¿Está en peligro el futuro del tren en Galicia?

Marcos Pérez Pena

El Ministerio de Fomento dio luz verde hace unas semana a su plan de racionalización de servicios ferroviarios. Detrás de este eufemismo se esconde la supresión de las líneas y servicios de menor ocupación y rentabilidad económica: alrededor de 30 líneas de media distancia que suponen una cuarta parte del total. En Galicia por ahora la única afectada es la línea Ourense-Pobra de Sanabria, de la que se suprimen dos servicios, así como el cierre definitivo de 9 estaciones: Taboadela, Paderne-Cantoña, Ponte Ambía, Baños de Molgas, Vilar de Barrio, Alberguería-Prado, Laza-Cerdedelo, Castrelo do Val-Verín-Campobecerros y A Mezquita-Vilavella. Estos servicios dejarán de prestarse antes de 2 junio de 2013, a no ser que la Xunta formalice el correspondiente contrato con Renfe Operadora.

Esta situación es criticada por CC.OO., que denuncia que “se está permitiendo la muerte” del negocio de mercancías y del de Media Distancia de viajeros, “víctima de una mala gestión”. El sindicato alerta además de que el futuro de otros servicios ferroviarios en Galicia también podría estar en el aire. Se trata de las líneas A Coruña-Ferrol y A Coruña-Lugo-Monforte, la Vigo-Ourense y la línea convencional entre Santiago y Ourense por Lalín. La propia propuesta del Ministerio abre la posibilidad suprimir más trenes en los próximos seis meses. Además, CC.OO. advierte de que la definición de los deberes de servicio público de FEVE que tiene que resolverse antes del 30 junio de 2013 supondrá un recorte de servicios, “ya que en el mes de julio pasado se pretendía reducir 19 servicios en la línea de Ferrol a Ortigueira y otros dos en la línea de Ferrol a Ribadeo y que finalmente se mantuvieron, probablemente ante la cercanía de las elecciones gallegas”.

Las otras líneas en peligro

El Gobierno central está siguiendo dos criterios para decidir las supresiones de servicios. El primero tiene que ver con su uso efectivo: analizó las líneas con menos de un 15% de viajeros sobre el total de plazas ofertadas. En ese corte entra la línea Puebla de Sanabria-Ourense (4,2% de usuarios), pero también la Vigo-Ourense (11,7%), la Vigo-Ourense-Ponferrada (12,9%), la Coruña-Ferrol (13,3%) y la Coruña-Lugo-Monforte (14%). En principio el Gobierno asegura que en las líneas que no fueron suprimidas se realizarán modificaciones para intentar mejorar estos ratios, recortando costes o empleando trenes de menor tamaño. También se asegura que se tendrán en cuenta otros criterios -de cohesión territorial- para impedir que ninguna villa o ciudad quede incomunicada.

En estos proyectos de reducción de costes también se prevé el cierre de apeaderos y estaciones con baja utilización. En los datos que maneja el Ministerio de Fomento se afirma que un total de 48 paradas de tren en Galicia recibieron cinco viajeros o menos por día en 2011. Todas ellas pueden tener sus días contados. La Alberguería-Vilavella, La Esclavitud, Areas, Bandeira, Barra de Miño, Begonte, Covas, Franza, Louredo, Montefurado, Paderne-Cantoña, Pobra de Brollón, Ponte Taboada, Ponteambia, Pumares, Sano Estevo del Sil, San Pedro del Sil, Taboadela, Vedra-Rivadulla y Vilariño de Conso figuran en esa lista de estaciones y apeaderos con menor tráfico.

Algunos medios han publicado que estas decisiones del Gobierno central podrían estar impulsadas por el “lobby asociado al transporte por carretera” que incrementó su actividad en torno al Ministerio de Fomento de Ana Pastor. Estas infomaciones hablan del interés de Alsa, Monbus, Avanza y Arriva, que buscan hacerse con concesiones gubernamentales para los servicios de transporte en aquellas ciudades en las que los servicios ferroviarios sean suprimidos.

La propuesta de CC.OO.

El sindicato denuncia que el objetivo del Gobierno es “el desmantelamiento del servicio público de transporte de viajeros por ferrocarril” y que “su mala gestión sirve como excusa para hacerlo”. CC.OO. cree que en la actualidad “el ferrocarril en Galicia no puede competir con otros medios si no se invierte en una modernización de la infraestructura” y que “es necesario aumentar las frecuencias con servicios adaptados a las necesidades de la población con precios asumibles, es necesario estar presentes en los consorcios de transporte, apostar por la intermodalidad e interoperatividad de los transportes”. CC.OO. le demanda al Gobierno gallego “una apuesta decidido por el ferrocarril como medio de transporte intracomunitario respetuoso con el medio, seguro, como medio de cohesión social y territorial y como un elemento decisivo en el desarrollo económico de las distintas comarcas”.

El sindicato cree que la Xunta de Galicia debe exigir al Gobierno central “que no se supriman servicios ni se cierren estaciones, que se aumenten los servicios y las paradas para finalizar con los agravios comparativos con otras comunidades del litoral con redes de cercanías ferroviarias”. Asimismo, anuncia que está elaborando el estudio FASE (Ferrocarril Alternativo y Social en España), que propondrá a la empresa medidas para un “ferrocarril de la ciudadanía”.