El pasado mes de mayo la Policía Local de A Coruña presentaba su memoria anual con, al menos, una novedad. En el apartado de “procedimientos y actuaciones más significativos de infracciones administrativas” el cuerpo policial dependiente del Ayuntamiento coruñés incluyó, en lo referido a la ordenanza de limpieza, un recuento de sanciones por “manipulación” de contenedores de la basura. En un contexto en el que el propio gobierno municipal comenzaba el año tramitando una ordenanza para multar a quien rebusque en la basura a la búsqueda de alimentos, el BNG local interpreta las cifras sobre el inicio de este tipo de sanciones como un “castigo con multas” para “personas hambrientas” perpetrado por el gobierno que dirige Carlos Negreira.
Dado que en las memorias de los años anteriores “no aparece recogida ninguna denuncia” por la referida “manipulación” de los contenedores, el Bloque se pregunta, a través de su concejala María Xosé Bravo, si “esto quiere decir que se empezó en 2013 a presentar denuncias por este motivo”. Esto, señala la nacionalista, supondría ahondar en que “la marca PP es la lucha contra los pobres y no contra la la pobreza”, toda vez que “el señor Negreira emplea a la policía local para resolver los problemas que no resuelven los servicios sociales del Ayuntamiento”.
A juicio de la concejala, que espera por la respuesta del gobierno local, “solo una administración inhumana, insensible y prepotente, solo un Estado policial manda a la policía contra las personas que pasan hambre”. Esto, argumenta, supone realizar “un uso fraudulento e injusto de la ordenanza de limpieza”, concebida para mantener en buenas condiciones las calles y no “para castigar a las personas en situación de pobreza extrema, que se ven en el deber de buscar alimentos que los servicios sociales no son capaces de suministrarles”. Ahora, dice Bravo, espera saber “dónde está tipificada esta infracción contra la ordenanza municipal” de limpieza. Mientras, desde el Ayuntamiento, su portavoz, Julio Flores, argumenta que las sanciones fueron impuestas a personas que arrojaron basura en la calle reiteradamente.
Decomisos por venta ambulante
A juicio de Bravo, la beligerancia policial contra personas desfavorecidas no solo se manifiesta con estas multas, sino también con la persecución a personas que ejercen la venta ambulante, mayoritariamente inmigrantes. La memoria de la Policía Local, dice, refleja que “el gobierno del señor Negreira sigue manteniendo esa actitud beligerante”, si bien la ligera caída en el número de decomisos practicados a lo largo del pasado año “ponen de manifiesto que las reiteradas denuncias hechas por el BNG y por las ONG no han caído en saco roto”.
Así, frente al “annus horribilis del 2012, donde los decomisos se incrementaron en un 42%”, en el pasado ejercicio descendieron en un 13%, hasta quedar en 503. Con todo, la diferencia sigue siendo evidente respecto al año 2011, en el que llegó el PP al gobierno municipal, cuando estas incautaciones de materiales a vendedores y vendedoras ambulantes fueron 406.