Personal de los medios públicos gallegos exige en la calle independencia informativa con el apoyo de oposición y sindicatos
Tras 16 viernes negros, este sábado personal de la CRTVG, con el apoyo de compañeros y compañeras de la delegación en Galicia de CRTVE, tiñeron del mismo color las calles de Santiago en defensa de unos medios públicos sin interferencias políticas. Durante más de dos horas de recorrido, una manifestación a cuyo paso se fue uniendo la ciudadanía así como profesionales de otros medios de comunicación y representantes de todas las fuerzas políticas de la oposición, de los sindicatos y de diversos colectivos sociales, finalizó en la plaza de Praterías, junto a la Catedral, a los gritos de “no a la manipulación”, “aquí está, aquí se ve, el periodismo gallego en pie”, o “no nos mires, únete, la tele y la radio de todas es”.
La manifestación comenzó en San Marcos, a las afueras de Santiago, donde están las sedes de la CRTVG y de la delegación en Galicia de CRTVE, y tras recorrer el coincidente último tramo del Camino de Santiago finalizó junto a la Catedral cerca de la una de la tarde. Allí, por boca de las periodistas Marga Pazos y Rita Alonso, de CRTVG y CRTVE respectivamente, se pusieron en evidencia las diversas presiones que sufren los profesionales de los medios públicos y se leyeron diversas reivindicaciones contenidas también en un manifiesto divulgado este viernes en el que se destaca que “la CRTVG no forma parte del botín que se llevan los partidos que ganan las elecciones”. Por eso, se volvió a instar al Gobierno gallego y a la dirección del ente público a que cesen en sus intentos de controlar los contenidos en función de sus propios intereses.
Los convocantes apelaron también al conjunto de la ciudadanía: “Señoras y señores espectadores y oyentes de la Televisión y de la Radio Galega y también todos los que no nos ven ni nos oyen: pueden exigirnos más, deben pedir que lo hagamos mejor […] No nos den por perdidos. Lo podemos hacer.” La manifestación finalizó con diversas actuaciones musicales.
La marcha, bajo el lema Por la dignidad de los medios públicos, llega después de que los convocantes constatasen el inmovilismo del Gobierno gallego y de la dirección de los medio autonómicos ante sus reclamaciones, que pasan por el cumplimiento de la ley autonómica impulsada por el propio PP hace ya siete años.
La reacción a las protestas en las últimas semanas ha pasado por parte de los responsables de los medios públicos autonómicos por nuevas represalias y declaraciones contra los movilizados, al tiempo que todos los partidos de la oposición y los sindicatos se han unido a sus reclamaciones y participaron este sábado en la manifestación con sus principales líderes, que coincidieron en atribuir al propio presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, la responsabilidad de la degradación de los medios públicos gallegos. El portavoz de En Marea, Luis Villares, destacó que “no hay sociedad democrática libre sin unos medios libres. El secretario general del PSdeG, Gonzalo Caballero, censuró que ”el PP no puede hablar de libertad“ al tiempo que intenta controlar los medios públicos. Y la portavoz del BNG, Ana Pontón, pidió la dimisión del director general de la CRTVG, Alfonso Sánchez Izquierdo, y atribuyó a Feijóo ser el ”jefe de esa banda de secuestradores que tienen secuestrados los medios públicos“.
En los últimos días la movilización de este sábado fue recibiendo numerosos apoyos. Junto a la oposición parlamentaria gallega, se adhirieron a las reivindicaciones comités de otros medios públicos de toda España como TVE, TV3 o Telemadrid, así como la Academia Gallega del Audiovisual y otras organizaciones del sector de las artes escénicas. También llegaron apoyos desde diversos ayuntamientos, por parte de los principales sindicatos, de entidades sociales y de periodistas de diversos medios de comunicación, así como de ciudadanía a título individual.
Cuatro meses de protestas
Los viernes negros, la protesta simbólica vistiendo de ese color del personal de los medios públicos en reclamación de una mayor independencia en su trabajo, los comenzaron los trabajadores y trabajadoras de CRTVE en toda España el viernes 27 de abril. Un mes después, el 25 de mayo, sólo un día antes de que este diario desvelase el intento de la CRTVG de limitar a 40 segundos la información sobre la sentencia del caso Gürtel que finalmente acabó durando 76 segundos, el personal del ente gallego se sumó a los viernes negros con convocatorias que fueron ganando en seguimiento, especialmente después de que a mediados de ese mes dimitiesen los presentadores del informativo vespertino de la TVG, Alfonso Hermida y Tati Moyano.
La gestión por parte de la compañía de la crisis interna que se desencadenó fue acogida con malestar en el Gobierno gallego hasta el punto de que el presidente Feijóo intentó desentenderse de la cuestión. “Yo no dirijo la TVG”, llegó a decir, ante el aumento de las críticas internas y externas contra el control que su Gobierno mantiene sobre la información de los medios públicos gallegos. Sin embargo, una de las principales reivindicaciones del personal es el cumplimiento de la ley sobre los medios públicos gallegos que el propio Feijóo impulsó en 2011 y que siete años después aún no está aplicada entre otras cuestiones en la creación de un Consejo de Informativos del que el presidente se desentiende. La ley, destacan los representantes del personal, tampoco se cumple en lo referente al exigido incremento de la producción propia, en la creación de una autoridad audiovisual independiente o en la propia elección del director general de la CRTVG por una mayoría cualificada del Parlamento.
Desde la dirección de la compañía su máximo responsable, Alfonso Sánchez Izquierdo, ha dado por “muy cumplida” la ley de medios y niega que el aún no creado Consejo de Informativos sea “el bálsamo que vaya a garantizar la calidad de los contenidos”. En esa comparecencia ante el Parlamento de Galicia a mediados de julio, Sánchez Izquierdo llegó a negar “valentía” al personal movilizado. El contraste a esas palabras se evidenció sólo diez días después, cuando se supo que la compañía había apercibido, y posteriormente amenazado de despido, a la presentadora que había dimitido del Telediario, Tati Moyano, después de que ésta criticase el uso partidista de la TVG ante Feijóo en un acto benéfico al que asistió el presidente y que ella misma presentaba de manera desinteresada.
Por parte del Gobierno gallego, la respuesta habitual que verbaliza el propio presidente Feijóo es que la situación de la CRTVG no era mejor durante el gobierno bipartito de PSdeG y BNG hasta el punto de asegurar que la “manipulación” en ella finalizó con su llegada a la Xunta en 2009.