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La Xunta culpa al Gobierno central del caos en una residencia de ancianos en Ourense sin personal por el coronavirus

La UME procede a la desinfección de la residencia de mayores en Celanova

Daniel Salgado / María Pampín

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La Xunta de Galicia pone el foco sobre el papel del Estado en el caos que vive la residencia privada de San Carlos en Celanova (Ourense), en la que no hay personal suficiente para atender a los residentes debido a la expansión del coronavirus entre trabajadores y mayores. La dirección del centro y el Ayuntamiento de Celanova buscan cómo completar su cuadro de personal para no dejar a los ancianos sin atención y poder dar descanso a sus trabajadoras, que llevan días haciendo turnos de 14 horas.

El Gobierno de Alberto Núñez Feijóo, del que dependen los centros de mayores, conoció el primer caso en Celanova el pasado jueves. Sin embargo, considera que no es el papel de la Xunta intervenir inmediamente en esta situación, sino apegarse a las normas generales dictadas ayer, domingo, por el Gobierno central. La Xunta afirma también que la situación de la residencia privada es su “principal preocupación” y que “tiene sobre la mesa todas las opciones” para actuar. Mientras, la directora del centro, que trabaja desde su casa porque también ha dado positivo, ha hecho un llamamiento para que profesionales voluntarios ayuden en el cuidado de los 54 ancianos que viven allí, de los cuales 13 han dado positivo por coronavirus.

El Gobierno gallego indica que solicitó el domingo que la Unidad Militar de Emergencias (UME) garantizase las “medidas preventivas, sanitarias y de aislamiento' en esta residencia privada”. “Lamentamos que las instrucciones que recibió la UME por parte del Gobierno central fuese únicamente la desinfección del centro, en lugar de la garantía de las medidas preventivas, sanitarias y de aislamiento que el propio gobierno central comunicara (a todas las comunidades autónomas y a los medios de comunicación) en la mañana del domingo”, indica la Consellería de Política Social.

Este departamento, del que dependen los centros de mayores en la comunidad, explica que “ante la inacción del Gobierno central y el incumplimiento de los compromisos asumidos, la Xunta de Galicia tiene sobre la mesa todas las opciones para actuar en esta residencia”. No aclara cuáles son ni cuándo las pretende aplicar. Doce de las 58 plazas de San Carlos son concertadas, es decir, sufragadas por el Gobierno gallego.

Entre las luchas sobre adónde llegan las competencias del Estado o de la Xunta se queda, en medio, la situación de la residencia privada de San Carlos, en Celanova. Solo están disponibles cuatro personas de los 23 trabajadores habituales, 14 han dado positivo por coronavirus, incluidas la directora y la enfermera, y el resto están de baja médica. Las cuatro mujeres que quedan están desesperadas porque no dan abasto para cuidar a los pacientes. Cuando llegó la Unidad Militar de Emergencias (UME) en la mañana del lunes para desinfectar el lugar, las trabajadoras salieron a la calle a pedir, ante los medios que grababan las tareas de limpieza, que se enviase personal cualificado.

“Sabemos que en los despachos se está trabajando mucho, pero el papeleo se lo firmo mañana o pasado. Es el foco más importante de Galicia. Necesitamos manos y ayuda. Necesitamos personal cualificado, no tenemos ni médico ni enfermera. Que lo reflexionen allá arriba donde quieran, pero no es el momento de burocracia”, pedía una trabajadora cubierta de arriba a abajo con protecciones. Esta trabajadora, acompañada por cuatro compañeras, asegura que trabajan en turnos de 14 horas, sin descanso, desde hace varios días.

Fuentes de las familias de residentes se quejan además de que el patronato del centro no se ha comuniado con ellas durante estas jornadas. “No están ni llamando a las familias y somos nosotras las que llevamos material a las trabajadoras de la residencia”, señalan, “no tenemos información. Aquí solo se mueve el Ayuntamiento”.

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