La Fiscalía mexicana también investiga al exdirector de Pemex por la compra de un astillero que avaló la Xunta

“El astillero y el hotel flotante que hundirían más a Emilio Lozoya”. “Buscan imputar a Lozoya por pérdidas de 50 millones de Pemex en astillero Barreras”... La prensa mexicana despertó el pasado jueves repleta de informaciones sobre la detención del exdirector general de la petrolera estatal, varias de ellas con alusiones a los negocios que impulsó de la mano de la Xunta en Galicia. El caso Odebrecht, por el que fue detenido en Málaga y luego enviado a prisión por riesgo de fuga, no es el único que afecta el exdirectivo, que está siendo investigado por la Fiscalía mexicana por dos casos más, uno de ellos la compra del astillero Barreras avalada por el Gobierno de Núñez Feijóo.

Así lo reconoció este pasado miércoles el director de la Unidad de Inteligencia Financiera (UIF), órgano equivalente a la UDEF en México, Santiago Nieto, que recordó que todavía hay investigaciones por concluir contra Lozoya, entre ellas la adquisición de Barreras por parte de Pemex.

“Hay todavía dos casos que no fueron judicializados y estamos investigando, uno es el de un astillero en España donde hay pérdidas por 50 millones de euros”, dijo a los medios al valorar la detención de Lozoya en Málaga, que considera “muy importante para ir avanzando en la política de tolerancia cero con la corrupción y la impunidad” impulsada por el presidente mexicano Andrés Manuel López Obrador. El otro caso tiene que ver con el desvío por parte del ex-funcionario de 83 millones de pesos mexicanos.

La investigación impulsada por México de la compra de Barreras por parte de Pemex es la secuencia lógica, después de las denuncias hechas por López Obrador sobre los negocios de la petrolera. En una rueda de prensa junto a los nuevos gestores de Pemex puso el foco en el acuerdo con la Xunta y en la participación de la petrolera en el astillero vigués, que fue denunciada ante la Fiscalía.

El nuevo director de Pemex, Octavio Romero Oropeza, censuró la administración “muy deficiente y con muchos problemas” de Barreras después de que la empresa azteca “nunca se involucrase en el negocio”, así como el encargo de dos floteles, que “nunca se pudieron ocupar” del todo y que no se vendieron al estar “muy por debajo del precio al que se construyeron”.

Antes, la Auditoría Superior de la Federación (ASF), el equivalente al Tribunal de Cuentas en España, ya había advertido de irregularidades en la adquisición de Barreras y había recomendado a Pemex que investigara a los funcionarios que autorizaron la inversión en el astillero al no corresponderse esta operación con una “actividad sustantiva” de la petrolera y por omitirse información sobre su justificación.

La Fiscalía mexicana investiga ahora a Emilio Lozoya por aquella operación sobre la que la ASF sembró muchas dudas y de la que advirtió de su total opacidad. Avalado por la Xunta como parte de aquella “alianza estratégica” que tan sólo trajo la construcción de dos floteles, el negocio acabó con Barreras en la quiebra y los intentos –denunciados por Pemex– de que la petrolera cediese su participación por un euro.

Aquel acuerdo de compra firmado en 2013, y adelantado por Praza.gal, incluía la construcción de un atunero, de un buque de apoyo submarino y de tres buques tanque, además de la transferencia tecnológica al naval de México. Tan sólo se construyó un flotel, con meses de retraso y que ahora Pemex no es capaz de vender tras ser construido a un precio mucho mayor de lo que marcaba el mercado.

Lozoya es ahora señalado por corrupción. El presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, y el consejero de Economía, Francisco Conde, llegaron a reunirse y fotografiarse en México en 2014 con el exdirectivo de Pemex para evaluar el acuerdo suscrito.

“Nuestra alianza estratégica con Pemex es una alianza que queremos que dure mucho tiempo y esperemos que así sea”, le dijo Feijóo a Lozoya hace ahora seis años en la capital mexicana. El entonces director de la petrolera, según contaba la Xunta, advertía de la posibilidad de que astilleros gallegos construyesen remolcadores, la flota menor de la empresa o un buque tanque. Nada de eso ocurrió. Con todo, el jefe del Ejecutivo gallego dio las gracias al ahora detenido “por haber satisfecho y por haber honrado la palabra dada por Pemex a Galicia”.