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La auditora de la Cidade da Cultura de Fraga da por perdidos tres millones en sobrecostes a pagar a la constructora FCC

Hace un año la Audiencia Provincial de A Coruña condenó a la Xunta, a través de la Fundación Cidade da Cultura, a pagar a la constructora FCC unos 2,5 millones de euros por sobrecostes y medio millón por intereses en la ejecución del Museo de ese complejo inacabado ideado por Manuel Fraga en un monte de Santiago de Compostela. La Cidade da Cultura recurrió esa sentencia ante el Tribunal Supremo pero la consultora encargada de auditar sus cuentas ya da por perdidos ese dinero y el recurso, “siendo probable, por los escasos asuntos que se deliberan, su desestimación”, dice.

La Fundación Cidade da Cultura acaba de hacer pública la auditoría anual de sus cuentas correspondiente a 2017, elaborada por la consultora Deloitte y en la que se refleja que esa cuantía a pagar a FCC ya ha sido incorporada como parte del coste del edificio, asumiendo como “probable” que el recurso ante el Supremo no prosperará. Quedaría así ratificada una sentencia de la Audiencia de A Coruña que admitía la demanda de la constructora asumiendo que el proyecto del edificio tenía “errores”, “carecía de la necesaria definición” y “no estaba suficientemente desarrollado y esta función la fue asumiendo FCC”.

FCC, antes controlada por las Koplowitz y ahora por Carlos Slim, fue la adjudicataria en 2004 del mayor edificio del complejo cultural impulsado por Manuel Fraga, que hoy alberga el Museo de Galicia. La obra la entregó en 2012, después de tres modificados, e inició una negociación con la Fundación Cidade da Cultura para la determinación de la liquidación final del contrato por sobrecostes en diversos trabajos. En uno de ellos, por la colocación de la piedra en la fachada y en la cubierta, la Audiencia de A Coruña estableció que “se produjeron retrasos no imputables a la constructora, toda vez que su única causa fue la falta de suministro de piedra, siendo esa una obligación que competía a la Fundación”. Esa falta de suministro se debió a la incapacidad de la cantera elegida por la Xunta, propiedad del entonces alcalde del PP en Ortigueira (A Coruña), Antonio Campo Fernández, que el año pasado entró en concurso.

En total, la construcción hasta ahora de los cuatro edificios ya finalizados de la Cidade da Cultura ha requerido más de 300 millones de euros, más del doble de lo previsto inicialmente para los seis edificios que iba a tener el complejo. Cuando en 2004 el Consello de Cuentas, órgano de fiscalización equivalente al Tribunal de Cuentas estatal, analizó el estado del proyecto, constató que ya entonces se habían registrado unos sobrecostes medios próximos al 200% que en algunas áreas de las obras llegaban a aproximarse al 500%. Además, a pesar de su promesa de no seguir construyéndolo, el actual Gobierno gallego presidido por Alberto Núñez Feijóo acaba de adjudicar la ejecución en él de un nuevo edificio de oficinas para las universidades por cerca de 15 millones de euros más que aprovechará las estructuras a medio levantar del que iba a ser el Teatro nunca finalizado. Lo adjudicó a una de las empresas que iba a construir el edificio anterior y para pagarlo ha comenzado a desviar fondos inicialmente previstos para I+D de las universidades.