El portavoz parlamentario del PSdeG dimite tras perder las primarias y propicia un complejo relevo
“En cinco meses estaré sentado en la Presidencia y usted, en la oposición”. La frase pronunciada por José Luis Méndez Romeu en la última sesión de control al presidente de la Xunta previa a las primarias del PSdeG se ha convertido en una pesada losa sobre el futuro político del veterano socialista desde que, el pasado domingo, cayó en las primarias por la candidatura a la Presidencia frente a Xoaquín Fernández Leiceaga. El ganador del proceso interno le pidió a su contrincante que continuara en el puesto lo poco que queda de legislatura, pero Romeu ha optado por la retirada, por lo que a la dirección interina de los socialistas gallegos le corresponde ahora la compleja tarea de encontrar relevo.
La decisión, dada ya por segura desde últimas horas del lunes, ha sido confirmada en la mañana de este martes en rueda de prensa por el propio Méndez Romeu. “La mejor solución es que se nombre a otra persona”, ha resumido ante la prensa, tras constatar en las urnas que “la mayoría” del partido no apoya su “labor”. “Hay que asumir las consecuencias”, le ha transmitido el parlamentario al resto del grupo, en el que seguirá como diputado. Si continuara en el puesto habría riesgo de “contradicciones y puntos de vista diferentes” que crearían “confusión entre la militancia y la sociedad”, señala.
Con Romeu fuera de la portavocía le correspondería a la Ejecutiva Nacional del PSdeG formular una propuesta para el relevo, tal y como marcan los estatutos. No obstante, el partido no tiene Ejecutiva desde la dimisión, el pasado marzo, de José Ramón Gómez Besteiro, por lo que es la gestora que encabeza Pilar Cancela la que tiene que poner un nombre sobre la mesa. Desde el partido se confirma que la gestora abordará la sustitución este mismo martes tras consultar con el grupo parlamentario, que se reunirá con este propósito en un contexto que no es, ni de lejos, nada fácil.
Fuentes socialistas consultadas por eldiario.es confirman que ni la gestora ni los propios miembros del grupo parlamentario consideran que haya muchas opciones posibles para sustituir a Romeu. Si el criterio fuera a situar en la portavocía a una persona afín a Leiceaga, esto es, que haya apoyado abiertamente al nuevo candidato a la Xunta, las opciones se reducirían laacuatro de los 18 integrantes del grupo: la actual vicesecretaria segunda de la Mesa de la Cámara, la lucense Concepción Burgo, la diputada pontevedresa Patricia Vilán, el parlamentario por A Coruña Emilio Vázquez o la ourensana Noela Blanco. En el caso de Vázquez y Blanco su principal obstáculo sería que cuentan con una muy escasa experiencia parlamentaria, al ocupar sus escaños desde hace apenas un año, como sustitutos de Francisco Caamaño y Pachi Vázquez.
Si, por el contrario, desde la dirección interina del PSdeG se optase por uno de los diputados alineados con Méndez Romeu en las primarias las opciones serían más diversas, si bien ya existen varios descartes. A priori, la gestora no es partidaria de que ocupe el puesto la hasta ahora viceportavoz Carmen Gallego -que ha representado al PSdeG en la Junta de Portavoces de este martes-, según las fuentes consultadas. Otro posible perfil para el puesto, el vigués Abel Losada -que ya fue portavoz desde 2010, cuando sustituyó precisamente a Leiceaga, hasta 2012-, descarta en declaraciones a este diario la posibilidad de asumir la portavocía. Entre los nombres barajados está también el del exalcalde de Santiago, Xosé Sánchez Bugallo, de cuyo equipo Leiceaga formó parte como concejal de Hacienda.
Sea como fuere, la persona a la que se le encomiende el trabajo de coordinar el Grupo Socialista y, sobre todo, de enfrentarse an Alberto Núñez Feijóo en las sesiones de control tendrá una tarea efímera pero de comienzo inmediato. Hasta el final del presente período de sesiones apenas queda media decena de plenos, pero el próximo se celebra la próxima semana. Si Feijóo decidiera convocar las elecciones para los últimos días de octubre -las anteriores fueron el día 21 de ese mes-, tendría que disolver la Cámara a finales de agosto y, por lo tanto, ya no habría sesiones plenarias hasta después de los comicios.