La iniciativa legislativa popular (ILP) para reforzar la atención primaria en Galicia fue rechazada con los votos del PP en el Parlamento de Galicia. El texto, con peticiones como garantizar la atención presencial, limitar el número de pacientes que un médico puede ver en una jornada y reducir las listas de espera en los centros de salud, está para la formación conservadora “trufado de partidismo”. El único problema del sistema público gallego es, si se atiende al discurso del portavoz popular, Alberto Pazos, la falta de profesionales. En una intervención en la que volvió a recurrir a la comparación con el gobierno de PSdeG y BNG en la Xunta entre 2005 y 2009, el diputado concluyó que las plataformas en defensa de la sanidad son un intento de “disfrazar de movimiento ciudadano lo que no es más que una sucursal del bipartito”.
La propuesta la defendió ante el pleno del Parlamento Vanessa Viquendi, portavoz de Pediatras e Matronas xa!!, uno de los colectivos de la plataforma SOS Sanidade Pública que promovió la iniciativa. Viquendi hizo una enumeración de problemas en la atención primaria gallega: en la mitad de los ayuntamientos no hay pediatra y donde sí los hay “no se cubren bajas o vacaciones y se superan los cupos”; en Galicia no se convocaron todas las plazas MIR -para formar a los titulados en medicina en una especialidad- que permite el Ministerio de Sanidad y, entre quienes acaban esa formación hay “una fuga de cerebros” hacia países “con mejores sueldos y condiciones”; el Tribunal Superior de Galicia condenó a la Xunta por la sobrecarga de médicos de atención primaria y pediatras; hay unas listas de espera que “agravan las enfermedades”; un insuficiente número de matronas y también menos ambulancias de las necesarias.
La foto del antes y el después de la sanidad pública gallega es que el sistema está “peor que antes y no hay Photoshop que lo corrija”, dijo Viquendi. La portavoz replicó a las acusaciones del diputado del PP aclarando que no milita en ningún partido político y explicando su experiencia personal como madre de una niña: “Cuando voy al pediatra de mi hija y no lo tengo, es que no lo tengo. No me invento nada. Ejerzan sus competencias en materia de sanidad”.
La portavoz nacional del BNG, Ana Pontón, también contestó a las afirmaciones de Alberto Pazos: “No es que falten médicos, es que están huyendo de la precariedad que impuso el PP”. En atención primaria, insistió, el personal está “maltratado y agotado” y Galicia es la segunda comunidad con menor inversión, solo por delante de Madrid, según los datos del Ministerio. Por primera vez, añadió, hay lista de espera para una consulta con el médico de familia. La situación “no es fruto de la casualidad”, sino “una voladura programada del sistema público para beneficiar a la privada”, criticó y atribuyó la insuficiencia de profesionales a que, en los 14 años de gobiernos del PP en la Xunta, “no se hizo la programación necesaria”.
“Mientras la sanidad pública salva vidas, sus recortes matan”, dijo Pontón a los diputados del PP. También el PSdeG apoyó la ILP, que destacó que fue la que logró más apoyos -más de 50.000 firmas- para su entrada al Parlamento gallego. Las demandas, dijo, tienen también “el apoyo de la calle”. Una multitudinaria manifestación convocada en febrero por SOS Sanidade Pública desbordó las calles de Santiago de Compostela. El portavoz del grupo socialista, Julio Torrado, pidió afrontar un cambio de modelo en la atención primaria. Para ello hace falta personal, pero en Galicia hay “hechos diferenciales” que han provocado que en la convocatoria de MIR de este año hayan quedado vacantes 39 plazas de medicina familiar, la segunda cifra más elevada entre las comunidades. Los datos demuestran, según Torrado, que “hay un problema general, pero en Galicia es mayor” y se debe a que el Gobierno es “cicatero”.