El PP retuerce datos para culpar a PSOE y BNG de la pérdida de gallegohablantes y esquivar su crisis por la política linguística
La número dos del PP de Galicia, Paula Prado, insistió en la “sorpresa” por la dimisión este lunes del coordinador de Cultura del partido, Daniel Chapela, entre críticas a la “inutilidad” del conselleiro José López Campos para responder a la caída del número de gallegohablantes. Lo hizo en una rueda de prensa en la que volvió a acusar a la “imposición” del idioma durante el gobierno bipartito PSOE-BNG (2005-2009) de provocar un descenso en su uso, pese a que éste nunca había alcanzado unos niveles tan bajos como los actuales, según confirmaron los datos del propio Instituto Galego de Estatística (IGE), dependiente de la Xunta.
“A nosotros nos sorprendió porque nunca había manifestado nada en el ámbito interno”, aseguró Prado sobre la marcha de Chapela, “que conocemos únicamente por los medios de comunicación” y para la que ya se ha encontrado relevo, la concejala compostelana María Baleato. La secretaria general de los populares gallegos definió a su partido como “galleguista, centrista, moderado” con una defensa del uso “armónico y cordial” del gallego, que no apuesa “en ningún caso” por la imposición. “Hace dos años y medio, cuando se afilió esta persona, la postura era la misma”.
El detonante de la dimisión de Chapela fue la respuesta del conselleiro de Cultura e Lingua, López Campos, a la manifestación de miles de personas esta fin de semana en Santiago en defensa del gallego, un acto que contó con la presencia de los líderes de BNG y PSdeG. Sus argumentos fueron repicados este jueves por Prado de forma casi textual: “Respetamos todas las manifestaciones, incluso la de este fin de semana. Lo que no creemos es que sea buena ni la politización ni la apropiación de la defensa de la lengua” en un acto en el que “vimos banderas independentistas, exclusivamente de una formación política”.
La número dos del partido defendió que el “compromiso” de los populares con “la defensa de la lengua” se reforzó en esa legislatura con la creación de una consellería específica. Su titular “impulsó” -tres lustros después de romper unilateralmente los consensos- un pacto pola lingua que Prado considera “posible si todos ponemos de nuestra parte y las otras formaciones no se instalan en una defensa del monolingüismo, la imposición y sus posiciones históricas que en nada avanzan en el uso de la lengua”.
“Para defender el gallego hay que amarlo y para amarlo no se puede imponer, porque puede provocar el efecto contrario como vimos en la época del bipartito: que su imposición provocó que hubiese menos hablantes que en otras épocas”, concluyó. 15 años después de aquel gobierno de izquierdas, tras tres lustros de políticas populares inauguradas con el conocido como Decreto do Plurilingüismo -que, entre otras cosas, reservó asignaturas como matemáticas sólo al castellano-, el último informe del IGE confirma que, por primera vez desde que hay registros, el número de hablantes de castellano supera al de gallego y que los niños que no conocen la lengua propia son, exactamente, el doble que en 2008: 32,44% frente a 16,32%.
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