“A esta altura biológica y política de mi vida, no tengo ningún otro interés que ser militante de Galicia”, ha asegurado Feijóo este jueves en su intervención previa a su elección como presidente de la Xunta por tercera vez consecutiva con los únicos votos, 41, del PP, frente a los 34 en contra de En Marea, PSdeG y BNG. Al inicio del que será su último mandato, según el mismo ha reiterado, reforzado como principal líder territorial del partido y con 55 años, el líder popular ha vuelto a desmarcarse de las voces que le sitúan en Madrid. Él, insistiendo en su argumentación de que desde Galicia también puede hacer política estatal, ha dirigido diversos elogios al PSOE y a su portavoz en el Parlamento autonómico, Xoaquín Fernández Leiceaga, a los que contrapuso con el radicalismo que a su ver representan En Marea y BNG.
Con bastante ironía, Feijóo agradeció al portavoz socialista “la abstención de su partido en el Congreso de los Diputados” que facilitó la investidura de Mariano Rajoy como presidente del Gobierno y recordó que el PSOE reformó la Constitución con un trámite de urgencia y “en agosto” para garantizar el control del déficit. En ese acercamiento, el popular dirigió elogios directos a Leiceaga -“sólido”, “digno”, “coherente”, fueron algunas de las palabras que dirigió a un portavoz del PSdeG cuestionado por destacados barones socialistas gallegos- y se mostró favorable a pactar con él medidas en materia de financiación autonómica o revitalización demográfica. El socialista dio las gracias a Feijóo “por esas palabras tan amables que dedicó a nuestro partido y a mí mismo”, pero consideró que “hay amores que matan”.
Frente a los elogios y la mano tendida a los socialistas, voluntad de acuerdo que también extendió puntualmente al BNG, Feijóo presentó en general a los nacionalistas y fundamentalmente a En Marea como grupos radicales. El popular intentó caricaturizar a los gobiernos municipales en los que participan ambas formaciones y aprovechó para acusarlas, de diversos modos, de no aceptar el resultado electoral del 25 de septiembre.
Esos reproches los lanzó Feijóo pese a que tanto Villares, en su estreno parlamentario, como Pontón, que regresa a la portavocía, instaron a los conservadores a distinguir entre su “legitimidad” para gobernar, gracias a su mayoría, y el derecho a la discrepancia del resto de fuerzas. En esta línea, el portavoz de En Marea ha reiterado su intención de comenzar ya, “en el Parlamento y en la calle”, a trabajar para el objetivo de “gobernar en 2020”. Mientras tanto, ha advertido, Feijóo debería abandonar la idea, expresada en la primera jornada del debate, de que sus “pecados” políticos han quedado “expiados” por el resultado electoral. Algunos de ellos, como “el paro, la desigualdad, y sobre todo la corrupción”, permanecen.
Por su parte, la portavoz del BNG, Ana Pontón, ha enfatizado su intención de proseguir el camino de “ilusión” que, afirma, emprendió la formación nacionalista en la pasada campaña. “Usted es un gran propagandista, pero la propaganda no da de comer”, ha reprochado a Feijóo, a quien ha advertido además de su disposición de seguir reivindicando “una Galicia libre” frente al “autonomismo fosilizado” que, desde su punto de vista, representa el PP.
Frente a esas posturas, Feijóo intentó situarse a sí mismo al margen del debate entre partidos políticos. La izquierda se presentó “contra” él mientras que él, al frente del PP, concurrió a las elecciones a favor de Galicia, vino a decir. Y les lanzó una advertencia para el futuro: “No piensen que les va a colar en 2020 lo que no les coló en 2009, en 2012 o en 2016”.
Este viernes el presidente del Parlamento de Galicia, Miguel Santalices, presentará al Rey en Madrid los resultados de la votación y este sábado Feijóo asumirá el cargo en un primer acto institucional en la Cámara autonómica al que seguirá una celebración pública con 1.500 invitados en la Praza do Obradoiro de Santiago, al estilo de las investiduras que solía protagonizar Manuel Fraga. Según avanzó este jueves Europa Press, Rajoy asistirá a esa investidura.