Las aguas del socialismo coruñés bajan agitadas. Esta semana, por sorpresa, la alcaldesa de A Coruña, Inés Rey, retiró las competencias a su concejala de Emprego, Eva Martínez Acón. Lo hacía con duras acusaciones, entre ellas la “dejación de funciones” y una baja ejecución del presupuesto del departamento “en un momento de crisis como el actual”. En realidad, la sorpresa fue relativa. La decisión de Rey destapaba grietas ocultas durante meses y en las que se cruzan un conflicto por el impago de cuotas de militancia de varios ediles a la agrupación local y los prolegómenos al congreso del PSOE gallego en el que Gonzalo Caballero, actual secretario general, se juega su continuidad.
Martínez Acón es la más próxima a Caballero de los nueve ediles del PSdeG en la corporación municipal. Fue en su día la más votada en las primarias internas del partido que sirvieron para confeccionar la lista al ayuntamiento. Aún así, la entonces candidata a la alcaldía y hoy primera edil optó por dejarla al margen. Ferraz lo corrigió y la colocó en el número 5. Encargada de Emprego e Promoción Económica, es también la secretaria local del Partido Socialista.
“No fue capaz de asumir sus responsabilidades como concejala de Emprego, una de la concejalías clave en un momento de crisis como el actual”, afirma Inés Rey en la carta que dirigió a la afiliación socialista coruñesa el jueves, “al hacer dejación de funciones y teniendo sin ejecutar la mayor parte del presupuesto a estas alturas del año. Su escasa dedicación es incompatible con el ideal socialista”. Según fuentes de la alcaldía, la supuesta inacción de la edil ha supuesto la pérdida de fondos para subsidios de empleo, y la ejecución de apenas el 16% de los fondos de los que disponía. Martínez Acón, sin embargo, entiende que esas no son las razones de su defenestración.
La dirección gallega del PSOE tampoco. En un comunicado firmado por el vicesecretario general y diputado Pablo Arangüena, este afea a la alcaldesa “desdibujar la prioridad a la que estamos llamados todos y todas las socialistas, especialmente donde hay responsabilidades de gobierno, que es combatir la pandemia y la crisis derivada de ella”. A continuación desgrana en cuatro puntos las desavenencias sobre el pago de cuotas que, alega la propia Martínez Acón, desencadenó su cese. Las finanzas de la agrupación local del PSdeG no atraviesan su mejor momento, hasta el punto de que el alquiler de su sede, todavía denominada Casa do Pobo, pasó varios meses sin ser abonado. Arangüena asegura en la nota que “ni la alcaldesa, ni el portavoz municipal ni otros concejales y concejalas han hecho aportación alguna” desde junio de 2019. Es decir, desde que tomaron posesión como Gobierno municipal. “Han incumplido las obligaciones que les corresponden reglamentariamente”, añade. En realidad, el 10 de noviembre Inés Rey ingresó 300 euros, pero según un informe de la Vicesecretaría Xeral del PSdeG, “no cubre las aportaciones que le corresponden tras 16 meses de dedicación a su cargo”. En la trifulca por las cuotas llegó a intervenir la cúpula estatal del PSOE, cuyo director gerente avisó al comité provincial coruñés de que la tabla de aportaciones que había propuesto en julio para resolver la cuestión chocaba con la del comité federal, que podía ser elevada pero no disminuida.
Este mismo viernes, la alcadesa Inés Rey, metida de lleno en la refriega, afirmaba en una entrevista en una emisora local que el asunto de las cuotas no es más que “una cortina de humo”. E insistió en la falta de compromiso de Martínez Arcón. En la mencionada misiva en la que informaba a los socialistas coruñeses de la retirada de competencias delegadas, también se refería a la “posición obstruccionista a la acción de gobierno” de la cesada. Fuentes cercanas a esta lo interpretan casi como una venganza por su oposición la integración en el grupo de gobierno de Mónica Martínez, elegida concejal en las listas de Ciudadanos -formación que abandonó- e incorporada al gabinete de Rey como responsable de Deportes.
Hacia el próximo Congreso Nacional
Pero la ruptura de Rey y Martínez Acón no se puede explicar sin atender al contexto gallego. La cercanía de esta última a Gonzalo Caballero, valedor de primera hora de Pedro Sánchez en Galicia, contrasta con la alcaldesa, en su día significada partidaria de Susana Díaz. Y de fondo, una vez se celebre el Congreso Federal del PSOE programado para 2021, el Congreso Nacional de su rama gallega. Allí esperan a Caballero no pocos dirigentes críticos con su gestión y, sobre todo, con los resultados de las últimas elecciones gallegas, en los que el BNG se convirtió en segunda fuerza del Parlamento y relegó a los socialistas a la tercera plaza con 14 escaños.
De hecho, Inés Rey mantiene buenas relaciones con el presidente de la Deputación da Coruña, Valentín González Formoso, uno de los principales dirigentes gallegos que cuestionan el liderazgo de Caballero. “Le están empezando a mover la silla a Caballero”, opina un militante de uno de los partidos de la oposición local, “porque nadie dice que Acón no haga nada, pero no es la única que no hace nada en ese gobierno. Lo que sí pasa es que es la única que no hace nada cercana a Caballero”. Es justamente la oposición la que critica al ejecutivo local y a su primera edil, por enfrascarse en luchas internas cuando la epidemia de coronavirus y sus consecuencias deberían ocupar sus preocupaciones.