En términos generales la ciudadanía de Galicia y de España suele decir que está contenta con la atención sanitaria o por lo menos que “tenemos suerte” por el hecho de contar con un sistema público de salud. Esto es cierto, pero en unos sitios funciona mejor que en otros.
La dimisión histórica de los jefes de servicio de Atención Primaria de Vigo, ratificada esta semana en asamblea, y las condiciones de trabajo “indignas” que los médicos eventuales revelan, da muestra de que en Galicia, y muy especialmente en el área de Vigo, las cosas no funcionan bien.
Estamos hablando de personal altamente cualificado que en el mejor de los casos saca la carrera en seis años, hace el MIR y luego la especialidad. En total son 11 años de formación y práctica obligatoria antes de incorporarse al ansiado mercado laboral. Laura Prado, miembro del colectivo de médicos eventuales en situación de precariedad laboral Precarias pola atención primaria, explica que en 20 meses firmó 50 contratos, y en el pasado mes de agosto iba a contrato por día, moviéndose por toda el área sur de Pontevedra. “Tienes que tener datos en el móvil, siempre viendo el GPS para encontrar el Centro de Salud”. Su situación no es excepcional y dice que puede sentirse incluso afortunada puesto que el promedio está en 39 contratos por año.
El colectivo lamenta que como solución a esta precaria situación desde el Sergas se proponga el “contrato de continuidad”, ya oficial desde el 31 de enero, y que afectará tanto a médicos de familia como a pediatras de atención primaria. Este contrato, que de momento convive con el anterior, incluye por ejemplo que el 40% del horario del mes está sin fijar. El Sergas puede avisar en cualquier hora del día, de la noche o festivo para la incorporación inmediata a consultas o guardias en un punto geográfico no determinado. No define número de guardias, ni hace distinción entre guardias de noche o de día. “Puedes encadenar 31 horas sucesivas de trabajo y pasar consulta de 7 horas a los pacientes después de estar toda la noche trabajando en urgencias”, alerta Laura Prado. Además, este contrato no afecta sólo a los médicos temporales, ya que abre la puerta a la creación de la plaza estructural de médico de área, lo que supondría la eliminación del médico de familia tal y como lo entendemos. “Esto significa aceptar que nuestros mayores sean atendidos cada día por un doctor, desaparece la longitunalidad en la atención, lo que puede derivar en el aumento de la morbimortalidad” (muerte por enfermedades), explica la doctora Prado.
Los representantes de este colectivo aseguran que no faltan médicos -en la última OPE se presentaron más de 1.000- lo que sucede es un éxodo de profesionales hacia fuera de Galicia, como muestra el hecho de que sólo el pasado año 129 facultativos de Galicia solicitaron el certificado de idoneidad para trabajar en el extranjero, 44 de la provincia de Pontevedra.
Soluciones
La solución a esta precariedad del sistema de salud pasaría por la creación de contratos de estabilidad a través de la oferta pública de empleo. El colectivo pide negociar con la Xunta un nuevo contrato, pero si no se crean nuevas plazas no se solucionará el problema, porque “es imposible organizar la miseria”, asegura la doctora Prado.
De este modo, la Xunta debería convocar oposiciones que cubran las plazas vacantes de las jubilaciones y creen nuevas plazas para hacer frente a la masificación de los cupos, la mayor complejidad de las pruebas diagnósticas, la mayor demanda y al envejecimiento de la población.
Con esta situación, las 250 plazas anunciadas por el Sergas para médicos de familia no llegan para cubrir las vacantes a día de hoy ni las jubilaciones en masa previstas de los próximos 5 años. Para la plataforma de Precarias por la atención primaria es necesario que el Sergas haga una auditoría para estudiar esta situación, ya que el número de plazas necesarias supondría otras 500, como mínimo.