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Gonzalo Caballero (Ponteareas, 1975) afronta finalmente la campaña electoral que lleva preparando desde que fue elegido secretario general del PSdeG a finales de 2017. Convencido de que el Partido Socialista debe liderar el cambio de gobierno en la Xunta de Galicia, Caballero considera que la clave para levantar las encuestas electorales que afianzan la mayoría del PP y prognostican una subida del BNG es reactivar al electorado socialista y a los indecisos que definen su voto en la última semana de campaña.
Esta semana comenzó con un debate electoral, ¿cree que ayudó a decidir algún voto?
Feijóo articuló el debate a través de una fórmula en la que se introdujo la presencia de Vox y Ciudadanos y, a pesar de buscar un encuentro a 7, es evidente que el PP y Feijóo perdieron el debate. Está nervioso, incómodo, sin respuestas y se evidenció que la mayoría progresista ha superado las capacidades del presidente de la Xunta para dirigir el país.
Feijóo propone un cara a cara con un portavoz de la oposición. ¿Es posible que haya un candidato para este debate?
Yo estaré encantado de debatir con Feijóo dónde quiera, es él el que se ha escapado de manera continua porque no tiene el coraje ni la valentía política de defender lo que ha hecho en 11 años, lo que ha dejado de hacer durante esta crisis y exponer las medidas de un proyecto vacío.
Dos de los argumentos que usa Feijóo en campaña son hacer valer su experiencia en el Gobierno y atacar a la oposición calificándola de “multipartito”. ¿Es un mensaje que cala en el electorado?
Feijóo busca cualquier argumento para no hacerse responsable de su gestión. Los once años que ha gobernado la Xunta tienen un balance negativo porque todos los indicadores fundamentales del país han ido a peor. Cuando Feijóo habla de su experiencia, le doy la razón en que es todo un experto en recortar en los servicios públicos, residencias, en desmantelar la sanidad pública, en precarizar el empleo de los profesionales sanitarios. Feijóo tiene una gran experiencia en haber destruido 70.000 empleos en 11 años y en haber amordazado el estado de bienestar. Yo ese tipo de experiencia no la quiero para alguien que quiere presidir la Xunta. Todo el argumentario que utiliza es un ejercicio de intento de desmovilización del electorado socialista. Lo que tiene que explicar es si sigue aplaudiendo los pactos del PP con Vox y que muestre su acuerdo con Vox para gobernar Galicia porque no tenemos ninguna duda, ya lo ha dicho la ultraderecha, que sus votos están a disposición del PP.
Y si hace balance de los 11 años de Feijóo, ¿que sería lo más criticable de lo que ha hecho como presidente?
Creo que con el PP la población ocupada cayó en 70.000 puestos de trabajo, se privatizaron los modelos de residencias, se recortó en sanidad pública, se recortó en educación pública. Feijóo fue un gran recortador, un terrible enemigo de los servicios públicos en Galicia. El balance es que deja a los gallegos y gallegas con menos oportunidades de futuro.
En 2019 el PSOE ganó el voto de Galicia para las generales, recuperó el gobierno en ayuntamientos y diputaciones, ¿por qué no se refleja en las encuestas de este año?
Reflejan que hay un 35% de los electores que decidirán su voto en la última semana, y señalan que el Partido Socialista es el que despierta más simpatía en la ciudadanía, por encima del PP. Esto quiere decir que hay un electorado socialista que si se activa y acude a las urnas el triunfo de la izquierda liderada por el Partido Socialista va a ser nítido y claro. Nos encontramos con un Feijóo que está más nervioso, más inseguro, que sabe que el 12 de julio puede llegar a su fin en la Xunta de Galicia.
¿Cree que estas elecciones, las primeras desde el inicio de la pandemia, son también un examen para el Gobierno central?
Cada elección tiene sus propios elementos. Es evidente que la pandemia lo ha marcado todo pero a mí lo que me preocupa es dirigirme a los gallegos y gallegas para pedirles el voto. Es muy importante que todos aquellos que votamos al Partido Socialista en las elecciones generales y municipales del año pasado vayamos a votar el 12 de julio porque por un voto se puede decidir el próximo gobierno de Galicia.
¿Por qué cree entonces que hay tantos indecisos?
Estamos viviendo una situación anómala derivada de la crisis por la COVID y Feijóo ha marcado una fecha electoral de manera unilateral, rompiendo todos los acuerdos que existían entre las fuerzas políticas. Entiendo que los ciudadanos tienen que reconectarse con la vida política porque han tenido su actividad y preocupaciones centradas en la crisis de la COVID y en la salud. En marzo, cuando se suspendieron las elecciones, había una marea de cambio en Galicia que evidenciaba que Feijóo caminaba cara a una derrota electoral.
Habla de desmovilización. En marzo las encuestas reflejaban dudas sobre la victoria de Feijóo y después de la gestión indican puede aumentar su mayoría. ¿Por qué sale reforzado de este periodo?
El Gobierno de España decretó el estado de alarma para priorizar la defensa de la salud de los ciudadanos y fue un gran acierto. Feijóo fue un terrible irresponsable cuando pidió que no se prorrogase el estado de alarma. A partir de ahí, ha utilizado la pandemia para estar omnipresente en los medios de comunicación pero ausente en las medidas. Marca una fecha electoral en la que no quiere que haya tiempo suficiente para dar cuenta de su gestión al frente en las residencias de mayores y en la sanidad pública. Feijóo no tiene ningún motivo para colgarse medallas en la gestión de esta crisis: ni hubo capacidad de anticipación, ni fortaleció el sistema sanitario ni optó por un modelo proteccionista de nuestros mayores. Si aquí el nivel de circulación del virus se hubiese acercado al de Madrid las imágenes que tendríamos serían dramáticas porque solo con un 2% de contagio la presión asistencial puso al límite el sistema sanitario y hubo que planear hospitales de campaña.
¿Por qué no se da en Galicia la alternancia de partidos en el Gobierno que se da en el Estado?
En 39 años de autonomía el PP ha gobernado en 33 y la izquierda solo en seis. El año pasado nos encontramos que hay una mayoría social de progreso. Hace ocho meses, el 55% votamos por las fuerzas de izquierda y solo el 44% por la suma de las tres derechas. El gran reto es movilizar al electorado que votó por el Partido Socialista. El voto al PSOE es la garantía para respaldar al gobierno progresista en España, de frenar a la derecha y a la ultraderecha en Galicia y para apostar por un cambio que abra una etapa de progreso.
Dicen que a Felipe González le venía bien Fraga en Galicia porque frenaba otras opciones que le gustaban menos. ¿Teme que Sánchez pueda utilizar también esa política, utilizar a Feijóo para desgastar a Casado?
Es un planteamiento falaz. Pedro acaba de estar en Ourense, ha pedido todo el apoyo al partido y lo ha hecho en todas las reuniones de la Ejecutiva federal para movilizar a todo el partido socialista porque todos los socialistas queremos sacar al PP. La política se juega entre proyectos y Feijóo es Partido Popular en vena, es una derecha rancia heredera de Aznar y Romay Beccaría que ha recortado en todo lo público. Todos los progresistas sabemos que para dar un mayor varapalo a Casado tenemos que retirar también a Feijóo en Galicia.
Hay encuestas que señalan un crecimiento del Bloque, si lo sobrepasan como segunda fuerza, ¿apoyaría un Gobierno de cambio liderado por el BNG?
Este es el relato que la derecha quiere trasladar en Galicia porque a quien tiene miedo es al Partido Socialista. Galicia no tiene base para una mayoría nacionalista y nosotros no somos nacionalistas, somos galleguistas. No somos rupturistas, somos reformistas, somos socialdemócratas y en Galicia solo puede haber cambio si concentramos el voto de progreso en torno al PSdeG para atraer votos de izquierdas y progresistas moderados que quieren un cambio tranquilo y con garantías. Todas las fuerzas progresistas somos aliadas y les deseo suerte. Después del 12 julio los llamaré para que formen parte del Gobierno que voy a presidir.
¿Pero apoyaría un Gobierno de cambio liderado por otro partido?
Hace ocho meses hubo elecciones y el Partido Socialista sacó medio millón de votos y otras fuerzas nacionalistas sacaron los mismos votos que Vox en Galicia. 4.000 de diferencia.
Me refiero a las autonómicas
En las autonómicas hay dos panoramas para gobernar Galicia: el Partido Popular o el Partido Socialista. Se ha visto en el debate. ¿Cuál fue la fuerza a la que más atacaron las tres derechas? Al PSOE. Porque saben que para construir una alternativa la tiene que pilotar el Partido Socialista.
¿Cuáles son las medidas urgentes para Galicia que puede ofrecer el PSOE?
Hay que hacer un compromiso claro con las políticas sociales y sanitarias. Vamos a convocar 5.000 plazas estables para profesionales sanitarios, vamos a crear 2.000 plazas en residencias públicas de mayores en la legislatura. Feijóo prometió siete residencias públicas y no abrió ninguna. Vamos a hacer una apuesta muy grande por la educación, a todos los niveles. Volver al sistema de libros de texto, dotar a todos los escolares de un ordenador y establecer las primeras matrículas gratuitas en las universidades. También hay cuestiones de política económica e industrial muy importantes. Convocaremos a todas las fuerzas políticas, sociales y a los alcaldes y alcaldesas para un gran pacto por la reconstrucción que pueda movilizar 2.500 millones públicos para tener una acción estratégica que favorezca al tejido productivo y a la ciudadanía. En paralelo, tendremos que aportar respuestas firmes a problemas industriales en Galicia que exigen una respuesta inmediata como el caso de Alcoa.
Sobre San Cibrao, el presidente del Gobierno estuvo el pasado sábado en Ourense y no se refirió en ningún momento a Alcoa…
El Gobierno trabaja de forma constante en los temas industriales y ha sido un aliado fiel de los trabajadores industriales de muchos ámbitos, a diferencia de lo que hizo el Gobierno del PP en siete años y lo que hace la Xunta, que es escupir de forma continua al sector y a los problemas industriales de Galicia.
La pregunta era: con ese silencio, ¿cómo se demuestra el compromiso del Gobierno con Alcoa? ¿Por qué no hay una acción más rápida?
Soy economista y profesor de Política Económica y el PP ha dejado una herencia envenenada a España y a Galicia en materia industrial. El Gobierno de Feijóo ha sido un desastre absoluto. Los temas que tienen causas complejas necesitan una línea de acción que suponen ir más allá que hacer un anuncio o un titular gratuito. Con la demagogia no se solucionan los problemas industriales. Necesitamos una política seria. El Gobierno de España tiene un claro compromiso: plantearle a la multinacional que tiene que mantenerse en la planta de Alcoa amenazándola con la devolución de muchos millones de euros que recibieron como subvenciones a cambio de mantener el empleo y también exigiéndole requisitos medioambientales por la planta de lodos. Para ello, el primer paso es ganar tiempo y la Xunta tiene que tramitar un ERE que puede dilatar durante varios meses para que las cubas no se paralicen. Si Alcoa no se retrae de sus intenciones deberá abrir la planta a inversores extranjeros o nacionales que tengan proyectos solventes. Solamente esto es una hoja ruta solvente más allá de los titulares fáciles de la nacionalización que implican un enorme desconocimiento de la política económica.
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