Quinta alerta por “represalias” en la TVG, ahora contra la periodista que denunció boicot a la huelga feminista

Las denuncias por “represalias” contra periodistas críticos por parte de la dirección de los medios públicos gallegos continúan. En un clima de reivindicación, y a las puertas del 38º viernes negro contra la “manipulación”, el comité intercentros de la Corporación Radio y Televisión de Galicia (CRTVG) advirtió ayer de un nuevo caso y una nueva perjudicada. En este caso, la conocida y veterana periodista Marga Pazos, que se une a una lista que ha ido creciendo en el último año. 

Eso es lo que denuncian los representantes de los trabajadores, pero también buena parte del personal, movilizado cada semana desde hace más de ocho meses por el cumplimiento de la Ley de Medios y contra el “control político” y que secundó masivamente una huelga yvarios paros hace tan sólo unas semanas

El comité ha manifestado su “indignación” por lo que considera “otro caso de grave represalia a una trabajadora” por su “participación activa en los viernes negros, su significación pública en la defensa de la independencia de los medios públicos y la defensa de la lengua”, así como por ser quien denunció el boicot ejercido por la TVG a la huelga feminista del 8-M, lo que le valió una condena judicial a la televisión. 

El comité explica que Marga Pazos ha sido “apartada” de las tareas de redactora que ha desarrollado durante años para “limitarla a las obsoletas funciones de locutora de televisión”. Según denuncian, fue la directora de informativos quien dio orden a la directora de Recursos Humanos para desplazar a la periodista de su labor habitual. 

Además, explica que la “represalia” ejecutada por la dirección se ha hecho “aprovechando la excusa de una sentencia en primera instancia que reconoce a la periodista un derecho a percibir el complemento de nivel (de locutora a redactora), después de haber quedado acreditado que en efecto lleva años desarrollando esas funciones”.

“Marga Pazos es la única locutora a la que se le prohíbe redactar”, explica el comité en un comunidado en el que advierte de que es “la primera vez” que la CRTVG “aplica una sentencia de reconocimiento de nivel para limitar las funciones de la persona a la que el juzgado le acaba de dar la razón”. 

Pero además, el comité cre que en esta decisión ha tenido que ver también la huelga feminista del pasado 8 de marzo, tras la que la CRTVG fue condenada por vulenerar ese derecho fundamental después de que la ausencia de Marga Pazos fuese cubierta con otro compañero que no secundaba el paro. Entonces, el Tribunal Superior de Xustiza de Galicia (TSXG) dio por probado que la medida supuso “una conducta encuadrable dentro del esquirolaje interno” y fue una “actuación” que “tuvo su origen en un manda empresarial” al ser la Corporación quien sustituyó“ a la presentador por otra persona ”ante la ausencia (...) por ejercicio del derecho de huelga“. 

Marga Pazos declaró en aquel juicio tras ser requerida por el sindicato CUT, denunciante, algo que, según fuentes del personal, “no gustó nada a la empresa” y que incluso le costó a la periodista una reprimenda en la redacción por parte de una de sus superioras que le recriminó sus declaraciones ante el tribunal. 

“La empresa llevaba tiempo buscando una oportunidad para castigarla”, cree el comité, que pide a la CRTVG que “recapacite y reconduzca esta perversa y asfixiante política de represión que eleva aún más la indignación y el malestar del conjunto del aplantilla en un monto de crispación y fuerte deterioro de las relaciones laborales”. 

Otros casos de “represión”

El caso de Marga Pazos recuerda a otros recientes. Desde el pasado octubre, por ejemplo, la CRTVG mantiene abierto un expediente disciplinario al locutor Carlos Jiménez, una de las voces más populares de los medios públicos y activo participante en los viernes negros. Las razones para apercibirlo fueron sus supesta incompatibilidad de su labor en la compañpía con la locución de un programa elaborad por una productora y emitido por la propia TVG. 

La Corporación suavizó las eventuales consecuencias del expediente, al pasar de un posible despido a una suspensión de empleo y sueldo temporal, y Carlos Jiménez esgrimió, entre otros argumentos, la compatibilidad laboral que la propia empresa le concesión en 2008, así como la relación laboral con la Corporación reconocida por la justicia. El profesional ha encuadrado la decisión en un intento de “reprenderlo” y de “desactivar con sanciones ejemplarizantes” las movilizaciones por la independencia de la CRTVG en las que él ha participado activamente. 

Jiménez recibió el apoyo y la solidaridad de sus compañeros y más de 400 firmaron un documento en el que reclamaban el archivo del expediente. El mismo apoyo había recibido antes Beatriz Moyano, periodista expedientada y cuyo caso fue finalmente archivado. Se la acusó de utilizar medios propios de la CRTVG para un acto privado, una gala contra el cáncer, donde aprovechó su discurso ante Núñez Feijóo para apoyar los viernes negros y defender la independencia de los medios públicos. Lo hizo poco después de haber presentado sudimisión como presentadora del Telexornal Serán junto a sucompañero Alfonso Hermida por el “control informativo” quedenunciaron sufrir.

No era la primera vez que Alfonso Hermida presentaba su dimisión. En 2012, cuando era editor y presentador del Telexornal Serán, abandonó ambos puestos tras continuos desencuentros con la dirección de informativos, el último de ellos por el tratamiento que una noticia dio a la ocupación de las instalaciones de la CRTVG por más de un centenar de preferentistas. 

Aquella dimisión llegó sólo unos meses después de que Hermida presentase un telediario reivindicativo en una plaza de Santiago de Compostela durante la huelga que la plantilla de la CRTVG llevó a cabo contra la reforma de la ley de los medios públicos gallegos. Su compañera en aquel telexornal alternativo fue Ana Fernández, otra veterana periodista presentadora de informativos. Hace sólo unas semanas, ella misma comunicó que “por motivos personales y de conciliación” no podía “asumir las exigencias de la dirección de incorporarme media hora antes, a pesar se que hasta ahora sí era posible”. “Prescinden, por tanto, de mi presencia en el informativo Bos Días, que venía presentando desde 2017”, aclaró.