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'O Piloto', el último guerrillero, el “hombre que esperaba”

El 10 de marzo de 1965 José Castro Veiga, O Piloto, era asesinado por la Guardia Civil cerca del embalse de Belesar mientras descansaba y comía algo sentado en una roca. Era el último guerrillero antifranquista que resistía en el monte, difunto ocho años después de la muerte de Facerías y cinco desde que había caído Quico Sabater. Tenía 50 años y había pasado los últimos veinte forajido, manteniendo la lucha contra la dictadura, muchos años después de que las guerrillas hubieran sido disueltas oficialmente y cuando la actividad de todos los demás guerrilleros ya había cesado. Como destacó Carlos G. Reigosa en su Fuxidos de sona (Forajidos de fama), en ese momento O Piloto más que un guerrillero debía considerarse “un hombre que esperaba”.

Fue enterrado en el cementerio de San Fiz de Asma (Chantada), pero no fue hasta 1986, cuando también fue homenajeado, que pudo tener una lápida y una placa que recordaran su nombre y su actividad. Aquel día, el 9 de marzo de 1986, un grupo de amigos se juntaron allí para recordarlo, ver a compañeros del Partido Comunista y de la Guerrilla, entre ellos Camilo de Dios. Estaba también su inseparable compañera Ramona Mirella Corto e incluso Enriqueta Otero, que durante años fue también guerrillera.

Algunos de los organizadores de ese primer homenaje están preparando un acto semejante, que se celebrará en el mismo lugar el próximo 15 de marzo. Fano “en régimen de convocatoria abierta”, a la que se pueden sumar todas las personas que quieran “para que siga viva su memoria y la de todos aquellos que lucharon y murieron por las libertades”. “Debe ser un acto en el que participen y al que acudan todas aquellas personas que lo deseen, independientemente de su militancia política y de su condición ideológica” –destacan– “todos los que quieran tendrán tiempo para hablar, para cantar, recitar e, incluso, para llorar. Solo serán mal vistos aquellos que vayan con ansias de acaparar protagonismo político. Será un acto abierto, cooperativo, sincero, sencillo y de ayuda a la recuperación de la memoria de la Guerrilla y de los guerrilleros”, sobre el cual en las próximas semanas se conocerán más detalles y sus participantes. Por ejemplo, sus organizadores están pendientes de que la salud de Camilo de Dios le permita acudir. Todas las personas que quieran participar deben apuntarse en el correo electrónico paralembranza.piloto@gmail.com.

20 años en el monte

O Piloto

José Luis Castro Veiga nació en O Corgo el 11 de febrero de 1915 y a los 16 años ingresó como voluntario en la Aviación militar española (de ahí su apodo), llegando al grado de cabo. Cuando comenzó la Guerra Civil, desertó del bando nacional para luchar en el republicano. Capturado en Madrid en 1939, fue condenado a 30 años de cárcel, pero fue indultado tras cumplir cuatro, en 1943. En 1945 regresa a Galicia y pasa a la clandestinidad como militante del PCE, entrando en contacto con los guerrilleros y echándose al monte en el verano de ese año. Las guerrillas mantuvieron una intensa actividad en los años siguientes, hasta comienzos de los años cincuenta. El grupo liderado por O Piloto actuaba principalmente en una amplia zona entre Castroverde, O Corgo y Sobrado, llegando hasta Asturias y León por la comarca de Os Ancares.

El 27 de mayo de 1954, en un duro enfrentamiento, perdió a la mayor parte de sus hombres en la zona de Paradela. Desde entonces y hasta su muerte, permaneció oculto, realizando de cuando en cuando golpes económicos (atracos), justificando siempre políticamente estos robos, afirmando que actuaba en nombre de la autoridad republicana. Pudo resistir, asimismo, gracias a la colaboración de amigos y de numerosos vecinos de estas comarcas, que le ofrecían refugios seguros que tenía que cambiar continuamente, para evitar ser descubierto. La construcción del embalse de Peares acabó con algunos de sus refugios habituales, por ejemplo los ubicados en la aldea chantadina de Sernande.

El 10 de marzo de 1965, O Piloto entró a robar en la casa de un empresario ganadero de la parroquia de Rebordaos (O Saviñao). Al igual que en otras ocasiones, lo hizo “en nombre de la República”. Sin embargo, el hijo del propietario siguió a José Luis Castro Veiga hasta el monte y llamó a la Guardia Civil, informando de la situación del huido. O Piloto recibió un disparo mientras estaba comiendo, algunas fuentes dicen que en cabeza, otras que en la barriga. La prensa de la época publicó informaciones breves sobre lo sucedido, destacando que las autoridades habían acabado con la vida de un “forajido tristemente famoso, célebre asesino y responsable de una partida de malhechores”, obviando su condición de luchador antifranquista.

Del Piloto se cuentan muchas anécdotas y historias, algunas difíciles de verificar, pero por lo general se destaca su firmeza de carácter y su dureza en el combate. También su astucia e inteligencia, que le permitieron soportar casi en solitario una persecución de 15 años. Se dice, por ejemplo, que en una ocasión, en las fiestas de la parroquia de Diomondi (O Saviñao), se hizo pasar por vendedor de jamones e incluso invitó a una ronda a la gente del lugar y también a un grupo de guardias civiles. No fue reconocido por nadie.