La Xunta limita las posibilidades de éxito de la huelga en la educación convocada por los sindicatos, Anpas y asociaciones estudiantiles para los próximos días 10 y 16 de septiembre. El Diario Oficial de Galicia publica este miércoles la orden que fija los servicios mínimos previstos por la administración para la protesta que pretende poner de relieve la falta de medidas de seguridad para el inicio de un curso escolar que se va a poner en marcha en medio de la segunda ola de la pandemia. El coronavirus, motivo de la huelga, le ha servido a la Xunta para justificar la imposición de unos servicios mínimos que rondan el 100% de las plantillas en casi todos los servicios escolares y que, a juicio de los sindicatos, suponen un bloqueo efectivo al derecho a huelga que garantiza la Constitución.
Según la orden firmada por el conselleiro Román Rodríguez, durante la jornada de huelga deberán acudir a los centros el 100% del personal de cocina, limpieza, educadores y personal médico. Se establece además la obligatoriedad de que en cada aula presten servicios un miembro de la dirección del centro, además de un profesor.
El Gobierno gallego justifica lo elevado de los servicios mínimos fijados en la necesidad de extremar el control durante la vuelta al cole de los alumnos. La orden publicada en el DOGA contiene el siguiente razonamiento: “El primer día de entrada en el centro de los alumnos después de las vacaciones es clave para que se implanten todas las medidas preventivas previstas , especialmente aquellas que deben ser asumidas por el alumnado, inéditas para ellos, con las convenientes explicaciones de los profesionales del centro educativo”.
El argumentario del ejecutivo de Feijóo se apoya en las necesidades de control para bloquear una huelga cuya razón de ser es precisamente la crítica ante la falta de previsión para una vuelta al cole que los colectivos educativos señalan que no se va a producir con las medidas de seguridad necesarias para garantizar la salud de los escolares.