Antón Gómez-Reino, candidato de Galicia en Común: “Sería un tremendo error histórico dar por perdida la batalla en Galicia”

Antón Gómez-Reino recibe a eldiario.es a pocos metros de la catedral de Santiago. La sede de Podemos en Galicia ocupa varios pequeños despachos en la tercera planta de un edificio histórico en plena plaza de la Quintana.

Cada cuarto de hora la conversación se interrumpe por el sonido de la Berengela. Abajo, en la calle, el director de la Fundación Catedral atiende a un grupo de periodistas para anunciar la reapertura del templo a las visitas y el líder gallego de Podemos pregunta qué hacen tan cerca tantas cámaras y micrófonos.

Considerado del círculo íntimo de Pablo Iglesias, el todavía diputado en el Congreso afronta la campaña gallega convencido de que “el cambio está a la vuelta de la esquina”. Cuando se le pregunta por el complicado mapa político de la izquierda gallega, Gómez-Reino responde con una muletilla autobiográfica: “Hace años yo me dedicaba a la cartografía”.

¿Qué hay detrás de su optimismo?

Vengo de un espacio político que nace de la nada con una voluntad explícita de llegar al poder para cambiar las cosas.

Según el CIS, un 31% del electorado todavía no sabe a quién va a votar. ¿Dónde coloca usted esa indecisión?

Yo creo que el votante de la izquierda es muy maduro y reflexiona su voto y es más puntilloso a la hora de escoger su opción política. Es algo positivo.

Queremos decirle a esa gente de izquierda que somos un ejemplo de espacio político que cumple cuando llega al poder. Yolanda Díaz es una ministra de Galicia en Común y está cumpliendo el programa de forma notable en sus primeros 150 días de gobierno: la subida del Salario Mínimo Interprofesional, el inicio de la derogación de la reforma laboral del PP…

¿Qué sucede si se confirman las encuestas que sitúan a su espacio político en el cuarto lugar de importancia en el Parlamento de Galicia?

Si eso pasa pero hemos ayudado a que haya un cambio político en Galicia todo esfuerzo será bueno. Nosotros somos un espacio con cuatro años de existencia. En las últimas elecciones generales fuimos la segunda fuerza en Galicia. Habrá que ver los resultados, pero tengo claro que el momento de Galicia en Común es un momento de maduración y de asentamiento. Ahora somos fuerza de gobierno en el estado y aspiramos a lo mismo en Galicia. Maduros y asentados como estamos nos toca poner sobre la mesa toda nuestra experiencia. Habrá que ver en qué posición nos ponen los gallegos pero lo que tenemos por delate es trabajo, construcción y crecimiento.

¿Cuándo habló por última vez con Iglesias sobre Galicia, qué le dijo el vicepresidente?

Hablamos el domingo. Pablo tiene una relación muy singular con Galicia. Él sabe perfectamente que Galicia es una pieza fundamental para el cambio político en el estado. Lo que suceda en estas elecciones va a ser fundamental para el ciclo político que se abre después del coronavirus. Hablamos de esto, de la importancia que tiene Galicia. Nosotros estamos en una situación en la que podemos conseguir que mucha gente que está dudando vaya a votar.

¿En qué medida alteró la COVID el tablero político gallego?

Han sido 80 días con constantes y sistemáticas apariciones de Feijóo en la radio y la televisión pública. Estuvo completamente ausente de la política en un sentido ejecutivo y se dedicó a la propaganda.

Más allá de eso, yo defiendo que las posibilidades de cambio continúan intactas. Las encuestas, incluso las más negativas, hablan de una diferencia de uno o dos puntos entre los partidos de la izquierda y el bloque de la derecha. Eso, en unas elecciones en Galicia, pueden ser unos 10.000 o 15.000 votos. La gente progresista tiene que saber que, si hay 10.000 o 15.000 personas que en un principio no iban a votar, lo hacen y eligen el bloque de izquierdas, habrá un cambio político en la Xunta de Galicia.

¿Cree usted que Feijóo se presenta para quedarse o para irse a Madrid?

Ya se lo dije en el debate en la TVG. El único proyecto político que tiene Feijóo presentándose a estas elecciones es dar el salto a Madrid y sustituir a Pablo Casado. Solo quiere utilizar la Xunta de Galicia como un trampolín para Madrid.

En ese debate electoral, el candidato a la reelección le recriminó que usted siga siendo diputado en el Congreso. ¿Usted se va o se queda?

Mi tiempo en Madrid ha terminado. Mi decisión ya está tomada. Quiero centrar todos mis esfuerzos en cambiar y tratar de gobernar este país.

¿Existe la tentación en la izquierda madrileña de dar por buena una victoria de Feijóo para reforzar un enemigo interno frente a Pablo Casado?

Sería un tremendo error histórico dar por perdida la batalla en Galicia. En nuestro espacio político sabemos de la importancia de estas elecciones. Aquí nos jugamos confirmar y asentar el ciclo de gobiernos progresistas en España. En cuanto a los compañeros del PSdeG quiero ser muy respetuoso, pero es evidente que todo el mundo se tiene que dar cuenta de que Núñez Feijóo quiere emplear las elecciones gallegas como un trampolín para Madrid y sería una pésima noticia que se le facilitara su deseo.

¿Si usted llega al gobierno de la Xunta cuales serían sus primeras medidas?

El primer día habría que asumir que el gobierno gallego tiene que encabezar una intervención pública en Alcoa. Hay que impulsar un refuerzo de los servicios públicos. La principal preocupación de los gallegos es la sanidad y la educación.

¿Podemos está empujando en el Consejo de Ministros para que la nacionalización de Alcoa sea una realidad?

Nosotros mantenemos que hay que salvar esos puestos de trabajo y es positivo que el Estado pueda monitorizar y saber lo que pasa en las industrias estratégicas. Alemania, Italia y Francia lo hacen.

¿Qué opina sobre a decisión de la Xunta de no aprovechar el coronavirus para reducir la ratio por alumno en los centros educativos?

El problema es que Feijóo tiene una ideología claramente neoliberal y siempre que hay un nicho de negocio, ahí está él y la Xunta de Galicia cuando gobierna el Partido Popular. Hay un proyecto ideológico claro y lo llevamos viendo muchos años. El PP en Galicia ha sido la mejor pista de aterrizaje para todas las empresas de la sanidad y de privatización de los cuidados y de privatización de nuestras cajas. Se habla poco de las cajas en esta campaña y fue la mayor estafa en términos cuantitativos y en Galicia especialmente dolorosa.

Se habla mucho de Venezuela para referirse a Podemos pero menos para decir que el PP dejó las cajas gallegas en manos de Venezuela...

No tuvieron ningún tipo de problema en venderle las cajas a un banquero de aquel país. Vendieron por un precio de saldo y a los pocos meses estaban dando beneficios.

En esta campaña Feijóo está inisistiendo en la idea de que él consiguió vencer al coronavirus. ¿Qué opina de eso?

La realidad geográfica de Galicia facilitó que la incidencia fuera menor. El resto tiene que ver con que el PP ha convertido a los medios públicos en una consellería de propaganda.

¿Si llega usted al Gobierno qué va a hacer con la radio y televisión públicas de Galicia?

Quiero ser muy escrupuloso en esto. Los profesionales de los medios públicos no quieren un control político ni de derechas ni de izquierdas. Lo fundamental es comprometerse con que tiene que haber una CRTVG realmente independiente y fuera de cualquier control gubernamental.

La nueva CRTVG pasa por un cambio inmediato en todos los órganos de dirección y un cambio en la manera de pensar, respetando la independencia. Si el Gobierno que yo aspiro a liderar hace cosas mal, la Televisión de Galicia tendrá que contarlo.

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