El primer experto en la comisión sobre los incendios de Galicia desdeña la teoría de las tramas difundida por el Gobierno
Hace menos de quince días, el Gobierno de Rajoy se empeñaba en situar las “tramas organizadas” como una “posible explicación” a los incendios en Galicia. Lo hacía en una respuesta a la pregunta escrita de la diputada de En Marea Alexandra Fernández y después de que tanto el Ejecutivo central como la Xunta insistiesen en esa teoría tras la ola de fuego que en octubre de 2017 arrasó unas 50.000 hectáreas de monte en apenas dos días. Aunque las primeras pesquisas sobre lo ocurrido el pasado otoño descartaban esa acción criminal organizada, las dos administraciones se apoyan en ella. El primer experto que ha comparecido en la comisión de incendios creada tras aquellos trágicos días ha echado por tierra esa teoría. “No resiste el análisis”, ha asegurado.
Quien ha inaugurado la comisión es Juan Picos, profesor y director de la Escuela de Ingeniería Forestal de Pontevedra y uno de los mayores expertos en el monte gallego. Pico compreció no en calidad de experto en incendios, sus causas y su contexto, sino como representante del Foro Económico de Galicia.
A pesar de centrar su intervención en el sector forestal y en su aprovechamiento económico, ha respondido también a las preguntas de los diputados en relación con el fuego y, específicamente, a la que lo ha inquirido sobre la posibilidad de la existencia de esas tramas organizadas. “No creo en una organización preparada para prender fuego”, advirtió.
“Hay mucha intencionalidad, a veces muchos descuidos y muchos problemas vinculados al medio que acaban en un incendio, pero no creo que haya nadie que se ponga de acuerdo, aquí y en Portugal, para generar un problema de tal magnitud”, ha asegurado. “Es una aproximación muy fácil que no resiste el análisis”, añadió.
Su comparecencia ha sido la primera de la oficialmente denominada Comisión especial de estudio y análisis de las reformas de la política forestal, de prevención y extinción de incendios forestales y del Plan Forestal de Galicia, evaluando la experiencia acumulada desde 2006 y, específicamente, la extraordinaria ola de fuegos que ha sufrido Galicia en octubre de 2017.
Después de desgranar la importancia, las posibilidades y la complejidad del sector forestal en el país, Picos no ha dudado en señalar sus defectos y en ponerle deberes a la Administración. Así, señala el “gran déficit” que, a su parecer, sufre el sector por “falta de mejor y más información”. “Tenemos que hacer un esfuerzo por medir bien, porque una cosa es decir cuánto crece la masa forestal y otra saber cuántas hectáreas tienen dueño, qué tipo de especies, cuáles son las restricciones legales...”, dice.
Además, aboga por “mejorar el marco legal” y “simplificar” los trámites burocráticos de propietarios y empresarios, así como por apostar por un “modelo gallego de gestión forestal sostenible” con una “ordenación racional del territorio” que “tiene que ser propio”. “Debemos defenderlo ante otras políticas y otros países que sí tienen muy clara su estructura”, ha advertido, tras incidir en la oportunidad que Galicia tiene ante un futuro en el que la madera debe servir para “sustituir carbón, combustibles fósiles, hormigón, plásticos o acero”.
Ante las preguntas de los diputados, Picos ha considerado “imprescindible” una “transformación diversa y equilibrada” en el monte gallego, por lo que ha instado a la Xunta a incentivar y “compensar” a aquellos propietarios que apuestan por plantaciones menos rentables a corto plazo. “Que un particular asuma el cultivo que más le da y menos cuesta puede ser hasta inteligente, pero colectivamente es complicado si todo el mundo hace lo mismo; la política tiene que trabajar en esa diversidad para tener suficientes herramientas para enfrentarnos al futuro”, ha explicado. “No podemos esperar a que los propietarios arriesguen solos, hay que ayudarlos”, añade
Tanta madera cortada como en todo el Reino Unido
Preguntado por el abandono, Picos ha apostado por “saber diferenciar lo que tiene un abandono irreversible del resto”. En cuyo caso, dice, la Administración estaría “obligada a intervenir sobre esa propiedad”. En cuanto al Plan Forestal y a los incumplimientos en las plantaciones masivas de eucaliptos, el ingeniero forestal cree que “el mayor incumplimiento no se mide en hectáreas, sino en el que en su día se pensó en invertir mucho y finalmente no se hizo”. Además, recuerda, a pesar de que Galicia ha superado en diferentes especies la extensión plantada prevista, que “las talas de madera aún están en la mitad del previsto”. “Eso significa abandono y menor productividad y nos indica que algo pasa”.
Picos ha señalado el modelo de montes vecinales como una “importante oportunidad” para el país, tanto “por su extensión como por el concepto” al dar “la posibilidad de fijar población”, por lo que debe ser una opción “tratada con cariño”. En cuanto al eucalipto, aclara que “su erradicación no es posible” y que el debate debe centrarse en “qué se hace ahora y hasta dónde llegamos”. Con todo, advierte de que la gran preocupación es “el pino” por ser “el corazón de la industria forestal” en Galicia y no ser suficiente en cuanto a producción.
Picos hizo su análisis después de destacar el valor del sector forestal gallego y señalando datos que certifican su importancia, como que se talan para destino industrial unos 8 millones de metros cúbicos cada año, además de leña privada –“aproximadamente todo lo que corta el Reino Unido”–, que hay 80.000 talas que aportan unas rentas netas al propietario de 300 millones, que el sector supone el 1,8% del PIB gallego, el 1,3% del empleo total pero el 12% del industrial o que hay 50.000 propietarios (familias y comunidades) que venden madera en el país.