Las asociaciones de madres y padres (ANPAS) y los sindicatos quieren que la Consellería de Educación se explique. “Que deje de escudarse en otras administraciones y que dé información e instrucciones de como se va a trabajar”, reclama Fernando Lacaci, presidente de la confederación de ANPAS de Galicia. La Xunta anunciaba ayer que el 25 de mayo podrá volver a clase el alumnado de segundo de Bachillerato y de formación profesional.
El profesorado desconoce como podrá compatibilizar la docencia presencial con los cursos a los que deberá seguir atendiendo por Internet. Tampoco se les ha comunicado cuales serán los protocolos sanitarios a aplicar. El Sindicato de Traballadores do Ensino Galego (STEG) lo recordaba en un comunicado emitido este viernes: “Nos parece muy grave que la consellería aún no haya puesto a disposición de los centros ni gel, ni guantes, ni mascaraillas que garantan la seguridad de toda la comunidad educativa”.
La CIG, central mayoritaria en la enseñanza pública, también publicó sus exigencias para el retorno a las clases. Dado que la incorporación de estudiantes será voluntaria, el sindicato quiere saber con antelación cuántos lo van a hacer y evaluar si será posible reorganizar la programación de los centros. “La mayoría de profesores imparte docencia también en la ESO y el retorno a la presencialidad no puede llevar a desatender al alumnado de otros niveles educativos que permanece en la teledocencia”, indica.
Más allá del protocolo sanitario, la CIG pide “un estudio urgente sobre la capacidad de los actuales cuadros de personal de institutos y colegios” y cuestiona la fecha del 25 de mayo dada por el Gobierno gallego para la reapertura de los cursos de FP y segundo de Bachillerato.
La incógnita de 0 a 3 años
La Confederación de ANPAS Galegas, al igual que los sindicatos, considera “positivo” el no regreso a las clases, dado que, explica Fernando Lacaci, “no se dan las condiciones necesarias”. “Es imposible mantener un control exhaustivo de lo que hacen los niños. No pueden comprender ni la distancia social ni la extrema higiene. Por eso no tenía sentido que los pequeños volviesen. Era una deriva absurda confinarlos en las escuelas para resolver los problemas de los adultos”, entiende Lacaci.
Pero las asociaciones de padres y madres lamentan no saber que va a suceder con las escuelas infantiles de 0 a 3 años. Dependientes de la Consellería de Política Social, este departamento no ha hecho pública su estrategia al respecto. “Entendemos que harán lo mismo que de 3 a 6 años, que gestiona Educación”, señala Lacaci, quien no ahorra críticas: “Al final, todo es 'id haciendo' y ya se verá. Lamentamos tener esta Consellería de Educación, que no hizo nada durante la pandemia”.