Primeras voces en la oposición a Feijóo que piden confinar Galicia: el BNG considera que es la “única solución” a la “gravedad de la situación”
La segunda ola del coronavirus en Galicia coge altura. Los casos activos son 9.326 y desde el 27 de octubre superan el máximo registrado en el mes de abril. Además, la presión asistencial se intensifica: hay 79 personas en cuidados intensivos y 466 hospitalizadas en planta. No eran tantas desde los últimos días de abril. Pese a que la Xunta, y especialmente su presidente, Alberto Núñez Feijóo, se esfuerza en vender las vertientes positivas de la situación, siempre en comparación a otros territorios del Estado, las cifras dibujan una perspectiva oscura. La oposición la ha convertido ya en tema principal. El BNG, que la encabeza, ha propuesto el confinamiento de la población.
“Estamos en un momento de extraordinaria gravedad en la expansión de la pandemia, con cifras récord de contagios, cifras pavorosas de víctimas mortales”, afirmó este martes su líder, Ana Pontón, en la comisión de reactivación del Parlamento de Galicia. El día anterior, el Servizo Galego de Saúde había comunicado 21 decesos por COVID, el segundo número más alto de toda la pandemia. “Es el momento de poner sobre la mesa la opción del confinamiento, porque los datos apuntan que esa medida va a ser la única solución para frenar esta segunda ola”, añadió. Pontón se apoyó en la autoridad de “muchas personas expertas” para reclamar que, “si esa es la mejor opción para frenar la COVID, que se ponga en marcha cuanto antes”. La portavoz nacionalista recordó que Alemania “ya está recurriendo al confinamiento cuando la incidencia del virus es mucho menor que en Galicia”.
Asturias lo reclamó esta semana, pero el Gobierno central se lo ha denegado. Prefiere, afirmó el ministro de Sanidad Salvador Illa, esperar a ver si las medidas vigentes surten efecto. De momento, Feijóo y su conselleirodel ramo, Julio García Comesaña, se niegan a ni siquiera discutir esa opción. Galicia es, junto a Extremadura, una de las dos comunidades autónomas que no ha decretado un cierre perimetral generalizado y lo ha limitado a las siete ciudades, algunos de sus ayuntamientos adyacentes y Vimianzo (A Coruña). Los Gobiernos locales se quejan, además, de que la Xunta no les facilita datos sobre la realidad del virus en sus muncipios.
Explicaciones en el Parlamento
A lo que sí se ha visto obligado el presidente gallego es a anunciar su comparecencia en el Parlamento para “informar sobre la situación de la COVID-19”. Ayer lo había exigido precisamente Pontón, aunque en el marco de un pleno monográfico, y hoy el Partido Socialista, cuyo viceportavoz en la Cámara gallega Pablo Arangüena conminó a Feijóo a “dejar de hacer declaraciones insensatas”. Se refería al discurso que el mandatario adoptó contra la declaración del estado de alarma hace ahora ocho días, en el que llegó a decir que dicha figura legal “genera alarma”. “En Portugal a nadie se le ocurre decir que el estado de calamidad [el equivalente a al de alarma en la legislación lusa] provoca calamidad”, afirmó Arangüena, quien instó al presidente a reducir sus “sobradas muestras de locuacidad y de falta de lealtad”.
El PSdeG también denunció la “falta de transparencia” de la gestión de la Xunta. Como ejemplo puso el de los rastreadores de la epidemia, que el propio Feijóo cifró en más de 6.000 al incluir en ellos a toda la atención primaria, lo que soliviantó a sindicatos y organizaciones médicas. A día de hoy, el Gobierno gallego se niega a ofrecer esa información.
La intervención en el Parlamento con la que Feijóo quiere sortear la presión de la oposición substituirá a la sesión de control. El viceportavoz parlamentario del PP gallego, Miguel Tellado, lo justificó debido a que BNG y socialistas habían registrado ya sus preguntas y ambas trataban sobre el coronavirus. El presidente carcerá de límite de tiempo para responder.
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