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El presidente de la Xunta desata las críticas por ser cómplice en una pedida de mano pública: “Se sumó a un gesto machista”

El presidente de la Xunta, Alfonso Rueda, saluda a Brais, el graduado como policía local que pidió la mano a su novia en el acto de graduación.

Beatriz Muñoz

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El presidente de la Xunta, Alfonso Rueda, tenía entre los actos de su agenda esta esta semana dar un discurso en la graduación de la 15ª promoción de la Policía Local. Pero hizo algo más que destacar el papel social de los agentes: se prestó para ayudar a que uno de los recién graduados pidiese matrimonio ante todo el auditorio y las cámaras de los medios de comunicación a su pareja. Las pedidas de mano públicas logran habitualmente, y como en este caso, repercusión más allá de quienes están presentes en el momento y reciben una interpretación romántica, pero son actos que reproducen roles estereotipados. Para la socióloga Antía Pérez Caramés, profesora de la Universidade da Coruña, es un acto machista: “Este acto de pedida de mano en público, aparentemente por sorpresa para la mujer, la trata como un ser pasivo, a la que no le corresponde hablar y acordar el tipo de relación y alianza que quiere tener con su compañero”.

El propio Rueda, compartió en su cuenta en Instagram un montaje en vídeo del momento. Al terminar su discurso, dijo a los presentes: “Donde hay amor, hay felicidad y, donde hay felicidad, hay bienestar. Llamo aquí a Brais para que a partir de ahora tenga la palabra y diga y haga lo que quiera hacer”. El joven recién graduado como policía se dirigió a su novia, que estaba en la sala, pronunció un discurso, se arrodilló ante ella y le pidió matrimonio. Ella contestó que sí de pie entre decenas de personas giradas en sus asientos para observar la escena y que aplaudieron tras la respuesta de ella. El presidente de la Xunta añadió un comentario al vídeo en su cuenta de Instagram: “A veces tengo la suerte de presenciar momentos inolvidables”.

Pérez Caramés considera que Rueda decidió sumarse “acríticamente, e incluso de forma cómplice, a participar de un gesto machista”. Desde ese lugar sin iniciativa en el que se coloca a la mujer, dice, el papel que se le asigna es el de “esperar a que le pidan la mano”. La situación, la atención de decenas de personas en un espacio público generan un ambiente que la “presiona para una respuesta afirmativa”, destaca. “La agencia y el protagonismo son, en este caso, del hombre, quien está participando de un acto institucional relacionado con su carrera laboral y decide unilateralmente convertirlo en un acto de otra naturaleza”, añade.

El acto se planeó con antelación. Según recoge el diario La Voz de Galicia, el joven se lo planteó a la jefa de estudios de la Academia Galega de Seguridade Pública (AGASP), Mónica Castro, un par de semanas antes. Quería hacer la pedida en la graduación de él y sus compañeros porque la academia “le había cambiado la vida”, dijo Castro. Trasladaron la propuesta al presidente de la Xunta, que accedió y colaboró invitando al policía a subir a la tribuna y tomar la palabra. Estaban presentes otros cargos del Gobierno gallego, como el vicepresidente primero, Diego Calvo, y el director xeral de Emerxencias e Interior, Santiago Villanueva.

De lo ocurrido se hicieron eco los medios públicos gallegos. La Televisión de Galicia le dedicó una pieza que la cuenta en X (antes Twitter) de sus servicios informativos difundió con el mensaje: “¡Le pidió matrimonio por sorpresa, con el presidente de la Xunta actuando como cómplice!”. La publicación recibió numerosos mensajes críticos, centrados en la presencia de Rueda en los espacios informativos y no informativos en periodo preelectoral. Los grupos de la oposición, BNG y PSdeG, han lanzado algunas críticas a las recurrentes apariciones del candidato del PP a las autonómicas, aún sin fecha, y también lo ha hecho el Comité Intercentros de la Corporación Radio Televisión de Galicia (CRTVG), que ha pedido poner fin a lo que consideran manipulación informativa y un “delirio partidista”.

En las últimas semanas, el presidente de la Xunta se ha prodigado en intervenciones en la televisión pública: desde un programa en horario de máxima audiencia en el que se prestó a una broma telefónica y a bailar con una orquesta a un encuentro de “casualidad” con un anciano que monta en bici a diario y sobre el que hablaba un espacio dirigido a los espectadores mayores. Después de eso, y ante las críticas de la oposición, bromeó con que le quedaba probar en los espacios deportivos. También concedió hace dos semanas una entrevista a los informativos, en la que volvió a evitar revelar la fecha de las elecciones autonómicas. Solo unas horas antes había admitido que, aunque los ciudadanos y el resto de partidos no saben todavía cuándo será concretamente la cita con las urnas, el PP ya ha empezado a contratar trabajos para la campaña.

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