PP y PSOE tumban la moción de confianza del gobierno de la Marea en A Coruña

  • El rechazo de la cuestión de confianza, apoyada por Marea y BNG, abre un período de un mes para la presentación de un gobierno alternativo al de Xulio Ferreiro
  • El alcalde insta a los socialistas a no “alimentar” al PP con “desencuentros” en la izquierda
  • Los populares piden la dimisión del alcalde, al que presentan como partidario del “caos” y la “suciedad”

Treinta días en el aire. Los votos de PP y PSOE han tumbado este sábado la cuestión de confianza formulada por el gobierno de la Marea Atlántica en A Coruña para aprobar los presupuestos de 2017. Tras la ruptura de conversaciones con el grupo socialista el alcalde de la ciudad, Xulio Ferreiro, decidió “poner el gobierno a disposición de la ciudad” para que cada fueza “decida de qué lado está y asuma su responsabilidad” y la moción ha isido rechazada por socialistas y populares, mientras que el BNG y la propia Marea han votado a favor. Se abre ahora un plazo de un mes para que desde la oposición se plantee una moción de censura “con candidato alternativo a alcalde”, según estipula la ley, y a esa operación han arengado los conservadores. En caso contrario, Ferreiro quedará ratificado en el cargo y las cuentas, aprobadas inicialmente.

El pleno se ha desarrollado en un clima a medio camino entre la tensión y la reivindicación. Así se plasmó en el espacio del palacio municipal reservado al público y también en los discursos. El portavoz socialista, José Manuel García, ha culpado a la Marea de hacer “imposible” un acuerdo con el PSOE porque, en última instancia, “preferirían que el Partido Socialista no existiera”. “No podemos otorgarle nuestra confianza porque se ha encargado de difundir que no confía en nosotros”, ha afirmado. Su formación, dice, optó por el “no” en el pleno para que Ferreiro esté “un mes en funciones”, tiempo “suficiente para reflexionar y encontrar caminos comunes”. “Dependerá de su voluntad, es su responsabilidad ganarse la confianza de los socialistas”, reta.

La dureza ha marcado también la intervención de la portavoz del PP, Rosa Gallego, quien llenó su discurso de peticiones de “dimisión” del alcalde. La ciudad, caricaturiza la conservadora, “se cae a trozos como el estadio de Riazor” -en referencia a los daños producidos en el recinto deportivo por el temporal-, está instalada en el “desmadre” por culpa de un gobierno que “prioriza los batracios, las pancartas y las lechugas” y un regidor que “va de víctima”. La Marea, acusa Gallego, “apuesta por la sucicedad”, por la “inseguridad ciudadana” o por “ahogar a los comerciantes” y por eso el PP quiere que marche. Esta es la razón para invitar al resto de grupos a que decidan “si se ponen del lado del caos” o “del rescate de la ciudad”, esto es, del PP. La oferta conservadora ya había sido rechazada previamente por la representante del BNG, Avia Beira, quien anunció su sí “crítico” a un gobierno al que, resalta, apoyará siempre que aplique “políticas avanzadas” y al que insta a no practicar el “victimismo” y tener en cuenta que “raras veces los votantes conceden una segunda oportunidad” a un gobierno progresista.

“Condenados a entendernos”

El relato de la ruptura de las negociaciones expuesto por García fue contrapuesto por Ferreiro con una reproducción de la grabación de la rueda de prensa en que el portavoz socialista expuso ante los medios las características del pacto que, había asegurado, ya estaba culminado. “No entiendo cómo con un acuerdo a punto de cerrarse, cuando estábamos restableciendo esa confianza tan difícil de conseguir, tuvo la torpeza de dar esa rueda de prensa y dar por cerrado un acuerdo que aún no lo había sido”, lamentó el alcalde, quien no obstante mantiene que Marea y PSOE están “condenados a entenderse”. “Porque cuando no nos entendemos ya sabemos lo que pasa” y “no podemos seguir en una deriva que sólo alimenta a un PP derrotado, al que la ciudad le dio la espalda” y que se “encomienda a los elementos y clama por tempestades para hacer oposición”, aunque esto implique “precipitarse hacia la demagogia más lamentable”.

Es necesario, advierte Xulio Ferreiro, “decidir” si “queremos seguir por la senda” del “cambio ilusionante” iniciada en mayo de 2015 o “por la senda del PP”, la “de las listas de espera en los servicios sociales, la especulación y las obras chapuceras”. “No hay ninguna animadversión por mi parte hacia el Partido Socialista”, replica a García, y por eso a pesar de a los “reproches” dice observar “mimbres para construir en común esta ciudad” aunque ahora los socialistas estén “enfadados” y padezcan problemas internos. “Tenemos muchas cosas en común”, como las políticas sobre el área metropolitana, la movilidad o los museos, dice, y esto no impide reconocer las “sombras” de los gobiernos socialistas.

“Espero que hoy no sea un punto de llegada, sino un punto de inflexión para continuar trabajando”, concluyó el alcalde coruñés, quien lamenta que el “enfado” socialista provoque el “entorpecimiento” de los presupuestos durante un mes. “No sé qué sentido tiene perder un mes”, concluye, tras instar a “no seguir alimentando nuestros desencuentros, porque alimentan a quienes la ciudadanía les retiró su confianza. ”Sabemos lo que pasó en el Estado y aún lo lamentamos, no repitamos la historia“, dice.

Concentración previa

Antes del inicio del pleno el gobierno coruñés recibió apoyo de en torno a dos centenares de simpatizantes de la Marea Atlántica que se habían concentrado ante el Pazo de María Pita entre lemas como “A Coruña no se vende” o “el gobierno no se vende”. Entre las personas asistentes a la concentración se encontraban representantes de En Marea como su portavoz en el Parlamento gallego, Luís Villares, los diputados Manuel Lago y Luca Chao o Antón Gómez-Reino y Yolanda Díaz, representantes de la formación en el Congreso.

En torno a una hora antes de la sesión plenaria también habían acudido al pazo municipal miembros del PP como el diputado Gonzalo Trenor o la senadora María Aparicio. Del mismo modo, simpatizantes populares que portaban pancartas con el el lema Ciudad de primera, alcalde de tercera, mostraron bufandas del Deportivo y consignas contra el gobierno local también durante la sesión, ya en el interior de la casa consistorial. Miembros del grupo conservador aplaudieron su presencia como muestra de “democracia”.