Rafael Louzán, actual presidente de la Diputación de Pontevedra, también quiere presidir la Federación Gallega de Fútbol (FGF). Presentar su candidatura es la intención actual del dirigente popular, que se convertiría en un importante rival en la carrera electoral para dirigir el deporte rey en Galicia para el actual máximo dirigente de la FGF, José García Liñares, alcalde de Cerceda por el PSdeG y ex presidente del club de fútbol de la misma localidad.
“Está moviendo los hilos para una tercera candidatura”, dicen fuentes conocedoras del proceso en la FGF, a cuya presidencia también optará Juan Vázquez, ex vicepresidente de la Federación con Liñares y que acaba de presentar su dimisión por sus diferencias con el mandatario actual y tras denunciar graves irregularidades.
La carrera electoral ya comenzó hace varias semanas, al iniciarse el período para configurar en el próximo mes de noviembre la nueva asamblea general, que será la que elija al presidente de la Federación para los próximos cuatro años. La decisión –casi definitiva– de Louzán habría llegado tras el apoyo que le mostraron varios clubes de la provincia de Pontevedra, que se unirían contra el presunto poder del norte en el fútbol gallego, un poder que atribuyen a la actuación en la directiva de Liñares, que accedió al cargo en marzo de 2011 con un apoyo mayoritario.
Louzán está ya evaluando los apoyos para obtener los más de 75 votos que precisaría para ser elegido presidente por la asamblea general, donde los representantes de árbitros, jugadores, entrenadores y clubes deben votar el 18 de septiembre. Los delegados territoriales, en un comunicado hecho público hace unos días, dejaron claro su apoyo a García Liñares y su apuesta “por la continuidad del proyecto impulsado por el máximo representante de la Federación”.
La vinculación de Louzán y la Diputación de Pontevedra con el fútbol viene de lejos y no ha estado exenta de polémica. La entidad provincial fue patrocinadora del Pontevedra durante bastante tiempo y construyó un gran número de campos de fútbol de hierba sintética, con un gasto de casi 40 millones de euros en más de 70 terrenos de juego. En Ribadumia, por ejemplo, localidad de 5.000 habitantes de donde es originario el presidente provincial, disponen de cuatro instalaciones.
El presidente de la Diputación defendió en el Parlamento esta política, criticada por la oposición por ver en ella una nueva forma de aumentar su red clientelar y de amiguismo en la provincia. “Mientras los chavales están ahí, ocupados, no están en otras circunstancias que nos preocupan a los que tenemos hijos”, replicó Louzán, quien procura el apoyo de hombres fuertes en el fútbol gallego e incluso de gente que con anterioridad había apoyado a Julio Meana, anterior presidente acusado de graves irregularidades.
A la lucha por la presidencia de la Federación Gallega de Fútbol se trasladaría así la pelea partidaria entre dos hombres semejantes en cuanto a su proceder en las relaciones entre fútbol y política y que han recibiedo parecidas críticas por la excesiva vinculación entre este deporte y las decisiones adoptadas desde sus ámbitos de gestión. Hombre fuerte del PP en Pontevedra, Louzán lucharía por acabar con el poder que Liñares, alcalde de Cerceda desde hace casi veinte años, mantiene ahora en el deporte rey en la comunidad. Su cargo al frente del fútbol gallego no sería incompatible con la presidencia de la Diputación, donde aspira a seguir gobernando.
Quedaría por ver también en qué afectaría la llegada de una nueva directiva a la FGF al futuro de la selección gallega de fútbol. García Liñares prometió la vuelta de la Irmandiña en este próximo mes de diciembre, después de que el partido amistoso que se celebró navidades durante años fuera suprimido por la Xunta de Galicia tras la llegada de Feijóo a la presidencia.