El Gobierno central, en una respuesta a una pregunta por escrito de la eurodiputada de En Marea Alexandra Fernández, acaba de elevar a 12 el total de muertes relacionadas con las obras de construcción del AVE gallego de las que se tiene constancia. Hasta esta respuesta se sabía de nueve fallecimientos desde el inicio de los trabajos en 2001 en toda Galicia, tres de esos casos fuera de la línea de conexión con la Meseta. Sin embargo, ahora el Gobierno señala que sólo entre Zamora y Ourense tiene registrados nueve casos, de los que tres fallecimientos, no individualizados ni conocidos hasta ahora, se debieron a lo que define como “causas no traumáticas”. Varias de las muertes, las producidas en la provincia de Ourense en los últimos años, están siendo investigadas penalmente por un juzgado de Verín (Ourense) tras una denuncia del sindicato CIG.
Según la información oficial del Gobierno, en respuesta con fecha del pasado 4 de febrero a una pregunta formulada por En Marea tras el último fallecimiento del que se tenía constancia, el pasado octubre, aquel siniestro se produjo al volcar el camión que conducía el fallecido cuando se encontraba parado descargando. Según el Gobierno, la empresa había adoptado medidas preventivas correctas y tras el accidente “reforzó mediante charlas dirigidas a los trabajadores la necesidad de adoptar las medidas preventivas que ya estaban definidas”.
El Gobierno señala que los índices de accidentalidad en las obras del AVE a Galicia “tienen valores muy inferiores a los índices que registra el sector de la construcción en España” y, a pesar de las muertes que admite, asegura que en los trabajos “se cumple rigurosamente la Ley de Prevención de Riesgos Laborales”. Según el Gobierno, cuando se produce un accidente en una obra concreta, Adif informa al resto de empresas para que analicen sus actuaciones y eviten que se repitan siniestros por las mismas causas.
La primera piedra del AVE gallego, de lo que entonces no iba a ser más que una reforma de la vieja vía entre A Coruña y Vigo, se puso el 21 de julio de 2001. Y la primera reducción considerable de los tiempos no llegaría hasta la inauguración en 2007 del AVE Madrid-Valladolid, con el que el gallego, en su conexión con la Meseta, comparte los primeros kilómetros entre Madrid y Olmedo (Valladolid). Fue ese mismo año, el 7 de septiembre de 2007, cuando se produjo la primera muerte en las obras en Galicia cuando se derrumbó un viaducto en construcción en O Carballiño (Ourense) y murió un capataz vigués de 45 años de la empresa Comsa y resultaron heridos otros cuatro trabajadores. Aquel primer accidente mortal se saldó en el juzgado diez años después sin culpables penales. Dos semanas más tarde un obrero de Ferrovial de 23 años de Mazaricos murió al volcar su excavadora en Cerceda (A Coruña). Y en julio de 2009 un topógrafo de 27 años de Salvaterra do Miño fue aplastado por un camión en un túnel en Arcade (Pontevedra). Esas tres primeras muertes, en el Eje Atlántico entre A Coruña y Vigo y en la línea Ourense-Santiago, no están incluidas en las nueve de las que ahora informa al Gobierno sólo entre Ourense y Zamora.
Esos primeros años coincidieron con la mayor intensidad de los trabajos en las líneas del Eje Atlántico y Ourense-Santiago, que se pusieron en servicio a partir de 2011. No se volvió a registrar otro accidente mortal hasta que volvió a haber otro incremento notable de la actividad, en esta ocasión en la línea a la Meseta. Fue allí, en Vilar de Barrio (Ourense), donde el 2 de abril de 2013 murió un ingeniero madrileño de 37 años de Vías y Construcciones atropellado en un túnel de un tramo que acumula todo tipo de irregularidades. Un año más tarde, el 15 de abril de 2014, un mecánico asturiano de 53 años de Copisa falleció golpeado por una pala en el túnel de A Canda, en el fronterizo municipio zamorano de Lubián, sin que su muerte trascendiese en Galicia. Y dos meses después, el 17 de junio de 2014, un trabajador de 42 años de Sevial Proyectos y Obras murió al caer la excavadora que conducía por un talud entre A Gudiña y Vilariño de Conso.
El 15 de septiembre de 2015, en Laza, cedió la cesta de una grúa en la que trabajaba un operario asturiano de 31 años que resultó fallecido y quedó herido grave otro trabajador. Durante los tres años siguientes no se produjo ningún accidente mortal más hasta el fallecimiento el 28 de junio del pasado año de un trabajador portugués de 41 años en Pedralba (Zamora) cuando le cayeron encima unos hierros. Y menos de cuatro meses después se registraba el último accidente mortal del que hay constancia concreta hasta ahora, al volcar con un camión en Laza el 10 de octubre un hombre de 60 años de Vilardevós que trabajaba para la empresa subcontratada Excanando.
A estas nueve muertes de las que había constancia pública ahora el Gobierno suma otras tres “por causas no traumáticas”.