Javier Castrillo fue quizás el rostro médico más visible de la lucha contra el cierre del paritorio del Hospital Comarcal de Verín (Ourense), en la frontera entre Galicia y Portugal, hace ahora un año. La movilización vecinal consiguió que la Xunta rectificase y reabriese el servicio, aunque bajo mínimos de personal. Pero la Xerencia de Ourense del Servizo Galego de Saúde no da por acabado el conflicto. Acaba de abrir un expediente a Castrillo por una disparidad de criterio con una compañera sucedida en noviembre de 2019 y que puede acabar en sanción. Él lo considera “una venganza” y “un aviso a navegantes”.
¿Cuál es el motivo explícito de la apertura del expediente?
El argumento es una desconsideración grave hacia un compañero, un superior o un subordinado. Se basa en una disparidad de criterios que mantuve con una compañera pediatra sobre la necesidad de trasladar o no a un niño al Hospital de Ourense. Ella quería trasladarlo y yo quería que se motivase bien ese movimiento.
¿Cuándo sucedió?
El último día en que estuvo abierto el paritorio, el 30 de noviembre [de 2019], antes del cierre. El 1 de diciembre ya no habría partos, pero había una mujer y su hijo ingresadas. La realidad es que ellos [en referencia la Xerencia del Sergas en Ourense] buscaban excusas para trasladar todos los partos a Ourense. Yo no me oponía por sistema, pero quería que se razonasen las decisiones.
¿Por qué han tardado casi un año en incoar el procedimiento?
Esa pregunta también me la hago yo. Y se la hace el propio instructor del expediente. Porque prácticamente han dejado vencer el plazo. Quizás para que yo no tuviese tiempo de hacer lo mismo.
¿De recurrir?
No, no de recurrir, sino de presentar una queja. Igual que mi compañera tuvo una desavenencia conmigo, yo la tuve con ella, y podía haber registrado una demanda.
¿En qué puede desembocar este proceso?
Es que el expediente no tiene ningún contenido. Lo que me ocurrió con esa compañera ocurre todos los días en todos los hospitales. Un anestesista con un cirujano, qué sé yo. Ocurre en todos los trabajos. Lo que pasa es que han retorcido, manipulado y transformado una nada para adaptarlo a que incumplí una norma de nuestro estatuto. Esto se va a tramitar de manera interna, en un sistema jerárquico, y aunque que creo en la profesionalidad de quien lo va a instruir, puede desembocar en una sanción.
¿Qué entiende que hay detrás?
En este expediente veo un castigo, así lo veo yo. Y probablemente haya otras personas más interesadas en llevarlo adelante que la propia pediatra con la que tuve esa disparidad de criterios.
¿De dónde considera que procede la iniciativa de sancionarlo?
Hay unos preliminares que realiza la inspección de Ourense, en los que se habla con las partes y con los testigos, si los hubiese. Después se envían a la Secretaría Xeral Técnica de la Consellería de Sanidade, en Santiago, que valora si hay motivo o no para abrir el expediente. De allí vuelve a la Xerencia del señor Félix Ruibal, y este decide si se abre o no el expediente.
Las protestas contra el cierre del paritorio de Verín fueron plurales y ampliamente respaldadas por la ciudadanía. ¿Por qué cree que la han tomado con usted en particular?
Porque fui la cara más visible. Una vez cerrado, realicé dos partos y apoyé a una compañera en un tercer parto, porque consideramos que era arriesgado trasladar la paciente a Ourense, que eran las instrucciones que teníamos. Entonces ya se armaba revuelo mediático cada vez que sucedía. Y esto les molestó mucho. Preferían que nos arriesgásemos a ceder en sus posiciones.
Sin embargo, la Xunta acabó dando marcha atrás y reabriendo el servicio.
Sí, lo reconsideraron, recularon, siempre con matices. Porque nos acusaron de falta de pericia, de poca profesionalidad. Y lo qe sucedió en realidad es que, con el cierre, quisieron tomar una decisión política sin asumir el coste político. Pero la respuesta de la ciudadanía, masiva, no politizada, fue ejemplar.
Este expediente un año después parece más bien una venganza.
Hay quien no acepta que lo contradigan, tenga razón o no. Y estas son personas rencorosas que no lo aceptan. Yo en este tema veo dos cosas, una venganza y un aviso a navegantes, como diciendo “mirad lo que puede pasar si algo se interpone en nuestro camino”. Pero la gente sabe valorar los servicios públicos y también la honestidad. Yo no lo hice por mí, ni por la política, lo hice por una comarca y por un paritorio que estaba funcionando bien.
¿El Hospital de Verín está ahora bien dotado?
Somos un hospital comarcal, pequeño. Pero estamos funcionando con mínimos. Pediatría y el paritorio son servicios infradotados, sobre todo en personal. Lo ideal sería que hubiese pediatras con dedicación hospitalaria.