El Gobierno central ha decidido desechar las ideas con las que la Xunta acudió a la Conferencia de Presidentes de este domingo para estudiar la desescalada. Frente a la propuesta gallega de fijar las áreas sanitarias como el territorio sobre el que diseñar la desescalada asimétrica, el Gobierno se ha decantado por un plan que marca una diferenciación de escenarios “por provincias”. Si algún territorio quiere plantear modelos alternativos deberá hacerlo a través de “propuestas razonadas” al Ministerio de Sanidad.
El presidente del Gobierno ha explicado que cada provincia será examinada semanalmente para evaluar la posibilidad de ir flexibilizando los criterios de confinamiento que afectan a la vida de los ciudadanos y al desarrollo de los sectores productivos de cada territorio. Según Sánchez, las Comunidades Autónomas tendrán que ofrecer información homologable sobre el número de contagios, la disponibilidad de unidades de UCI en sus hospitales y el nivel de servicio que puedan asumir sus sistemas de atención primaria. Será información que se hará pública y en función de lo que digan esos números el Ministerio irá pasando a cada zona de un nivel de confinamiento a otro. “El Ministerio de Sanidad tendrá la última palabra”, ha asegurado el presidente.
El plan anunciado por el Gobierno también supone un freno a las intenciones de la Xunta de exigir que las Comunidades Autónomas dispongan de autonomía para ir diseñando su propio modelo de transición hacia “la nueva normalidad”. En una primera fase quedan prohibidos los desplazamientos no justificados entre localidades de diferentes provincias.
Sánchez también ha desoído la petición realizada el domingo por Feijóo reclamando “un calendario de desescalada”. El plan del Gobierno no plantea fechas concretas sino una hoja de ruta con objetivos sin más fechas concretas que la previsión de el camino hacia “la nueva normalidad” todavía ha de durar entre seis y ocho semanas, lo que situaría el final de los límites de movilidad a finales del mes de junio.
Con este calendario, al presidente de la Xunta se le complica la libertad para convocar las elecciones autonómicas de manera inmediata. Si el estado de alarma se mantiene hasta finales de junio, Feijóo tendría ante sí un panorama muy complicado para poder llamar a las urnas antes del mes de septiembre. A pesar de que el barón gallego repite cada día que las elecciones “no están en la agenda”, fuentes de la dirección de su partido, consultadas por eldiario.es, aseguran que el PP gallego ve con buenos ojos la propuesta realizada por el lehendakari Urkullu de recuperar los comicios pendientes para el próximo mes de junio.
El Gobierno tampoco ha visto con buenos ojos la propuesta de Galicia de reabrir los colegios en las primeras semanas de junio para que, en palabras de Feijóo, “los niños se puedan despedir de sus compañeros y profesores”. Según lo anunciado por Pedro Sánchez, no se espera que la vuelta a las aulas se produzca para antes de septiembre, con la excepción de los hijos de padres que por razones laborales no puedan hacerse cargo de los más pequeños en las semanas previas a la fecha habitual de inicio de vacaciones escolares.