O monte é noso – Sachando procomún es un proyecto colaborativo y horizontal que procura facilitar la visibilidad de los montes comunales y de las comunidades que las gestionan, así como la reapropiación de estos montes por parte de los vecinos y vecinas, por ser garantes en la sostenibilidad de los territorios. Hace dos semanas la asamblea de vecinos y comuneros de Cabral, en Vigo, votó en contra de una oferta del grupo británico Eurofunds, apoyado por el Ayuntamiento, para hacerse con el monte vecinal y construir allí un macrocentro comercial.
Hablamos con uno de sus activistas sobre el futuro del monte de Liñeiriños, del proyecto de Porto Cabral y de los conflictos que genera y generará el PGOM vigués. También sobre el nacimiento y extensión de una nueva conciencia en Galicia sobre el valor de los montes vecinales. Señala que la construcción de un macrocentro comercial en ese lugar solo podría ser llevada a cabo por el ayuntamiento a través de atajos legales, “con el impacto ambiental consecuente en el propio monte”, pero finalmente sería “desestimado en los tribunales”.
¿Crees que el ayuntamiento se atreverá finalmente a seguir adelante con Porto Cabral, llevando a cabo una expropiación, un plan parcial de desarrollo de área...?
Las últimas noticias hablan de que están estudiando jurídicamente si es viable la expropiación. Ese dato por sí mismo ya pone en evidencia la falta de claridad del PGOM vigués y las dudas que suscita la operación entre los que antes parecían tan decididos a ejecutar las obras. Desde Montenoso creemos que el PGOM fue mal redactado, sin prestar atención a la realidad de lo que es el monte vecinal comunal. El monte vecinal debería quedar fuera del sector de Liñeiriños, ya que no es posible compatibilizar un desarrollo terciario de carácter privado con la propia existencia de este.
Además, en el propio PGOM se habla, en el punto 5 de los “objetivos” que se marca para el “desarrollo del sector de Liñeiriños”, que “como medida específica de corrección de los impactos de ocupación se procurará la conservación y rehabilitación del bosque autóctono de Cotogrande, al que se da la clasificación de Suelo Rústico de Protección Especial”. Si tomamos el argumento que está repitiendo el ayuntamiento de que él solo quiere “cumplir lo que marca el plan”, deberían respetar el bosque, tal y como está bien redactado en el documento. Por el contrario, pasan por encima de esse punto y pretenden no respetarlo, ya que no les interesa y tratan de disfrazarlo proponiendo una permuta de terrenos, como si un bosque autóctono y con años se pudiera cambiar por otra tierra sin más. La expropiación no es legal. El problema es que se parte de una errónea delimitación del sector de Liñeiriños en el PGOM que habría que subsanar sacando el monte vecinal de este sector.
¿Cómo se podría justificar la utilidad pública de esta expropiación?
No se puede justificar desde un punto de vista legal. Lo único en lo que se pueden amparar si quieren continuar es en la delimitación del plan, que como hemos argumentado, debería ser revisada. Creemos que si se llevara a los tribunales el sector de Liñeiriños, muy probablemente obligarían a revisarlo por la indefinición de los usos señalados para el área del monte vecinal. O bien se indica un uso con utilidad pública justificada o bien se saca fuera del ámbito el monte vecinal. La segunda opción evidentemente es la que tiene más sentido, conforme estima el propio plan en el punto 5 de los objetivos antes mencionados.
¿El conflicto surgido a raíz de Puerto Cabral le ha abierto los ojos a mucha gente sobre e gran problema que representa el PGOM de Vigo?
Creemos que mucha gente ya los tenía bien abiertos. De hecho había habido mucha oposición, especialmente en las parroquias, que apenas fue reflejada en los principales medios. Aun así, esta oposición ya había conseguido eliminar una parte de la terrible Ronda de las parroquias.
Porto Cabral, no obstante, es solo la punta del iceberg de una manera de hacer urbanismo que se demuestra obsoleta y que tiene una enorme falta de respeto por el ámbito rururbano vigués y por la gente. Considera la mayor parte del suelo como residencial, sin atender a usos agrícolas y medioambientales que tanta importancia tienen en las parroquias. De hecho, todo el suelo de las parroquias de Vigo es considerado como urbanizable, sea para grandes megaproyectos sin mucho sentido, por duplicar estructuras ya existentes, como la Ciudad del Frío o la Ciudad del Deporte (llamada del Celta) en Valadares; sea para delimitar grandes sectores urbanizables para áreas residenciales, lo que impide de hecho que los pequeños propietarios gestionen el futuro de sus parcelas, ya que por su dimensión solo podrán gestionarlo las grandes promotoras. ¡Es lo mismo que está pasando en A Coruña con el parque Ofimático pero extrapolado a toda el área urbana viguesa!
Si la oposición al Plan no se ha visibilizado tanto es porque debido a la crisis el Plan apenas ha empezado a desarrollarse. Esto no significa que no se haga presente si comienza a desarrollarse.
¿Crees que el conflicto de Porto Cabral ha generado un nuevo sentimiento de apego al monte, de defensa de lo común?
Creemos que en Cabral mucha gente joven está conociendo el valor de los comunes y que mucha gente mayor está transmitiendo positivamente la visión que tiene del monte y de lo que significa. Pensamos que es un buen comienzo, pero hace falta con este ánimo crear foros continuos de trabajo en pro de los comunes, no (solo) de su defensa, sino de cómo gestionarlos bien, de lo que pueden significar para el desarrollo y mejora de la parroquia, de ponerlos en valor. También hay mucho que aprender y mejorar en las formas de dialogar entre todos para conseguir objetivos.
¿La sociedad gallega, comuneros o no, valora los montes comunes como debería?
Los montes vecinales comunales son los grandes olvidados de la realidad gallega, a pesar de que más de una quinta parte de los gallegos forma parte de ellos. Más que poco valorados, son poco conocidos, especialmente en las ciudades. No entienden su forma de gestión y sus enormes posibilidades como generadores de recursos y beneficios que permiten inversiones gestionadas por los propios vecinos de las parroquia.
Proyectos como “O monte é noso – Sachando procomún” o el documental de “En todas as mans” (“En todas las manos”) están intentando sacar a la luz esta importante realidad.
Pero en Galicia hay muchos más comunes que tienen que ser visibilizados: la gestión de las comunidades de aguas y caminos, la de los viejos molinos de herederos, la de las servidumbres, la de las eras... Todas tienen enormes posibilidades para el futuro próximo.
¿Qué podemos aprender para otras luchas sociales de la experiencia de los últimos meses en Cabral?
Creo por una parte que debemos estar muy satisfechos con la movilización realizada en poco tiempo ¡y estando casi todos los principales medios de comunicación de la ciudad en contra! No obstante, cabe hacer una reflexión. Es preciso crear estructuras y darle ánimo a las existentes de cara a conseguir mayores dosis de transparencia y especialmente ser capaces de hablar y dialogar entre todos más y mejor. Del conflicto, creo que necesitamos ser conscientes de que tenemos que organizarnos mucho mucho más como vecinos para poder construir entre todos nuestros lugares.