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Abel Caballero se queda solo en Vigo tras superarse a sí mismo

Abel Caballero triunfante en el cierre de la campaña electoral

David Reinero

Luchaba contra sí mismo y se ha superado. Abel Caballero, el viral alcalde socialista de Vigo, seguirá rigiendo el futuro de la ciudad, ahora con más del 67 % de los votos (20 de 27 concejales), nuevamente la mayoría absoluta más amplia de las principales ciudades de todo el Estado. Un resultado aún mayor que las ya de por sí elevadas expectativas de voto que le daban las encuestas previas y sus propias declaraciones públicas durante los últimos cuatro años. Por detrás de él, el PP ha pasado del 20,5% de los votos de hace cuatro años al 13.69% actual, lo que le da 4 escaños, seguidos de los 2 concejales de Marea de Vigo y un edil con que el BNG vuelve a entrar en la Corporación de la principal ciudad gallega.

Durante la democracia, sólo en media docena de ocasiones alcaldes de ciudades españolas lograron mayorías más amplias que la actual de Caballero, principalmente en los comicios locales de 1983 en el conocido como cinturón rojo del sur de Madrid y Andalucía, históricos bastiones del PSOE.

Su actual victoria convierte a Caballero en el alcalde más longevo de Vigo al menos del último siglo, superando los 12 años durante los que fue regidor en los ochenta el también socialista Manuel Soto. Sus 72 años no le marcan límites, ya que en el mitin principal de esta campaña, acompañado por Pedro Sánchez, bromeó con seguir “unos 25 años más”.

En su dilatada trayectoria pública, Caballero, doctor en Económicas, fue ministro de Transportes y Turismo con 38 años, entre 1985 y 1988, con Felipe González. Después de presentarse sin éxito en 1997 a la presidencia de la Xunta contra Manuel Fraga y ser superado también por el BNG, se retiró unos años de la primera línea política a su plaza en la Universidad de Vigo. En 2005, con el PSOE en el Gobierno central y en la Xunta, volvió para ser nombrado presidente del Puerto de Vigo, desde el que se hizo en 2007 con la alcaldía de la ciudad que entonces tenía el PP. Desde entonces ha venido ganando apoyos en cada convocatoria hasta que su amplia mayoría absoluta de hace cuatro años lo llevó también a presidir la Federación Española de Municipios y Provincias (FEMP), cargo cuya continuidad deja en manos de su partido.

Con un estilo personalista, populista para algunos, Caballero dice no preocuparse de que sus intervenciones públicas a cuenta de la iluminación navideña o de otro tipo de actuaciones de remodelación urbana en Vigo se conviertan en virales en toda España. Tampoco le preocupa, según respondió en esta campaña en una entrevista con este diario, que la debilidad de la oposición pueda empeorar el control democrático: “Eso lo sabrán ellos. La oposición la eligen los ciudadanos, no la elijo yo”.

Esa oposición ha quedado reducida en esta ocasión a sólo 7 de los 27 concejales de la Corporación. Cuatro de ellos serán del PP, en el que su candidata, Elena Muñoz, exconselleira de Feijóo en la Xunta, empeora aún más sus resultados respecto a los de 2015, cuando se presentó por primera vez. Entonces había obtenido 7 concejales con el 20,5% de los votos, perdiendo ya 6 concejales sobre los 13 de cuatro años antes. Ahora no es capaz de llegar al 14% de los votos.

Marea de Vigo, la formación que irrumpió a la izquierda del PSOE hace cuatro años con 3 concejales y el 11,4% de los votos y que en esta campaña contó con el apoyo personal del líder de Podemos, Pablo Iglesias, cae a 2 ediles con el 6,95% de los votos. El BNG, que ostentó la alcaldía de la ciudad entre 1999 y 2003 con Lois Pérez Castrillo, cuando consiguió su máximo de concejales con 8, vuelve a entrar en la Corporación con un concejal tras desaparecer de ella hace cuatro años, cuando no había podido superar el 5%.

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