Antón Gómez-Reino se ha convertido en el nuevo secretario general de Podemos Galicia. El actual portavoz de En Marea en el Congreso se ha impuesto, según fuentes del partido, a Carolina Bescansa en las primarias desarrolladas durante los últimos días y en las que han participado un total de 3.169 inscritos e inscritas de la formación. La cifra es semejante a la del anterior proceso de renovación de la dirección, en la que había sido elegida como líder Carmen Santos, que será sustituida ahora por el diputado coruñés al frente del partido.
El actual portavoz de En Marea en el Congreso ha logrado 1.710 votos (54,98%), por los 1.400 de la cofundadora del partido (45,02%), según ha podido confirmar eldiario.es.
Entonces, hace año y medio, habían votado 3.223 personas, apenas medio centenar más de las que lo han hecho en los últimos días para dar la victoria al favorito de Iglesias y de la dirección estatal. Pero también el de En Marea e incluso de las candidaturas municipalistas, que ven en Gómez-Reino una figura mucho más proclive a los procesos de confluencia y a la defensa del carácter nacional de Galicia.
Además del nuevo secretario general, la militancia de Podemos ha elegido también a los miembros del consejo ciudadano autonómico. La candidatura de Gómez-Reino ha sumado 20 a la nueva directiva frente a los 14 de la de Bescansa.
Será la ejecutiva que pilote un partido que ha optado por Gómez-Reino frente a la opción de Carolina Bescansa, enfrentada con Iglesias y menos entusiasta con los procesos de unidad popular que en Galicia, desde la irrupción de AGE, han proliferado tanto a nivel autonómico como local.
La inesperada llegada de Bescansa a la carrera de las primarias, impulsada por la dirección saliente y por la propia Carmen Santos, había descolocado a muchos en Podemos Galicia. También en Madrid. Pablo Iglesias recibió la noticia recordándole que llevaba 20 años viviendo en la capital de España; cargos y destacados miembros gallegos del partido incidieron en ese hecho y, al igual que Gómez-Reino, recelaron de una supuesta intención de la diputada de reabrir ver conflictos o debates ya cerrados.
Se refería el ahora líder de Podemos Galicia a la idoneidad de la confluencia y relevancia de Podemos en En Marea o a la cuestión territorial, en la que Bescansa difiere en mucho de la defensa clara del derecho a decidir de Gómez-Reino. En el fondo, las críticas internas a una por usar Galicia como “tabla de salvación” en su carrera política y al otro por apoyarse en la afinidad con la dirección estatal para asumir ahora una ejecutiva de la que se había desvinculado por las diferencias con Carmen Santos y su equipo.
Gómez-Reino era el favorito, pero lo fue mucho menos después de que Bescansa presentara su alternativa, apoyada por la dirección saliente y por los sectores enfrentados a su rival.
A pesar de las evidentes diferencias, durante la campaña se había rebajado el tono. Carolina Bescansa centró su discurso en el enfrentamiento con Feijóo y en apelaciones constantes al futuro económico de Galicia y a la necesidad de desbancar al PP y de aplicar una “óptica feminista” a la política. Gómez-Reino, por su parte, insistió en la necesidad de fortalecer Podemos y sus bases, de implicarse en la unidad popular y de acabar con el desencanto en la formación, de la que sí responsabilizó a la ejecutiva actual.
En definitiva, los inscritos e inscritas de Podemos Galicia optaron finalmente por la línea que parecía marcada desde la dirección estatal y por la preferida también en el autodenominado “espacio del cambio” que aglutina las fuerzas de En Marea y las candidaturas municipalistas. El temor expresado en la formación morada y en otras formaciones era que la victoria de Carolina Bescansa ahondara en las diferencias internas y dificultara la confluencia.
En la ecuación ha estado siempre presente la mayor o menor dificultad para integrar Podemos en las mareas locales o el mayor o menor fortalecimiento de En Marea, que justo este próximo sábado inicia el plenario con el que comenzará también la renovación en su dirección y en la que definirá las alianzas de cara a las elecciones europeas. Como siempre, y de fondo, el eterno debate de confluencias y marcas.