones han estado presentes.

Atendiendo a los datos extraídos del Ministerio del Interior y la Xunta de Galicia que incluimos en el gráfico superior, se observa que en los últimos 20 años la derecha –en su conjunto– solo ha ganado claramente las elecciones de 2011 cuando la participación superaba el 60%. Precisamente, las cuatro últimas mayorías absolutas del PP en las autonómicas gallegas (incluyendo la de 2024) se han producido cuando la participación ha sido muy baja, inferior al 57% del electorado.

Hay que tener en cuenta que la población gallega se abstiene más a la hora de ir a votar en unas elecciones autonómicas que en unas generales, especialmente en las grandes ciudades, graneros de voto de las formaciones progresistas.

Como explicamos en esta pieza, la brecha de abstención en comicios autonómicos (versus generales) aumenta en las ciudades, que a su vez tienden a votar más a la izquierda que los municipios pequeños y envejecidos.

Teniendo en cuenta solo los comicios autonómicos, la izquierda ha registrado el mejor resultado en número total de votos desde 2009. En los últimos cuatro comicios, el techo estaba en los 650.000 votos de 2016, con la irrupción de En Marea en el parlamento gallego.

Los resultados provisionales de 2024 suman más de 700.000 votos para el bloque progresista el 18F. Un resultado que se queda lejos del conseguido en 2005 (880.000 votos) y 2009 (810.000), cuando la izquierda igualó en votos a la derecha en las elecciones autonómicas.