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Feijóo vuelve a anunciar el arreglo de una carretera que él mismo prometió como conselleiro de Fraga tras el 'Prestige'

El presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, prometió el pasado martes a los alcaldes de la zona que antes de que finalice este año la Xunta licitará el proyecto técnico previo a encargar las obras de acondicionamiento de la carretera que articula el suroeste de la provincia de Ourense, entre la localidad de Celanova y el parque natural del Xurés, ya en la frontera con Portugal. La obra ya había sido comprometida por él mismo hace casi 17 años, cuando era conselleiro de Manuel Fraga, en el marco del Plan Galicia de la Xunta publicitado tras el hundimiento del Prestige.

Tras la catástrofe del Prestige de noviembre de 2002, y al tiempo que el Gobierno central de José María Aznar prometía su Plan Galicia, la Xunta de Fraga elaboraba su propio listado de compromisos en materia de obras públicas, unas promesas cuya concreción quedaba en las manos del nuevo conselleiro que tomaba posesión del cargo en enero de 2003, Alberto Núñez Feijóo. Apenas mes y medio más tarde, el 6 de marzo de aquel año el departamento de comunicación de su consellería destacaba que ya estaban “todas las actuaciones del Plan Galicia de Carreteras en estudio informativo, redacción o construcción”.

Entre esas actuaciones figuraba la mejora del eje de comunicación existente en el suroeste de la provincia de Ourense a lo largo de la antigua carretera N-540, que después fue la autonómica OU-540, entre la capital provincial, la localidad de Celanova y la frontera portuguesa, ya en el interior del parque natural del Xurés. En el primero tramo, entre Ourense y Celanova, se planificó una autovía -inaugurada finalmente en 2013-, y de Celanova hacia el sur una mejora de la carretera existente incorporándole un par de circunvalaciones o variantes para evitar su paso por el centro de los núcleos de población de Bande y Verea. Unas actuaciones que nunca se hicieron.

Durante el gobierno bipartito de PSdeG y BNG, entre 2005 y 2009, la Xunta elaboró los estudios y proyectos técnicos previos necesarios para las diversas actuaciones a realizar en todo el eje de comunicaciones y llegó a adjudicar las obras. El proceso de expropiaciones necesarias sería tramitado ya con el PP nuevamente en la Xunta, con Feijóo como presidente, en 2009, cuando el Gobierno gallego aún destacaba que “esta infraestructura ya estaba incluida en el Plan Galicia diseñado por la Xunta anterior al Gobierno bipartito” y que la autovía “está dotada con un presupuesto de 112 millones de euros y el segundo tramo, que discurre desde el sur de Celanova hasta la frontera portuguesa, implica un presupuesto de más de 16 millones”.

La primera piedra de la autovía fue puesta por el propio Feijóo finalmente en mayo de 2010, pero para entonces las variantes de Bande y Verea y el resto de actuaciones a realizar en la carretera convencional al sur de Celanova ya no aparecían citadas en las notas de prensa de la Xunta. La autovía se inauguró en enero de 2013 y dos meses después el entonces conselleiro, Agustín Hernández, reiteraba a los alcaldes de la zona que “el compromiso de la Xunta no finalizó con la ejecución de la autovía” y aseguraba que “se continúa con la tramitación de la mejora de la carretera OU-540, en el tramo hasta Portugal”.

Esa misma promesa fue reiterada nuevamente el pasado martes por el propio presidente Feijóo. Sin embargo, la Xunta ya no habla de las variantes de Bande y Verea sino que dice que “será una actuación ambiciosa que combinará el aumento de la capacidad de la vía mediante la ejecución de terceros carriles de adelantamiento, con la rectificación del trazado de las curvas” que ahora cifra en “casi 9 millones de euros”. A pesar de su recorte, la actuación, “beneficiará a toda la población de la comarca de la Baixa Limia”, dijo el presidente Feijóo empleando palabras similares a las del conselleiro Feijóo en 2003.