Los hospitales de la sanidad privada en Galicia están prácticamente parados. Lo renoce la patronal del sector, la Alianza de la Sanidad Privada Española (ASPE), que indica que solo el 15% de sus camas están ocupadas y que la actividad habitual se ha reducido en un 90% a la espera de las órdendes del Gobierno gallego. “La Xunta de Galicia nos pide que estemos como recurso disponible y después nos tiene infrautilizados”, asegura el presidente de ASPE, Carlos Rus.
Los 23 centros asociados en ASPE que se encuentran en Galicia disponen de 2.004 camas libres y 84 plazas en unidades de cuidados intensivos que la Xunta puede utilizar, como le permite las normas publicadas por el Gobierno central dentro del estado de alarma. Con esta bolsa de plazas de hospitalización disponibles, la Xunta está montando dos hospitales de campaña en A Coruña y Santiago, en un centro de exposiciones y un multiusos.
Según indicó el presidente de la Xunta esta semana, los hospitales de campaña tendrán capacidad para 500 pacientes y no tendrán unidades de cuidados intensivos. Los dos hospitales provisionales entrarán en funcionamiento la próxima semana, según las previsiones del Gobierno gallego.
Mientras, el presidente de la patronal de la sanidad privada explica que los centros desprogramaron toda su actividad no urgente y programada, como fue solicitado por la Xunta y que aún se encuentran a la espera de más indicaciones. “Solo nos pidieron eso y respiradores, ni otro material ni recursos humanos”, indica.
Rus considera que los centros privados son un buen recurso para derivar a pacientes que no presenten COVID-19, “y así crear dos circuitos sanitarios con más garantías para los enfermos que no presenten coronavirus y con mayor seguridad”. “Si la capacidad de los centros privados no se va a utilizar, se puede poner también a disposición de otras comunidades autónomas”, sugiere Rus.