El candidato del Partido Popular a la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, afirma que los votos que saque Vox en Galicia pueden dejarlo sin mayoría absoluta en Galicia. En una entrevista al periódico El Mundo, Feijóo traslada su temor porque el PP pierda el Gobierno de la única comunidad en la que mantiene la mayoría absoluta debido a la división del voto del bloque de la derecha. “Las mayorías absolutas están en peligro en toda España. Mi pálpito es que el PP puede no obtener la mayoría y quedarse a la orilla por un escaño. O, por el contrario, puede sacar un resultado excepcional. Es casi un plebiscito”, afirma.
En este contexto, el candidato considera que la irrupción de nuevas formaciones de la derecha es la “incógnita principal” que presenta el escenario del 5 de abril en Galicia, a pesar de que, según el análisis que Feijóo realiza de los resultados de las encuestas, el Partido Popular está ahora“mejor que hace cuatro años”. Ante eso, afirma, el PP es la “única posibilidad” para el votante al “que no interese que el nacionalismo, Podemos y el PSOE se repartan el Gobierno”.
En la entrevista, Feijóo se muestra confiando en que el partido de Santiago Abascal no conseguirá en los próximos comicios un escaño en el Parlamento gallego, pero teme que la división del voto de la derecha le deje sin el escaño del que puede pender su cuarta mayoría. “Pero Vox sí puede evitar que el PP tenga mayoría absoluta. Si el 3% o el 4% de los votos va a Vox, ellos no van a obtener escaño, pero imposibilitarán que el PP de Galicia obtenga ese 45% o 46% necesario”, afirma.
Así, Feijóo compara el momento político con el que vivió Manuel Fraga en 2005, cuando perdió la mayoría por un escaño y se formó el gobierno bipartito de PSOE y BNG. “Ahora se produciría un tripartito, pero con líderes inéditos en lo que a gestión se refiere”, afirma.
El candidato del PP carga contra la formación de Abascal, de la que dice que su único objetivo es desalojarlo de la Xunta de Galicia, para lo que “ni siquiera presenta candidato”. Feijóo repite en la entrevista la estrategia de presentarse como blanco de las críticas tanto de las derechas como de las izquierdas, de las que, dice, comparten objetivo “por sorprendente que parezca”.